Te amo, Dios mío; no porque espere conseguir con ello el cielo, no porque se pierdan para siempre quienes no te aman.
No te amo esperando beneficio, ni buscando recompensas, sino como Tú me has amado.
¡Oh Señor perpetuamente amante!.
Te amo y te amaré, y en tu alabanza cantaré, sólo porque tú eres mi Dios y mi Rey por toda la eternidad.
Anónimo
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