en 2010 la Universidad de Gotemburgo empezó a excavar las ruinas de esta antigua ciudad de la Edad del Bronce situada en la costa sur de la isla. Las primeras intervenciones se centraron en el área urbana, pero con el tiempo se empezaron a explorar los alrededores con magnetómetros y georadar hasta encontrar una serie de fosos junto al yacimiento principal.
A partir de 2018 se iniciaron los trabajos en esta zona, que resultó ser una necrópolis que albergaba decenas de tumbas colectivas. Al iniciar la excavación los arqueólogos se sorprendieron ante la calidad de los materiales encontrados, objetos de lujo con los que solo se habría podido enterrar la élite que formaba la nobleza del asentamiento.
Las excavaciones han continuado año tras año desde entonces hasta vaciar un par de sepulturas en las que se han encontrado más de 500 objetos y los restos de 155 individuos. La última campaña ha sido especialmente fructífera, con joyas egipcias y sellos cilíndricos entre los descubrimientos más destacados.
TESOROS PARA LA OTRA VIDA
Como muchos otros pueblos de la Edad del Bronce los chipriotas creían que todos los objetos enterrados junto a ellos les servirían de nuevo tras la muerte, por lo que se llevaban sus bienes a la tumba.
Gracias a ello los arqueólogos han podido recuperar cientos de objetos como unas curiosas estatuillas femeninas con cabeza de pájaro o joyas de oro creadas durante el reinado del faraón Akhenatón y similares a las que llevaba su esposa Nefertiti.
Además entre los cuerpos recuperados hay el de un niño de apenas cinco años ataviado con una diadema, un collar y pendientes de oro, que según el director de la excavaciónPeter Fischer era miembro de una familia rica e influyente.
Al contrario que otros nobles de la época los chipriotas no se enterraban en imponentes monumentos o tumbas individuales, sino que se agrupaban en pozos funerarios divididos en cámaras, en las que se han llegado a documentar 52 esqueletos superpuestos en varias capas generación tras generación.
UN IMPORTANTE PUERTO COMERCIAL
Al margen del valor artístico de los objetos desenterrados otro detalle que llamó la atención de los investigadores fue su origen. Así, junto a artículos procedentes de regiones cercanas como Grecia, Anatolia o Egipto se han encontrado otros de lugares mucho más lejanos.
Para las familias nobles la adquisición de bienes importados era una manera de demostrar su poder al pueblo y a sus iguales. Buena muestra de ello es la vajilla nurágica de Cerdeña que se usaba en los banquetes, al igual que un toro cerámico hueco de cuya boca se podía beber vino.
De igual forma en la necrópolis se encontraron numerosaspiedras semipreciosas como lapislázuli de Afganistán, hematita, cornalina de la India e incluso algunas piezas de ámbar traídas desde el Mar Báltico.
La posición de Chipre en el centro de las rutas comerciales del período la convertía en escala obligatoria para las naves que viajaban entre oriente y occidente, de modo que todos estos objetos se podían adquirir a bajo precio y eran más comunes que en las ciudades del interior.
Al haberse detectado muchas otras sepulturas en la zona,los arqueólogos esperan continuar con las excavaciones en los años venideros, y seguir desenterrando nuevos cuerpos junto con el rico ajuar que los acompaña
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