martes, 3 de noviembre de 2020

descubren restos de llamas sacrificadas a los dioses incas

 Un equipo de arqueólogos excava en el sitio de Tambo Viejo, en la costa sur de Perú.

El equipo de arqueólogos excava en el sitio de Tambo Viejo, en la costa sur de Perú. Foto: Lidio Valdez

un grupo de arqueólogos de la Universidad de Calgary, liderados por Lidio Valdez, ha realizado un sorprendente descubrimiento en el sitio arqueológico de Tambo Viejo (donde excavan desde el año 2018), un asentamiento fortificado situado en la costa sur de Perú: cuatro llamas momificadas de manera natural y otra en estado de descomposición, orientadas al este, que fueron sacrificadas a los dioses por los incas hace unos 500 años. Los resultados de esta investigación acaban de ser publicados en la revista Antiquity.

LLAMAS ENGALANADAS Y SACRIFICADAS

Los arqueólogos realizaron este hallazgo bajo del pavimento de una esquina de la plaza principal de Tambo Viejo, posiblemente un centro de poder provincial que fue levantado en la región para gobernar el valle de Acari. Los animales mantenían en buen estado los adornos con que fueron engalanados durante la ceremonia, como valiosos brazaletes, pendientes, collares y cuerdas. Lidio Valdez ha explicado que las llamas (una especie de camélidos que vive en el altiplano andino) "parecen haber muerto al ser enterradas vivas, junto con cien ofrendas de conejillos de indias, antes de marcar sus tumbas con plumas tropicales en el marco de unas representaciones rituales de alto nivel". Los conejillos de indias aparecieron en dos lugares diferentes, adornados del mismo modo que las llamas. Asimismo, durante las excavaciones, los arqueólogos también encontraron los restos de un perro enterrado en dirección este, hacia la salida del sol.

Las cuatro llamas sacrificadas en Tambo Viejo, momificadas de un modo natural.

Las cuatro llamas sacrificadas en Tambo Viejo, momificadas de un modo natural.

Foto: Lidio Valdez
Un conejillo de indias sacrificado, que conserva sus adornos.

Un conejillo de indias sacrificado, que conserva sus adornos.

Foto: Lidio Valdez

Según Valdez, "los registros indican que los sacrificios de animales eran importantes para los incas, quienes los usaban como ofrendas especiales a deidades sobrenaturales". Algunos cronistas españoles, como Bernabé Cobo, aseguran que las llamas de pelaje marrón eran sacrificadas a Viracocha, el dios creador, y las de lana blanca eran dedicadas a Inti, el Sol. En el caso de las llamas de Tambo Viejo, gracias a su buen estado de conservación, los arqueólogos han podido estudiar el modo en que se procedió a sacrificarlas. Aunque algunas crónicas relatan que los animales eran degollados, en este caso no se ha hallado evidencia de ello. Posiblemente tanto las llamas como los conejillos de indias fueran enterrados vivos, del mismo modo que se hacía en el caso de algunos sacrificios humanos.

Los animales mantenían en buen estado los adornos con que fueron engalanados durante la ceremonia, como valiosos brazaletes, pendientes, collares y cuerdas.

MENSAJEROS DE LOS DIOSES

El sacrificio de estos animales parece haber tenido lugar poco después de que los incas se anexionaran pacíficamente la región por lo que es muy probable que utilizaran este tipo de rituales (en los que al parecer podían llegar a sacrificarse hasta cien llamas) para garantizar cosechas abundantes, buenos rebaños, victorias militares o para conmemorar el comienzo de la construcción de una nueva estructura, además de para reforzar el control en la zona. Estos rituales se llevaban a cabo en ciertas épocas del año. Por ejemplo, en octubre se sacrificaban cien llamas para incentivar la lluvia y en febrero otras cien se ofrendaban para lograr el efecto contrario, el fin de las lluvias. "A través de estas ceremonias es como se crearon nuevos órdenes, nuevos entendimientos y significados que ayudaron a legitimar y justificar las acciones de los gobernantes incaicos tanto ante los conquistadores como ante los conquistados", apunta el investigador.

La cabeza de una llama, perfectamente conservada, descubierta en Tambo Viejo.

La cabeza de una llama, perfectamente conservada, descubierta en Tambo Viejo.

Foto: Lidio Valdez

Es muy probable que utilizaran este tipo de rituales para garantizar cosechas abundantes, buenos rebaños, victorias militares o para conmemorar el comienzo de la construcción de una nueva estructura, además de para reforzar el control en la zona.

Los arqueólogos también han descubierto que estas ceremonias sacrificiales estaban asociadas con la presencia de grandes hornos y otros elementos que sugieren la celebración de grandes fiestas y banquetes. "Las ofrendas probablemente fueron parte de fiestas y reuniones mucho más grandes, patrocinadas por el estado, que quiso ganarse a la población local con comida y bebida, consolidando alianzas políticas, mientras que la colocación de ofrendas permitió al Inca reclamar la tierra como si fuera suya", concluye Valdez.

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