El Ministerio de Antigüedades de Egipto anunció el pasado sábado el descubrimiento de una tumba (la Kampp 161) y el redescubrimiento de otra (la Kampp 150) en la necrópolis de Dra Abu el-Naga, en la región de Lúxor. Ambas tumbas fueron numeradas en los años noventa por la egiptóloga alemana Friederike Kampp; la Kampp 161 nunca fue excavada y la Kampp 150 fue excavada por la arqueóloga pero sólo llegó hasta la entrada y nunca accedió a la tumba. Las dos tumbas, del Imperio Nuevo de Egipto, han permanecido intactas hasta que han sido recientemente excavadas por una misión arqueológica egipcia.
El propietario de la Kampp 161 aún se desconoce, aunque las pinturas murales, grabados e inscripciones hallados en la tumba sugieren una datación de la misma entre los reinados de Amenhotep II y Tutmosis IV. La tumba tiene un patio y un pozo funerario de seis metros de profundidad en el lado sur que conduce a cuatro cámaras laterales. La entrada de la tumba está ubicada en el lado este y en su fachada de arenisca no hay inscripciones. A través de ella se accede a una sala rectangular con un nicho; la tumba parece que fue reutilizada en la antigüedad. Dos escenas en el muro oeste: en la primera aparece una persona, probablemente el hermano del difunto, presentando ofrendas y flores al difunto y a su mujer; en la segunda, situada debajo de la primera, aparecen varios invitados de pie y formando cuatro filas, una de ellas con tres hombres y tres mujeres, siendo el primero el guardián del almacén. Entre los objetos hallados en el interior de la tumba destacan una gran máscara de madera que originalmente formó parte de un ataúd osiríaco, una pequeña máscara de madera pintada, un fragmento de una máscara dorada en mal estado de conservación, cuatro patas de una o más sillas de madera y la parte inferior de un ataúd de madera de forma osiríaca, decorado con una escena de la diosa Isis extendiendo sus brazos.
Aún se desconocen los propietarios de las dos tumbas, ambas del Imperio Nuevo de Egipto
La tumba Kampp 150 podría ser fechada entre finales de la dinastía XVII y comienzos de la dinastía XVIII, según un cartucho del faraón Tutmosis I grabado en el techo de una de las cámaras funerarias. El propietario de la tumba aún se desconoce, pero hay dos posibilidades: una persona llamada Djehuty Mes (su nombre aparece grabado en uno de los muros) o el escriba Maati (su hombre y el de su mujer Mehi aparecen inscritos en 50 conos funerarios hallados en la cámara rectangular de la tumba). La Kampp 150 tiene cinco entradas en el este que conducen a una sala rectangular parcialmente dañada por dos pozos funerarios. Dos cámaras más han sido halladas, una de ellas con un nicho y dos pozos funerarios de siete y diez metros de profundidad. Los arqueólogos han descubierto el entierro de una mujer llamada Isis Nefret, que según unos estudios podría ser la madre del propietario de la tumba. Un ataúd de madera pintado de amarillo y con diferentes escenas del Antiguo Egipto ha sido hallado junto a 36 figurillas ushebtis, entre las que destaca una que representa a Isis Nefret en la forma de Osiris. Una escena en uno de los pilares: un hombre sentado ofreciendo comida a cuatro bueyes y cuatro personas fabricando muebles funerarios. Algunos de los objetos hallados en el interior de la tumba: 100 conos funerarios, máscaras funerarias de madera pintadas, una colección de 450 estatuas de arcilla, madera o fayenza, una pequeña caja con forma de ataúd de madera con una tapa, probablemente utilizada para guardar una figurilla ushebti, una colección de vasijas de arcilla y una momia envuelta en lino y con las manos sobre el pecho a la manera osiríaca. Los estudios sugieren que podría ser la momia de un oficial de alto rango o de una persona poderosa.
ALEC FORSSMANN
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