En
relación con la Ley, puede constatarse en Crónicas un hecho
significativo: David es puesto en paralelo con Moisés, de tal manera
que queda con ello subrayada su autoridad no sólo legislativa, sino
también profética. El paralelismo entre ambos personajes deja
constancia no tanto de la autoridad de Moisés, que se da por
supuesta, como de la autoridad de David, el personaje clave para
Crónicas, pues es David, en efecto, quien actualiza y completa los
decretos de Moisés según las necesidades de la época del segundo
templo.
Para
el Cronista, la alianza con David es superior a la del Sinaí. De
esta convicción nacen las afirmaciones sobre la estabilidad perpetua
de la casa de David, (es la profecía de Natán), la insistencia
sobre la alianza de Dios con la casa de David y su relación con la
auténtica teocracia, (el tiempo en el que Dios será el verdadero
rey). El pueblo de Dios es una teocracia que gira en torno a la
dinastía davídica. Esto implica la convicción de un futuro
escatológico en el que se cumplirán las promesas y aparecerá el
Rey Mesías.
2
Cr emplea tres veces la expresión “preceptos
de David”, en uno de los tres casos,
aparece en paralelo con la expresión “preceptos
de Moisés”. Según 2 Cr los
"preceptos de David" se refieren a ordenaciones sobre las
clases levíticas y a su actuación en el templo. Se trata de tres
pasajes que se sitúan en los reinados de Salomón (8,14), de
Ezequías (29,25) y de Josías (35,15). En el contexto de la reforma
de Josías, cabe citar,asimismo, la expresión “lo
que expuso David por escrito” de 2 Cr
35,4.
Destaca
en particular 2 Cr 8,12-16, fragmento que subraya la fidelidad de
Salomón a los preceptos mosaicos y davídicos. El cronista
transforma profundamente 1Re 9, 25 (v. 12) y añade los vv. 13-16,
en los cuales muestra la obra de Salomón como la ejecución de las
reglas dictadas por David en conformidad con las prescripciones
mosaicas tal como fueron elaboradas por el Código sacerdotal. En
este contexto, sobresale el paralelismo creado en 2Cr 8,13-14 entre
“preceptos de Moisés” y “preceptos de David”.
Mientras en el v. 13 se atribuye a Moisés la ordenación de las
fiestas, incluyendo las adiciones de Nm 28-29, propias de P, en el v.
14 se atribuye a David la organización del personal del templo, en
la línea de lo ya establecido para los levitas en 1 Cr 23-26. Por
otra parte, en el mismo v. 14, la paternidad davídica de estas
clases levíticas queda ya puesta en evidencia desde el mismo
comienzo del v., donde se lee: “siguiendo las normas de su padre
David”. En paralelo con Moisés, la autoridad de David es
ejercida en un dominio de vital importancia para el cronista: el que
determina la capacitación de las clases levíticas para el culto.
En
2 Cr 8,14 hay otra señal por medio de la que el autor, que no
pertenece al estadio más antiguo de Crónicas, muestra su interés
en subrayar el paralelismo David-Moisés: se trata de la aplicación
del calificativo “hombre de Dios” a David, apelativo que
en 1 Cr 23,14 es aplicado Moisés. En este punto, dado que la
expresión "hombre de Dios" designa a los profetas
en la tradición deuteronomista (1 Sm 9,6), es, en gran medida,
probable que con ello el autor quiera destacar la condición
profética de David, comparable a la de Moisés, condición que, en
Cr, se hace visible en sus disposiciones sobre las clases levíticas.
Finalmente,
en el contexto de la pascua de Josías (2 Cr 35,1-19), en la que se
habla de los levitas como encargados de las responsabilidades
cúlticas y, además, como "encargados de instruir a Israel"
(35,3), todo es preparado según las disposiciones de David (cf.
35,15). En el interior de los vv. 3-6, tiene un interés particular
la alusión a lo que David y Salomón habían dispuesto por escrito
(“como dispusieron por escrito David y su hijo Salomón”
(v. 4), hecho que la tradición posterior considera como un
desarrollo de lo que había ordenado Moisés.
Los
textos analizados, que abarcan un largo período postexílico,
invocan la paternidad davídica sobre determinadas instituciones y
costumbres de Israel. La autoridad con la que, en determinados temas
por los que el cronista se interesa, actúa el gran monarca tiene
sólo un gran paralelo: el de Moisés. La autoridad de ambos no sólo
es considerada como legislativa, sino también como profética. Pero
para los autores de Crónicas, la actuación profética e innovadora
de David se concentra, de manera particular, en la instauración y
consolidación por una parte de la monarquía y por otra parte de las
clases levíticas, a las que confía el culto de Yahvé. En los temas
en los que Crónicas no se manifiesta innovador, se presupone como
vigente la legislación mosaica. El paralelo David-Moisés se da tan
sólo cuando se pretende destacar la autoridad de David en los puntos
en los que, según el pensamiento del cronista, el monarca actualiza
o complementa la legislación mosaica. En síntesis, los textos más
característicos, que ofrecen el paralelo citado, son los siguientes:
1)
1 Cr 15,2, comparable a Dt 10,8, sobre la elección de la tribu de
Leví para llevar el arca y servir al Señor.
2) 1 Cr 28,11, en
comparación con Ex 25,9.40, sobre el modelo del templo y del
santuario. porque
iba a ser un edificio, ya que ni él ni sus arquitectos jamás haya
visto. Moisés tenía un diseño del tabernáculo, se le mostró en
el monte (Heb. 8:5), por lo que tenía David del templo, de la mano
inmediata de Dios sobre él, 1 Cr. 28:19.
3) 1 Cr 29,1-9, en
comparación con Ex 25,2; 35,4-29, sobre las ofrendas voluntarias
para la construcción del templo.
4) La designación
de los preceptos de Moisés como “preceptos de Moisés” en 2 Cr
8,13 y como “preceptos de David” en 2 Cr 8,14.
5) La denominación
"hombre de Dios" a Moisés en 1 Cr 23,14 y a David en 2 Cr
8,14.
En
estos textos, el paralelismo David-Moisés deja constancia de la
autoridad de David en un amplio período postexílico. La figura
davídica actualiza e interpreta la Ley mosaica según las
necesidades de la época de Cr.
Interesa
destacar aquí la alusión de Ex 25,9 y 25,40 que 1 Cr 28,11-19
contiene. En el pasaje de Ex, de tradición sacerdotal, el Señor
confía y muestra a Moisés el modelo del santuario que debe ser
construido. Ambos pasajes presentan un vocabulario afín: así la
expresión “modelo, planos” que hallamos en Ex 25,9 y 1 Cr 28,11;
Ex 25,40. De común tienen además la referencia a los “utensilios”
en Ex 25,9 y 1 Cr 28,13, que forman parte del modelo que les es
confiado por el Señor. Estas alusiones de Cr a Ex contribuyen a
realzar literariamente la importante función que según Cr desempeña
David en lo que respecta a la construcción del templo y a la
organización del culto. Se trata, en efecto, de una función
paralela a la desempeñada por Moisés. Otro detalle literario
confirma este paralelismo: en 1 Cr 29,1-9 David invita a colaborar,
con ofrendas voluntarias, a la construcción del futuro templo, de la
misma manera que en Ex 35,4-29 (cf. Ex 25,2) Moisés había realizado
una petición de tributos para la construcción del santuario. En lo
que se refiere al modelo del templo, David asume, por tanto, en Cr
funciones análogas a las que en Ex ejercía Moisés.
Nacho Padró
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