En 2016, un equipo de arqueólogos descubrió un taller de embalsamamiento de 2.500 años de antigüedad en la necrópolis de Saqqara, a pocos metros de la pirámide de Unas, último faraón de la dinastía V. En este espacio destacaba una sala llamada wabet , donde se llevaba a cabo la evisceración de los cuerpos. El taller, que data del Periodo Tardío (664-525 a.C.), contenía una gran cantidad de vasijas que estaban etiquetadas y que se usaron para conservar extractos de plantas y de animales, elementos que posteriormente serían empleados en el proceso de momificación.
INGREDIENTES DESCONOCIDOS Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad LMU de Múnich y de la Universidad de Tubinga , en colaboración con el Centro Nacional de Investigación de El Cairo, ha realizado un estudio de estas vasijas y su contenido que se ha publicado en la revista Nature . Para llevarlo a cabo, los investigadores han utilizado sofisticadas técnicas: la espectrometría de masas y la cromatografía de gases , con las que han podido detectar muchas de las sustancias usadas por los antiguos embalsamadores. Pero lo más relevante de este trabajo es que también se han descubierto algunas sustancias, así como muchas mezclas, hasta ahora desconocidas.
Lo más relevante de la investigación es que se han encontrado muchas sustancias y mezclas que hasta ahora eran desconocidas.
Vasijas encontradas en el taller de momificación descubierto en Saqqara en 2016.
Foto: M. Abdelghaffa (Saqqara Saite Tombs Project, Universidad de Tubinga, Alemania)
Para los expertos, el hecho de haber podido recuperar estos recipientes, que fueron usados hace tanto tiempo, representa una gran oportunidad de obtener información, ya que dichas vasijas , como se ha apuntado, estaban etiquetadas con su contenido y, en algunos casos, tenían incluso instrucciones de uso. Como curiosidad, los investigadores cuentan en su estudio que, por ejemplo, la resina de pistacho y el aceite de ricino solo se utilizaban para la cabeza. Algunos recipientes también contenían fórmulas específicas para el tratamiento del hígado y el estómago.
"Los egiptólogos solo podían especular sobre el significado de estas sustancias. Ahora sabemos, por primera vez, qué significan algunos términos como antiu ", ha declarado Philipp Stockhammer, arqueólogo de la Universidad LMU y uno de los autores del estudio. Hasta ahora, el término antiu se había traducido como mirra o incienso, pero ahora se ha podido demostrar que antiu se refiere una mezcla de ingredientes muy diferentes.
EL ORIGEN DE LAS SUSTANCIAS Los investigadores también han identificado dos sustancias sorprendentes: una resina llamada elemi , que proviene de los árboles Canarium que crecen en las selvas tropicales de Asia y África, y otra llamada dammar que proviene de un tipo de árboles conocidos como shorea que crecen en los bosques tropicales del sur de la India, Sri Lanka y el sureste de Asia. "Egipto era pobre en recursos en términos de muchas sustancias resinosas, por lo que muchas de ellas fueron adquiridas o comercializadas desde tierras lejanas", afirma Carl Heron, del Museo Los investigadores también han identificado dos sustancias sorprendentes: una resina llamada elemi y otra llamada damma.
Zona de excavación del Proyecto Tumbas Saítas de Saqqara. Detrás, la pirámide de Unas y, al fondo, la pirámide escalonada de Zoser.
Foto: S. Beck (Saqqara Saite Tombs Project, Universidad de Tubinga, Alemania)
Sabemos que las antiguas redes comerciales conectaban la India y el Sudeste Asiático con la región del Mediterráneo, pero aún no está claro si los embalsamadores egipcios iban en busca de estos ingredientes en concreto o simplemente los descubrieron mediante la prueba de ensayo y error, según la egiptóloga de la Universidad Estadounidense de El Cairo, Salima Ikram. "Absolutamente increíble. ¿Quién hubiera pensado que estaban recibiendo cosas que podrían provenir de la India?", se pregunta Ikram.
"PARA QUE SU OLOR SEA AGRADABLE" Según afirman los autores del estudio, los embalsamadores egipcios tenían un gran conocimiento acerca de las propiedades de las materias primas que utilizaban. Los recipientes estudiados contenían mezclas complejas que, en algunos casos, habían sido cuidadosamente calentadas o destiladas. Asimismo, muchas de las resinas poseían propiedades antimicrobianas o características que favorecían la conservación del cuerpo. Incluso en uno de los tarros se podía leer una inscripción en la que ponía "para que su olor sea agradable".
Los embalsamadores egipcios tenían un gran conocimiento acerca de las propiedades de las materias primas que utilizaban.
Detalle de la parte superior de una momia totalmente envuelta con vendas de lino.
Foto: iStock
Los estudios químicos sugieren que las recetas que los antiguos egipcios utilizaron para embalsamar a los cadáveres fueron volviéndose más complejas con el tiempo, según ha señalado Maxime Rageot, arqueólogo biomolecular de la Universidad de Tubinga. Pero la principal pregunta que se hacen los investigadores es doble: ¿Cómo desarrollaron los antiguos egipcios procedimientos y recetas de embalsamamiento específicos? y ¿por qué seleccionaron ciertos ingredientes sobre otros? Para Mahmoud Bahgat, bioquímico del Centro Nacional de Investigación de Egipto en El Cairo, la respuesta es simple: "Tenemos que ser tan inteligentes como ellos para descubrir sus intenciones".
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