Santiago el Menor, Santiago el Justo o Santiago Apóstol. Cualquiera de los tres nombres son compatibles con uno de los evangelistas más destacados de Jesucristo. Santiago era la fuerza, el impulso y el desborde de pasión. Único en la estirpe de Jacobo y dispuesto siempre a empuñar la espada para dejarse la piel por los suyos. Todas estas características son las que describe el escritor y periodista Jesús Bastante Liébana (Madrid, 1976) en su nuevo libro dedicado a uno de los doce apóstoles, al cristianismo y al camino que guió a tantos peregrinos.
«A las mujeres, históricamente maltratadas, por y desde la Iglesia. Putas y brujas, vírgenes obedientes y sumisas, eternamente orilladas en nombre de Dios. Esta novela, conscientemente, no remedia este mal». Así es como comienza Jesús su libro. Sin tapujos y con entusiasmo, como lleva haciéndolo desde hace años con Religión Digital, Información Religiosa en ABC y Público. Pero en esta ocasión es diferente, porque es la primera vez que se novela la vida del hombre cuya tumba, en Compostela, ha configurado la mayor peregrinación de la historia de la humanidad.
Santiago en el fin del mundo, editado por La esfera de los libros, recrea la vida del apóstol y también de la de quienes les guían: brujas, magos, mercenarios, asesinos… incluida la Virgen María. «El mejor Santiago es el Santiago inventado», cuenta, y de esta manera justifica la ficción que ha envuelto en 402 páginas de su libro con una resolución ingente a todas las dudas sobre el apóstol y su camino.
Asimismo, Bastante nos desvela la cantidad de relatos falsos existentes sobre la vida de Santiago, al que define como «el personaje-fake más rentable de los tiempos cristianos y sobre cuyos huesos- fake se ha levantado el emporio financiero más descarado gracias a una clientela fiel». Si bien es cierto que la presencia de Santiago apenas está documentada, pero existen pocas dudas sobre su existencia. «Las mismas que sobre la misma existencia de Cristo». Los evangelios hablan en multitud de ocasiones de Santiago como uno de los tres discípulos preferidos de Jesús, junto a su hermano Juan y Simón Pedro.Sin embargo, la gran pregunta continuaba sin ser contestada: ¿Llegó a viajar Santiago a Hispania? Nadie lo sabe.
Pero, ¿vino Santiago a España? ¿Son sus restos los que descansan en la catedral de Compostela? «Me temo que nunca lo sabremos con certeza», se contesta Bastante a sí mismo en su libro.
Las primeras referencias a su posible presencia en nuestro país aparecen en el tratado Sobre la Trinidad de Dídimo el Ciego, en el siglo IV, que alude a que uno de los doce apóstoles predicó el Evangelio en España. Su discípulo San Jerónimo también habla de ello en su Comentario a Isaías. Después, el más absoluto silencio, hasta bien entrado el siglo VI, con la publicación del Breviarum Apostolorum y el libro De Ortu et Obitu Patrum.
«Más allá del dogma, Santiago existe en el Camino (y sus caminos), y en los millones de pasos que lo han recorrido a lo largo de los siglos, siguiendo las huellas de su fe, generando una nueva espiritualidad, una cultura sin la que Europa no existiría como la conocemos».
No hay comentarios:
Publicar un comentario