Entregarme a la experiencia abre la posibilidad del silencio..
Abrirme a experimentar lo que ocurre parece que abre un espacio donde el ruido se acalla.
Al acallarse el ruido que generaba mi mente al juzgar y rechazar lo que sucede, lo interesante se abre dentro... la experiencia se vuelve interna...
Ahí me quedo delante del sentir desnudo, en una invitación a ser sentido.
Y si me abro a vivir esta experiencia, surge un silencio aún más profundo.
Silencio que puedo ofrecer a lo que siento... Sentir que encuentra espacio amplio y cálido de expresión.
Experiencia profunda de transformación y liberación.
Silencio y libertad que podré ofrecer también a la circunstancia externa.
En una vivencia igualmente transformadora al surgir de la libertad y del amor.
Amor que reconozco en ese silencio que se abre, que me abre y acoge, me sana... y ofrece lo mismo al exterior.
En un viaje donde aflora la belleza... porque así es la mirada del amor.
Manu Oliver
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