La interpretación común de la historia dice que los vikingos eranguerreros fieros, marineros audaces, aventureros sin descanso, comerciantes avispados, conquistadores sanguinarios. Parece que no faltan pruebas de ello. Descubrimientos, matanzas, gestas... destacan sus habilidades en el arte de la guerra. Los investigadores confirman que así fueron, a grandes trazos, los pueblos nórdicos.
Más allá, sin embargo, se esconde una sociedad ingeniosa capaz de desarrollarse pese a las duras condiciones climatológicas de su tierra natal o la dificultad de sus viajes oceánicos. La lucidez de los individuos (sobre todo de los que no hemos conocido) es difícil de valorar, pero hay detalles que nos permiten atisbarla.
Los vikingos utilizaban espadas para tejer sus vestidos
Voy a ponerles un ejemplo. Cuando vemos una espada, ¿qué pensamos? Probablemente lo primeros que se nos viene a la cabeza es la guerra, la lucha, el duelo, la pelea. Quizás si vamos un poco más allá pensaremos en sangre o en honor (de los caballeros en la batalla). Cada cual lo ve desde su punto de vista, claro está. Lo que parece poco probable es que visualicemos una escena apacible, con gente cosiendo tranquilamente la ropa de los niños alrededor de un fuego.
En Cork City, unas recientes excavaciones arqueológicas en la antigua fábrica de cerveza Beamish y Crawford (ubicada en South Main Street) han permitido descubrir una pequeña espada de madera, de unos 30 centímetros, de unos 1.000 años de antigüedad. La talla presenta rostros humanos típicos del estilo Ringerike del arte vikingo (decoración zoomórfica que se desarrolló en los siglo X y XI).
“Hemos encontrado varios artefactos de una importancia excepcional”, explicaba el arqueólogo Maurice Hurley a The Irish Times. En la zona estudiada se han encontrado los restos de 19 casas vikingas y utensilios del hogar. ”Durante mucho tiempo se creyó que la influencia vikinga fue más fuerte en Dublín y Waterford, pero las últimas evidencias muestran que Cork estaba en la misma esfera cultural y que su desarrollo fue muy similar”, añadió.
Los investigadores destacan que en Dublin, por ejemplo, se han encontrado algunos objetos similares a la espada de Cork. Aún así, no tienen la calidad artesanal ni están tan bien conservadas como el arma hallada recientemente. ”Esta espada -dice Maurice Hurley- fue utilizada probablemente por mujeres, para coser hilos en un telar. El extremo puntiagudo -que está muy decorado- debía servir para recoger los hilos y seguir patrones“.
Los investigadores sitúan el Cork vikingo al mismo nivel de desarrollo que Dublin o Waterford
La excavación arqueológica terminó en junio pasado y los planes para construir sobre el lugar un centro de eventos con capacidad para 6.000 personas han quedado paralizados. Por ahora. Los artefactos vikingos descubiertos -entre los que hay un enrollador de hilo con dos cabezas de caballo talladas a los lados- están siendo tratados por expertos del Museo Nacional de Irlanda.
Los restos vikingos se encontraron en mayo, en un proyecto de excavaciones que ha durado ocho meses, pero solo salieron a la luz hace unas semanas durante una visita informal del embajador noruego en Irlanda, Else Berit Eikelanda, al Museo Público de Cork.
En el lugar de la excavación está previsto un centro de convenciones con capacidad para 6.000 personas
La primera incursión vikinga en Cork City fue un ataque al monasterio en Corcach Mór na Mumhan en el año 820. El nombre Cork deriva, precisamente, de este nombre gaélico, que significa el Gran Pantano de Munster. Los guerreros noruegos saquearon los tesoros más valiosos y, con el tiempo, establecieron un asentamiento en la zona. Los investigadores creen que el núcleo de este pueblo vikingo podría alrededor de South Main Street.
La presencia noruega en Corcach Mór na Mumhan fue interrumpida por los invasores de Dinamarca alrededor del 914. Los daneses conquistaron Irlanda y adaptaron las bases noruegas existentes. Las excavaciones demuestran que, entre dos y tres metros por debajo de las actuales calles de Cork City hay estructuras de madera persistentes. Por eso los expertos creen que estos colonizadores decidieron, hace unos 900 años, hacer un esfuerzo para planear, construir, reconstruir la zona pantanosa para mantener su pequeño pueblo de madera a flote y poner las bases de la ciudad moderna.
La primera incursión vikinga en Cork City fue un ataque al monasterio en Corcach Mór na Mumhan en el año 820
David Ruiz
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