«Esto no se puede vender en eBay», pensó Geoffrey Smith, un investigador del cristianismo primitivo en la Universidad de Texas, cuando el pasado enero encontró un antiguo fragmento de papiro en el popular sitio de subastas online. Su precio inicial era de apenas 99 dólares (93 euros).
Smith se puso en contacto inmediatamente con el usuario que había colgado el papiro en eBay, pidiéndole que lo retirara de la subasta y le permitiera estudiarlo ante la sospecha de que era un valioso documento antiguo. Diez meses después, el experto en los primeros siglos del cristianismo presentó sus hallazgos el pasado sábado en la conferencia de la Sociedad de Literatura Bíblica en Atlanta (EE.UU.).
Del tamaño de una tarjeta de crédito, el papiro contiene seis líneas en griego del Evangelio de San Juan (I, 50-51) y data de entre los años 250 y 350 d.C., según explicó Smith al diario The New York Times.
El documento tiene en su reverso un texto escrito con la misma caligrafía que el fragmento del Evangelio. En opinión de Smith, el papiro formó parte de un rollo y no de un códice, lo que añade un matiz interesante al hallazgo porque los primeros cristianos preferían este antecesor del libro para sus escritos.
El papiro que iba a ser subastado en internet no figuraba en el registro del Instituto de Investigación Textual del Nuevo Testamento en Münster, Alemania, que reconoce unos 130 papiros griegos cristianos.
Smith no reveló la identidad del dueño de este papiro, que no se identificó en el anuncio de eBay pero sí reveló algunos detalles sobre su origen, según recogió en enero el experto en papiros Brice C.Jones: «Es parte de la colección de Harold R. Willoughby, quien investigó junto a Edgar Goodspeed. El señor Willoughby era un viajero y conocido profesor de Teología en la Universidad de Chicago. Al momento de su muerte, tenía una colección de 3.500 biblias».
El vendedor dijo haber encontrado el papiro recientemente en una maleta que adquirió en 1990 y guardó en su ático. El fragmento de Evangelio, que había sido conservado en una estructura plástica, «se cayó literalmente de un montón de cartas», según el usuario de eBay. «Estoy seguro que estaba guardado ahí por seguridad. El señor Willoughby era un familiar y puedo confirmar que esta información es verdad», añadió.
Un inventario escrito de puño y letra por Willoughby y otro mecanografiado y realizado después de su muerte confirman que el papiro formó parte de la colección de este profesor del cristianismo primitivo en la Universidad de Chicago que murió en 1962.
Los expertos que han revisado la investigación de Smith destacan la peculiaridad de que el papiro no formara parte de un códice, sino de un rollo. Según Larry Hurtado, profesor emérito de Nuevo Testamento de la Universidad de Edimburgo, el 97% de los textos bíblicos de los tres primeros siglos de nuestra era que han sobrevivido, incluidos los del Antiguo Testamento, son códices.
El hecho de que contenga otro texto en su reverso, al parecer con la misma letra, sugiere a juicio de Hurtado que era un documento para el estudio privado, no para uso litúrgico. «Lo que podemos tener aquí es una preciada posesión de alguien», considera el experto de la Universidad de Edimburgo.
Smith sigue instando al vendedor del papiro a que lo deposite en un centro de investigación. Ahora estudia otro papiro griego, un fragmento de los Efesios que encontró entre un enorme alijo de manuscritos de la Universidad de Oxford.
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