Blog para la muestra y reflexión sobre el Misterio mediante mayéutica socrática.
jueves, 26 de septiembre de 2019
martes, 24 de septiembre de 2019
“La filosofía está pasando por un mal trance, porque no hay pensamiento original”
"Estoy muy bien de salud, gracias". Apenas se cuela un débil hilo de voz al otro lado del teléfono, que llega desde Montreal (Canadá), donde reside desde hace más de treinta años. Pero al cabo de unos segundos, cuando Mario Bungecomienza a responder, queda constancia de que sus palabras siguen siendo firmes y rotundas a pesar de la fragilidad de su voz centenaria. Bunge, uno de los científicos hispanohablantes más citados de la historia, nació en el Gran Buenos Aires el 21 de septiembre 1919. Hace cien años, pero sigue siendo severo con los filósofos y científicos, a los que ha criticado duramente a lo largo de todas estas décadas; siempre politizado, siempre combativo, siempre buscando nuevos retos intelectuales que resolver. Después de publicar cientos de artículos y docenas de libros renombrados, tras décadas de docencia y controversias, un Premio Príncipe de Asturias en 1982 (por la influencia internacional de su filosofía) y más de una veintena de doctorados honoris causa, al preguntarle cómo se encuentra responde como si no fuera para tanto, con prisa por recibir la parte difícil del interrogatorio.
La política internacional me parece un desastre y los populismos de derecha son alarmantes
Bunge asegura que no sigue tanto las noticias como antes, cuando devoraba informativos, pero tiene una forma muy particular de desmentirse a sí mismo de inmediato. "No estoy muy al tanto de la actualidad, pero una buena noticia es que John Bolton, un belicista, fue despedido o renunció de la administración del presidente de EE UU", afirma aliviado sobre una información que se había conocido unos pocos días antes de realizarse la entrevista telefónica. "Esa es muy buena noticia porque insistía en ir a la guerra", reitera Bunge, que repite varias veces durante la conversación esta palabra, guerra, como quien menciona un demonio al que nadie debería invocar.
"La política internacional me parece un desastre y los populismos de derecha son alarmantes" asegura, pero insiste en que la mejor opción es la que "está contra la guerra, porque es lo peor", como si tuviera presentes los millares de conflictos que han visto sus ojos azul claro en innumerables informativos. Pero antes de permitir que el entrevistador repregunte, el sabio le cierra el camino: "No puedo decir nada inteligente sobre política, no estoy especializado y todo lo que yo pueda decir ya lo han dicho otros mejor". No obstante, sigue hablando de política al entender mal una pregunta por culpa de sus problemas de audición: "De la política argentina no quiero hablar, he jurado no hablar porque hace más de medio siglo que no estoy allí y no estoy muy al tanto". Pero continúa: "Lo que sé es que la gente ha votado en contra de Macri porque Macri estaba empeñado en entregar lo poco que quedaba del país". Bunge llegó a Montreal en 1966 para dar clase en la Universidad McGill.
Bunge sigue trabajando y leyendo, tiene entre manos un libro de ensayos y continúa reflexionando sobre nacionalismos y sobre ondas gravitatorias. Ahora, por su cumpleaños, la editorial Laetoli va a publicar los últimos cuatro tomos de su Tratado de filosofía. Su amplísima formación académica en ciencias y letras, forjada en la Universidad de La Plata, le permite afear a Heidegger su falta de claridad o publicar manuales fundamentales sobre el método científico. Filósofo, matemático, físico nuclear, su voz se cansa, pero recupera el vigor cuando explica el rompecabezas filosófico que consume buena parte de su energía actual: los problemas inversos. "Por ejemplo, si usted le pide a alguien que le diseñe una nueva trampa para ratones, le está proponiendo un problema inverso que no es ni deductivo ni inductivo, porque va del efecto a la causa", se divierte explicando. Y continúa: "Es un tipo de problema muy descuidado por los filósofos. Porque no hay reglas, no hay algoritmos para resolver un problema inverso. Cuando no hay algoritmos se necesita inteligencia, se necesita imaginación y proceder por tanteo, ensayo y error". Y termina: "No parece muy científico, pero esa es la manera en la que se trabaja habitualmente".
No sabemos medir la velocidad de la ciencia, pero lo que sí sabemos es que los recortes a los gastos científicos equivalen a recortes del cerebro y benefician solo a los políticos que medran con la ignorancia
Su respiración flaquea, se nota cansado al otro lado de la línea, pero sus opiniones se mantienen robustas. "La filosofía está pasando por un mal trance, porque no hay pensamiento original, casi todos los profesores de filosofía lo que hacen es comentar a los filósofos del pasado, no abordan problemas nuevos, como el que mencioné de los problemas inversos", asegura Bunge, siempre muy crítico con sus colegas. "Todo el mundo está de acuerdo en que vivir es intentar resolver problemas. Pero una tarea del filósofo debía ser analizar el concepto mismo de problema, y no lo hacen. No tengo muchas esperanzas sobre la filosofía actual", lamenta antes de cargar contra uno de sus enemigos favoritos, los filósofos que "ignoran la ciencia o incluso la atacan, los llamados posmodernos".
Pero la filosofía y la ciencia no pueden pelear entre sí, asegura Bunge. "La ciencia y la filosofía, de hecho, están unidas. La investigación científica tiene supuestos filosóficos y consecuencias filosóficas. Por ejemplo, los experimentos con las ondas gravitatorias muestran que el espacio es material, puesto que el espacio puede arrugarse y cambiar, es algo material, no matemático. Otro componente filosófico de la ciencia es el respeto por la verdad, por ejemplo, que es un mandamiento moral o ético para los científicos", explica el pensador. Aunque se muestra de nuevo pesimista porque hemos "llegado a un punto en el que la verdad no importa y solo importa el éxito".
La ciencia y la filosofía, de hecho, están unidas. La investigación científica tiene supuestos filosóficos y consecuencias filosóficas
Edición genética, inteligencia artificial, física de partículas... ¿cree Bunge, desde su perspectiva de cien años, que se está acelerando el avance científico en nuestros días? "No sabemos medir la velocidad de la ciencia, pero lo que sí sabemos es que los recortes a los gastos científicos equivalen a recortes del cerebro y benefician solo a los políticos que medran con la ignorancia".
Una de esas ciencias que están progresando, y cuyos avances interesan al filósofo son las neurociencias. No en vano una de sus cuatro hijos, Silvia Bunge, investiga en ese campo en su puesto de la Universidad de California en Berkeley, desde donde le mantiene al corriente de las novedades. "Las neurociencias están desplazando a la psicología, porque explican lo que antes solamente se podía describir", explica. "Sirven para desmentir ideas que muchas veces damos por sentadas. Por ejemplo muchos economistas daban por sentado que los seres humanos somos perezosos por naturaleza, pero un experimento muy interesante demostró que la gente que no hace nada sufre: prefiere trabajar a quedarse sin hacer nada, de modo que refutó uno de los axiomas tácitos de la teoría económica dominante", asegura. Y matiza: "Preferimos trabajar si podemos. No somos naturalmente perezosos, pero tampoco nos gusta el trabajo forzado, claro, eso es otra cosa", matiza.
La longevidad también depende de la suerte y yo he tenido mucha
Bunge suele atacar a los economistas y sus postulados como quien habla de la homeopatía, una vulgar pseudociencia sin base científica. "Las pseudociencias son muy populares porque no exigen investigación científica, pero son realmente peligrosas. La medicina es limitada, pero las pseudomedicinas, y los que dan malos consejos y dejan que la enfermedad se desarrolle mientras dan agüitas de colores, son un peligro". "Pero también son peligrosas las pseudociencias sociales", vuelve a la carga, "como los economistas que asesoran a gobiernos que pretenden resolver problemas económicos tomando préstamos que van a pesar sobre varias generaciones. O los asesores que aconsejan austeridad, cuando lo que hay que hacer es gastar en productos útiles". Bunge siempre ha considerado que las pseudociencias más peligrosas son las que se alían con el poder político.
También son peligrosas las pseudociencias sociales, como los economistas que asesoran a gobiernos que pretenden resolver problemas económicos tomando préstamos que van a pesar sobre varias generaciones
Bunge cree que el problema de las pseudociencias "en parte es culpa de los científicos porque escriben para los colegas, no escriben para el pueblo". "Deberían escribir algunos papers[artículos científicos] para los colegas y otros de divulgación: Einstein escribía para el pueblo y Galileo también escribía para que le entendiera todo el mundo". "Y también hacen falta periodistas científicos que se informen antes de escribir", señala el filósofo, que tiene una ración de riña para todo el mundo.
Mantiene un vigor intelectual envidiable a su edad, pero ¿esperaba vivir 100 años? "Mientras residí en mi patria no imaginé que alcanzaría a cumplir un siglo, o siquiera a dormir una noche entera", asegura, "porque allá la vida dependía de la policía". "Aquí, donde no temo a los policíacos, no se piensa lúgubremente", afirma el pensador. "Pero sabemos que la longevidad, aunque depende del estilo de vida, también depende de la suerte. Yo he tenido mucha buena suerte".
domingo, 22 de septiembre de 2019
'Veneremur cernui'
(Bernabé Dalmau, monjo de Montserrat). La solemnitat del Corpus ens invita a valorar el do del sagrament de l’altar, el memorial de la mort i de la resurrecció de Jesucrist. A viure’l i a expressar-hi el màxim respecte. Des dels orígens medievals, aquesta festa occidental ha estat marcada per la himnografia composta per sant Tomàs d’Aquino. No hi ha Corpus sense que, en llatí, en traduccions més o menys fidels o en perífrasis, es canti l’himne Pange, lingua, amb el final Tantum ergo mentre hom encensa el Santíssim Sagrament. L’estrofa invita a l’adoració o veneració.
Potser aquest encensament fet de genolls ha condicionat les traduccions litúrgiques del Veneremur cernui. Vegem-ne algunes:
-Català: “De genolls, doncs, adorem-lo”.
-Castellà: “Adoremos, postrados”.
-Italià: “Adoriamo, dunque, prostrati”.
-Francès: “Adorons-le, prosternés”.
-Anglès: “Down in adoration falling”.
-Alemany: “Knieet hin und betet an”.
Com veiem, el castellà, l’italià i el francès són els que van més enllà en la invitació a fer un gest, que és en aquest cas la prostració. En l’anglès queda imprecís si cal prosternar-se o agenollar-se. El català i l’alemany es queden entremig: agenollar-se.
Dic “entremig” perquè molts no saben que Veneremur cernui vol dir simplement “Venerem-lo inclinats”. És el gest que, després de la consagració del Pa i del Vi, les rúbriques prescriuen per als concelebrants. Per als fidels aquesta prescripció val només quan hi ha un impediment físic d’agenollar-se (pel lloc o per dificultat corporal).
Un desafiament
Però fa decennis que a casa nostra i en molts indrets del món l’excepció ha esdevingut normalitat. I, quan es consolida una normalitat, de fet passa de ser una pràctica contra legem a una praeter legem (no hauríem de pressuposar voluntat de transgressió en els fidels que es queden drets durant la consagració!). Sí que ja és hora que comencem a revisar si tenen sentit habituds litúrgiques que ara s’han anquilosat i, a la llarga, han empobrit l’expressivitat corporal en la litúrgia. I és que el culte cristià no pot ser reduït a una elaboració mental per satisfer la fe personal sinó que el caràcter comunitari de la litúrgia demana que hi actuï l’ànima i també el cos.
Alguns que s’han adonat d’aquesta deficiència esdevinguda congènita hi reaccionen apel·lant al legalisme i blasmen de fet el conjunt de l’assemblea cristiana quan adopten una posició desafiant (“els qui ens agenollem durant la consagració tenim raó perquè així ho diu el missal”). Aquesta reivindicació crea un cert desconcert per a molts fidels que de bona fe participen a l’eucaristia d’acord amb els gestos i la dinàmica que han viscut sempre o de fa molts anys.
És irreverent que els gestos corporals en una celebració sagrada tinguin un to desafiador. Aquesta situació “testimonial” (?) d’agenollar-se a la consagració, situació creixent a causa de la formació que es dóna en algun dels nostres seminaris, té preocupats certs clergues. Els comprenc perfectament: un seminarista que vulgui donar lliçons no serà un bon pastor el dia de demà. Però els pregunto (i em pregunto a mi mateix): ¿És suficient que els fidels es quedin immòbils dempeus en el moment més sagrat de la celebració i no expressin també corporalment la veneració envers els “sagrats misteris”? La meva resposta és humilment contundent: no!
Una solució
Per això opino que no n’hi ha prou amb lamentacions en veure que els clergues que ara pugen s’agafen a la lletra de la rúbrica i potser inviten els fidels a imitar-los. Crec que hem de cercar una solució. Monsenyor Pere Tena, com molts altres clergues a partir d’una certa edat, feia reverència profunda en lloc de genuflexió, i deia amb la seva irònica bonhomia: “Com que m’he dedicat a la litúrgia, ara es pensaran que tothom m’ha d’imitar!”.
No, no hem d’imitar per mimetisme ni el bisbe Tena, ni el papa Francesc ni els preveres amb problemes de genolls. Però sí que allò que ells feien o fan per necessitat pot ser profitós, per altres motius, a persones que no tenen aquelles limitacions. A vegades les solucions intermèdies són millors que les extremes de “o tot o res”.
¿El Veneremur cernui no podria ser el gest digne per a aquell moment especialment sagrat de les nostres eucaristies? ¿No seria eloqüent veure com una assemblea en pregària, inclinant-se profundament, s’uneix als preveres concelebrants, tal com solen practicar els fidels de l’Orient cristià?
Ordenacio de Dones
L’únic argument sòlid per què les dones no puguin ser ordenades preveres és que Jesús, quan en el darrer sopar va encomanar als seus comensals de fer aquell ritu com a memorial seu, els comensals només eren homes.
Els altres tres arguments principals que s’acostumen a donar a més d’aquest són, el primer, que com que el capellà representa Jesucrist sempre l’evocarà més fàcilment un home que una dona; el segon, que la tradició de l’Església sempre ho ha fet així; i el tercer, que antropològicament escau més a l’home que a la dona aquest ministeri. El primer argument no crec que calgui ni intentar rebatre’l, i respecte al segon crec que és bastant clar que aquesta és una qüestió totalment marcada per la cultura dels moment. Respecte al tercer, el que voldria dir és que em resulta curiosa aquesta mena d’antropologia, que m’imagino que està basada en la relació sexual, entenent aquesta relació com l’acció d’un principi actiu –l’home– sobre un principi passiu –la dona–, cosa que com a mínim resulta altament discutible.
Doncs tornem a l’argument inicial. Si donem per bo que al darrer sopar només hi eren Jesús i els dotze apòstols, i que els que han de continuar fent present el memorial de Jesús han de tenir les característiques d’aquells primers a qui se’ls va encarregar, podríem dir que les característiques bàsiques que compartien els apòstols eren tres: ser homes, ser jueus i ser dotze –una xifra emblemàtica, significant les dotze tribus d’Israel–. Per tant, els qui haurien de poder presidir l’Eucaristia haurien de ser homes, ser jueus i ser dotze a tot el món. Però el cas és que d’aquestes tres característiques només es dona valor a una, la de ser homes. Cosa que desqualifica bastant tota l’argumentació.
Però hi ha encara una segona qüestió, en aquesta mateixa línia. Resulta que, en el darrer sopar, Jesús va dir als dotze apòstols, i només a ells: “Feu això, que és el meu memorial”. Però resulta que abans, prenent el pa, els havia dit també: “Preneu i mengeu-ne tots”. I passant-los el calze els havia dit igualment: “Preneu i beveu-ne tots”. Ho va dir als dotze apòstols, a dotze homes. A cap dona. Doncs, si del fet que l’encàrrec de presidir l’Eucaristia el va fer a dotze homes en deduïm que només els homes poden presidir-la, també, del fet que l’encàrrec de menjar el pa i beure el vi també el va fer només a homes, n’hauríem de deduir amb la mateixa seguretat que les dones no poden combregar, que això és una cosa reservada només a homes.
Tot això que estic dient ho he tret d’un article de Karlheintz Ruhstorfer publicat en el número 229 de Selecciones de Teología. Però l’autor no es queda aquí i, després de dir aquestes coses, va més a fons i reflexiona sobre la poca solidesa teològica i cristològica que hi ha darrere la negativa a l’ordenació presbiteral de les dones.
Déu, en Jesús, va assumir la condició humana en la seva totalitat. Tot ésser humà, sigui home o dona, porta plenament en el seu rostre la imatge de Jesús, i per tant, la imatge de Déu. Per assumir la condició humana, que és finita, Déu no va pretendre assumir totes les modalitats d’aquesta condició, perquè això, precisament, hauria estat antihumà. Jesús va ser home i no dona, Jesús va ser jueu i no grec, Jesús va ser lliure i no esclau. Però sant Pau ja ens va aclarir, a Gàlates 3,28, que això no vol dir que els homes, els jueus i els lliures portin més intensament gravada la imatge de Jesús: “En Jesús, no hi ha jueu ni grec, no hi ha esclau ni lliure, no hi ha home ni dona”. També ens va aclarir, a 2 Corintis 5,16-17, que els cristians som una creació nova, en la qual no compta el que siguem “segons la carn”.
Doncs bé. Resulta que la prohibició que les dones puguin ser preveres liquida aquests principis. Perquè resulta que, segons aquest prohibició, hi ha éssers humans que poden assumir plenament la imatge de Jesús, inclosa la de cap de la comunitat, i altres que no, que no poden assumir la imatge de Jesús en la seva totalitat: els està vetada la imatge de cap de la comunitat, per un motiu que no és “de l’Esperit”, és a dir, que no depèn de l’esperit de cada persona que el fa més o menys apta per a aquesta tasca –això que en llenguatge cristià anomenem els “carismes”–, sino que el veto és per un motiu “de la carn”: ho tenen prohibit per causa del sexe amb què van néixer.
Les dones, doncs, segons l’actual disciplina eclesiàstica, són menys imatge de Jesús que els homes. Les dones són una imatge coixa de Jesús.
Ja es veu, que això no pot ser. Déu vulgui que canviï aviat.
El jesuïta Pep Baquer fa una mirada crítica i amorosa sobre l'homosexualitat a l'Església
(Laura Mor –CR) Per una Església més evangèlica i compassiva, on totes les orientacions sexuals se sentin acollides. Així s'ha presentat el llibre La parella humana del jesuïta Josep Baquer aquest dimarts al vespre al Casal Loiola de Barcelona en una sala plena de gom a gom. Més d'un centenar de persones s'han reunit per conèixer un text que s'emmarca dins d'un “diàleg intraeclesial” i que neix com una opció de consciència. Baquer l'ha escrit per generar opinió: “Hem de començar a generar vida nosaltes, la vida va davant, els documents oficials ja arribaran”, ha dit amb convenciment.
El nucli central de La parella humana desgrana la pregunta “en quin sentit és sacrament la parella heterosexual”. I a partir d'aquí ofereix una mirada positiva i oberta. Baquer basa el relat en la seva experiència d'acompanyament real. I hi explica “què vol dir acompanyar la diversitat”. L'autor espera que el llibre ajudi “a obrir els ulls i el cor, a activar el sentit comú a la part més prepotent de la mesa de diàleg i, a tots seny, esperança i coratge i molta lucidesa”.
En el diàleg de dimarts sobre el llibre han participat l'autor Pep Baquer, la religiosa de Jesús Maria Maite Valls i l'escolapi Ramon Maria Nogués. Tots tres professors a la Fundació Vidal i Barraquer, tant del Postgrau en Acompanyament Espiritual com del Màster en Espiritualitat Transcultural. Una taula moderada per Marisol Ortiz, membre de les Comunitats de Vida Cristiana vinculades al Casal Loiola, cofundadora d'Acollim i membre d'AMPGYL (Asociación de Madres y Padres de Gays y Lesbianas).
Ortiz ha repassat els continguts del llibre: des dels fonaments bíblics i doctrinals, passant per la parella humana com a sagrament, la plenitud humana i l'homosexualitat, fins a respondre si els gais tenen llibertat d'opinió en el si de l'Església. Ha descrit el text com “una entenedora reflexió sobre l'homosexualitat a l'Església” i ha dit que l'autor “fa una mirada crítica i amorosa des del si de l'Església”.
L'art de l'equilibri entre la minoria i l'Església
La religiosa de Jesús Maria, psicòloga, psicoterapeuta i mestra Maite Valls, ha descrit la lectura del llibre com “un recorregut de profunditat”. Tant pels textos que l'Església utilitza per justificar la seva opció davant l'homosexualitat, com el recorregut pel patiments d'aquestes persones que per la seva orientació viuen un rebuig. “Avui tots portem en el cor aquesta minoria”, ha dit Valls.
“El Pep fa una crítica dels textos de l'Església que condemnen l'homosexualitat i intenta donar unes estructures i uns fonaments més flexibles, en definitiva, més evangèlics”. Segons Valls, l'autor no se situa a la contra de ningú sinó “a favor dels qui més pateixen, en aquest cas, a favor d'aquesta minoria”. Al llarg del llibre Valls hi ha detectat “un art d'equilibri entre aquesta minoria i l'Església”. I també “una nova interpretació, una nova esperança, una nova llum que eixampla el cor”.
De les normes a la llibertat
Valls ha parlat de cinc eixos transversals del llibre. Per un banda, l'ha descrit com un exercici de justícia. “Justícia a tantes persones que viuen aquesta exclusió, que viuen aquest patiment per causa de la seva orientació sexual”. També ha valorat la transparència i valentia de “dir les coses pel seu nom”. En tercer lloc ha subratllat la delicadesa i la sensibilitat de l'autor en aquest “intent de reparar el patiment d'aquestes persones i, alhora, la delicadesa i sensibilitat en una profunda estimació per l'Església, tot i experimentar-la com a feble i pecadora”. Ha parlat de la llibertat de l'autor a l'hora de fer ”una lectura crítica”. I finalment, s'ha referit a la responsabilitat “de reconstrucció dels fonaments des de dins de l'Església”.
Valls creu que de fons hi ha “una proposta d'utopia, que està en passar de l'Església jeràrquica, on uns pocs marquen el camí de la resta, a l'Església poble de Déu, on la recerca de la veritat es fa entre tots, en comunió, des de la base”. També considera que l'autor fa una crida a “passar de la rigidesa, a la consciència i a exercir la pròpia llibertat”.
En l'àmbit de pertinença eclesial, ha demanat “passar d'apartar-nos de l'Església perquè no respon a les nostres expectatives –la temptació que podem tenir– a estimar-la com una mare”. Valls ha conclòs que el llibre l'ha reafirmat en un convenciment profund: “La vida no són normes, lleis, teories, sinó que es tracta d'elaborar el que portem a dins i viure-ho des de la llibertat i des de la coherència interior, i lluitar perquè les minories també puguin viure”.
“La relació sexual sempre és conflictiva”
L'escolapi Ramon Maria Nogués, autor del pròleg del llibre, ha presentat algunes consideracions des de biologia. “Quan parlem des del punt de vista ètic, espiritual, la gent del ram de la cera –teòlegs, capellans, etc.– tendim a fer teories que després projectem sobre la realitat”. En comptes fer el camí a la inversa. Ha defensat així que “la relació sexual sempre és conflictiva”, de la mateixa manera que “totes les grans relacions humanes són conflictives”.
Per aquesta raó ha recomanat parlar de l'homosexualitat sense perdre de vista que “la parella humana heterosexual és el lloc de grans elaboracions i de grans fracassos i conflictes”. Sense anar més lluny, s'ha referit a la freqüència amb què es produeixen trencaments entre parelles.
També ha explicat que “des del punt de vista biològic la parella típica és l'heterosexual”. Si bé “la biologia moderna ha analitzat que en moltes espècies es donen parelles minoritàries homosexuals”. I que “el biòleg registra aquesta situació com a minoria normal”.
“No hi ha minories exitoses”
Sobre les raons d'aquesta evidència, Nogués ha explicat que “la discussió és viva”. “Els sociòlegs tendeixen a dir que mana la cultura i els biòlegs, que mana la biologia”. En qualsevol cas, ha recomanat que aquesta situació observada per la biologia moderna “sigui tinguda en compte per totes les disciplines de tipus normatiu, com l'ètica”.
Nogués ha defensat que “no hi ha cap teoria que expliqui satisfactòriament perquè en el món animal en general hi ha parelles homosexuals”. Del caràcter minoritari d'aquesta realitat, ha fet una reflexió més aviat antropològica: “Les minories sempre tenen problemes i el nostre país és un exemple: no hi ha minories exitoses, allò que no és freqüent, crida l'atenció i crea rebuig”.
Per això ha dit que el pas de l'acceptació social “no implica que no hi hagi dificultats associades a la vivència de les minories”. S'ha referit a l'experiència particular de les parelles homosexuals. I ha conclòs afirmant que “la qualitat de la sexualitat heterosexual i homosexual sempre s'ha de mesurar per l'amor, no pel tipus de relació que es produeix”.
Vèncer el cercle paternalista
L'autor, Pep Baquer, ha recordat que va participar en la presentació del llibre Tender un puente del jesuïta James Martin. Un text que, segons Baquer, apuntava les claus per fer possible un diàleg intraeclesial. “S'agafava a tres paraules que surten al catecisme de l'Església catòlica: respecte, compassió i sensibilitat”. Deia, Martin, que aquest diàleg és un pont de doble direcció. Una invitació al diàleg i a la pregària.
Però hi va trobar a faltar “la referència a l'assimetria fàctica que hi ha a banda i banda de la mesa de diàleg: la jerarquia –minoria– i el laïcat –majoria”. En aquell moment Baquer ja havia escrit La parella humana. Al seu llibre proposa les condicions i el contingut del diàleg. Exposa “la tensió teòrica entre Església comunió i Església jeràrquica” i refresca textos conciliars “que potser tenim oblidats”. Baquer ha demanat explíticament recuperar el tercer capítol de la Constitució Lumen gentium. “Hauríem de començar a vèncer aquest cercle paternalista; i això vol dir que hem d'opinar amb tota llibertat i hem de posar tot allò que sabem i que investiguem, al servei de la comunitat”, ha defensat.
Baquer també inclou una lectura de textos bàsics de la Doctrina Social de l'Església: “Amb gran sorpresa, quan un llegeix tota l'argumentació bíblica que es fa servir als llibres de moral per dir 'l'homosexualitat, no'.” El jesuïta considera, textos en mà, “que no es pot provar absolutament res del que es pretén provar amb la doctrina oficial”. I conclou que “no es pot manipular la Bíblia per explicar segons què”.
martes, 17 de septiembre de 2019
Uno de los manuscritos del mar Muerto se fabricó con una tecnología desconocida para su época
Los manuscritos del mar muerto son una colección de 972 pergaminos de incalculable valor. No solo son contemporáneos a la época de Jesús de Nazareth. Además contienen datos únicos sobre los orígenes del cristianismo. Un reciente análisis ha revelado un descubrimiento muy sorprendente sobre uno de ellos.
Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard ha analizado un fragmento de uno de los manuscritos más importantes que se conocen mediante microscopía de electrones, una técnica que nunca se había usado hasta ahora sobre las reliquias. El resultado arrojó datos inesperados. El pergamino en cuestión se conoce como Manuscrito del Templo, y los análisis revelan que se fabricó con una tecnología que no solo es diferente a la de los demás manuscritos del Mar Muerto. Además es una técnica desconocida y aparentemente perdida que ni siquiera se ha visto en pergaminos medievales elaborados siglos después.
La razón por la que los investigadores decidieron analizar el Manuscrito del Templo y no otro es precisamente porque ya a primera vista se puede apreciar que es diferente a todos los demás. Para empezar es mucho más fino. Su superficie apenas tiene una décima de milímetro, algo muy poco común en los pergaminos de la época. Pese a su delgadez, tiene una longitud de más de ocho metros y se ha conservado increíblemente bien para tener cerca de 2.000 años. También es el más claro de todos los pergaminos hallados en las cuevas de Qumrán, a orillas del mar Muerto. Su superficie es de una tonalidad muy clara en comparación con la de otros pergaminos que suelen exhibir diferentes tonos de marrón.
Los pergaminos para escritura se fabricaban con pieles de animales cuya superficie se rascaba hasta eliminar cualquier rastro de grasa o pelo. Después, se tensaban y se ponían a secar, y en ocasiones se frotaban con sal.
En el Manuscrito del templo, la tinta se aplicó sobre el lado contrario al habitual. Está escrito por la parte del pergamino que corresponde al interior del animal, no en la cara dónde estaba el pelo como era la costumbre. Además, la superficie del manuscrito parece estar cubierta de una capa de material inorgánico. Los arqueólogos estaban interesados en estudiar precisamente esa capa, así que analizaron su composición química mediante técnicas no invasivas.
Lo que encontraron fue una inusual concentración de sales compuestas de sulfuro, sodio y calcio. El hallazgo sugiere que el artesano que fabricó este pergamino aplicó una especie de capa de imprimación a su superficie, una técnica que está muy por encima de los toscos pergaminos usados en la Edad Media. Esta imprimación no coincide con ninguna de las sales comúnmente utilizadas en el mar Muerto, lo que indica que el Manuscrito del templo fue fabricado en algún otro lugar, o se fabricó empleando una técnica y un tipo de sales que desde luego no son propias de esa región y esa época.
La capa de imprimación explica por qué el manuscrito ha sobrevivido tan bien al paso del tiempo pese a las malas condiciones en las que se ha conservado en años recientes. La reliquia fue encontrada en una cueva en el año 1956. Al parecer, los responsables de su descubrimiento fueron los miembro de una tribu de beduinos nómadas que vendieron la reliquia a un comerciante de antigüedades. Este envolvió el rollo de pergamino en celofán, lo metió en una caja de zapatos y lo escondió bajo las tablas del suelo de su tienda.
Los arqueólogos lo hallaron once años después, pero para entonces ya estaba muy dañado por la humedad. Cualquier otro pergamino hubiera terminado completamente destruido tras ese trato, pero el Manuscrito del Templo aguantó. El siguiente paso de los científicos es tratar de averiguar la procedencia de la técnica con la que lo fabricaron. De momento, el análisis nos deja con una respuesta y muchas preguntas. [Sciencemag vía Science Alert]
El populismo socialdemócrata del Papa Francisco
Como Sorrentino hace apenas unas semanas, ahora es el brasileño Fernando Meirelles el que en 'Los dos papas' multiplica por dos los pontífices en un encuentro imaginado entre el dimitido Ratzinger y el actual Bergoglio
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El Papa, el de Roma, es tendencia. Aunque en puridad, lo suyo es hablar en plural: tendencias. En el margen estrecho de una semana, los sumos pontífices se cuentan por cuatro.
Hace nada supimos que la nueva temporada de la serie firmada por el italiano Paolo Sorrentino (The new Pope) imagina la posibilidad de un encuentro del papa interpretado por Jude Law con el recién llegado al que da vida John Malkovich. Al primero le obsesiona la fortaleza de un dogma que, a su juicio, ha acabado por mancharse más de la cuenta de la realidad. Al segundo, es la fragilidad de una institución tan delicadamente anacrónica lo que le martiriza. Algo parecido a un socorrido milagro hace que el primero, para sorpresa de todos, despierte en la segunda temporada del coma. Y punto.
Ahora, en Toronto, el brasileño Fernando Meirelles elucubra sobre el improbable, aunque posible, encuentro entre el dimitido Joseph Ratzinger, al que da vida un mesurado y sabio Anthony Hopkins, y el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, interpretado por un Jonathan Pryce muy cerca de la perfección.
Los dos papas es el título de cajón para este drama que sin renunciar a la comedia intenta ser una disección no tanto de la Iglesia, que también, como de la propia y generalizada necesidad, en un tiempo de nacionalismos, barreras y odios en red, de creer en algo, por universal, común. Llámese fe o, más sencillo, dignidad. Y esta última carencia entiéndase en un sentido muy general y más laico que quizá religioso.
Lo primero es dar con la improbable clave para tanta coincidencia. Sí, es cierto que el hecho de que un papa dejara el cargo sin más no se veía desde... nunca quizá. Las crónicas hablan de que en 1415 Gregorio XII hizo algo parecido. Pero ahí, fueron los rivales los que metieron presión. Nada de esto parece documentado en el caso de Benedicto XVI. Él fue el que decidió irse, quién sabe si forzado por las circunstancias con el escándalo de la pederastia demasiado presente u obligado por la debilidad de la edad o simplemente como resultado de un inescrutable despertar político.
Digamos que el hecho es lo suficientemente anómalo para que el cine haya decidido prestarle atención y Meirelles combina todas las posibilidades de antes de la mano de un más que brillante guión de Anthony McCarten (responsable también de La hora más oscura o Bohemian Rhapsody).
Sin embargo, la anomalía del desmedido número papal no parece motivo suficiente para tanto cine. Necesario sí, pero no suficiente. Para Sorrentino, por ejemplo, la reciente atención por la Iglesia tanto suya como ajena tiene que ver con la necesidad, cada vez más acuciante, de un relato en estos tiempos tan fracturados, discontinuos y fugaces. El alma del catolicismo, a entender de este napolitano cabal, tiene que ver con la teatralización del rito, con la creación de una narración que ordena lo desordenado. Esa sería la razón de ser de cualquier religión, pero en el caso de la católica con sus eucaristías tan cerca de la comedia del arte, más. Y el cine o la televisión, en correspondencia, hace lo mismo: crear relato.
Meirelles parece de la misma opinión, pero su lectura es más política que, digamos, teatral o filosófica. En el ideario de su película, se enfrentan dos formas de entender el papel de la religión hoy. De un lado, la mirada dogmática, integrista o simplemente coherente. El intelectual que es Ratzinger sabe y razona que el sentido de una institución como la suya es el de mantenerse en lo sagrado al margen de una realidad por definición contingente. Anacrónica sí, pero, por ello mismo, eterna.
El jesuita Bergoglio, en cambio, ama el fútbol y eso le condena a emplear una u otra táctica según el rival. Y el enemigo ahora es la falta de respuesta ante el exceso de preguntas. Eso y el primar en la mayor vergüenza de la Iglesia en los tiempos recientes el perdón de los pecadores sobre el dolor de las víctimas. Hablamos, de nuevo, de la pederastia.
La película dibuja a un Benedicto que, de repente, descubre la gracia de la política. Y hasta del fútbol. ¿Y si la mejor manera de servir a la institución que gobierna es dejar de hacerlo? Estrategia lo llaman. No en balde, la película gira sobre una cita de Platón que reconoce como principal virtud de un líder el que no quiera serlo.
El alemán ama la música clásica, su único chiste bueno es el reconocimiento de su incapacidad para hacer chistes y, cuando quiere que nadie se entere de la gravedad de sus palabras, habla en latín. El argentino, en cambio, sabe de la utilidad de una broma a tiempo, baila tangos siempre que tiene ocasión, odia usar otro idioma que no sea el suyo y su canción preferida es Dancing queen, de Abba.
Meirelles y McCarten dejan la carga de la prueba del lado, obviamente, de Francisco. Y lo hacen desde la descacharrante escena inicial en la que le presenta intentando comprar un billete de avión por teléfono. El desencadenante del encuentro es una petición para jubilarse que Bergoglio presenta a Ratzinger. Este último la interpreta como una protesta a su papado y, desde ahí, la película se enreda una larga conversación con el reconocimiento de la posibilidad de la duda por parte del segundo.
El alemán se mantiene firme en sus creencias, pero acaba por admitir que quizá sea el momento del populismo socialdemócrata, llamémoslo así, del argentino. O así lo quiere el director y el guionista que dedican infinitamente más tiempo a rastrear en el pasado de Bergoglio, en sus motivaciones, su fe, su juventud y, lo más delicado, su postura discutiblemente dialogante durante la brutal dictadura argentina que a nada que tenga que ver, por ejemplo, con el pasado en las juventudes hitlerianas de su homólogo(apenas dos menciones a la palabra nazi).
Y así hasta construir una cinta sostenida básicamente por dos interpretaciones memorables cuya evidente finalidad es presentar al papa actual y activo como la respuesta a una necesidad global y a un tiempo en el que, a decir del director, dios es político o no es. En el ideario de Bergoglio, siempre según Meirelles, la realidad es tozuda, inamovible y hasta de derechas y la respuesta de la fe sólo puede ser la contraria. Es decir, dios no sólo es político sino que, además, es de izquierdas; "de los pobres", dice. El cierre de la cinta haciendo coincidir imágenes de emigrantes, muros y catástrofes naturales con un papa que habla favor de la compresión y la fraternidad, y en contra de un sistema que cada día que pasa hace más profunda la brecha entre ricos y pobres da la pauta. Nunca le sentó tan bien el cine al papado.
LLuis Martines
'San Francisco' de Zurbarán, declarado Bien de Interés Cultural
La Comunidad de Madrid ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el cuadro San Francisco atribuido al pintor extremeño Francisco de Zurbarán, del que los técnicos han destacado su modelado, juego de plegados y naturalismo gracias a la luz y el cromatismo.
En un comunicado, la administración madrileña ha destacado la importancia del pintor en la pintura barroca española y ha señalado que el cuadro reúne los valores artístico primordiales para "hacerla merecedora de tal protección".
El San Francisco cuadro mide 118 centímetros de alto y 114 de ancho y retrata al san Francisco de Asís en posición de oración, con un sobrio tono cromático de tonos ocres característico de Zurbarán, y pertenece a una colección particular.
Autorización necesaria
La declaración de esta obra como BIC supone que cualquier actuación que se pretenda llevar sobre ella debe contar con la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la administración madrileña.
La historiografía de la pieza se remonta a 1964, cuando César Pemán, después de conocer la fotografía facilitada por el Archivo Mas de Barcelona, la consideró autógrafa y trazó su procedencia hasta finales del siglo XVII, cuando fue propiedad de Francisco Ramírez de la Piscina.
sábado, 14 de septiembre de 2019
Los templos solares de la V dinastía egipcia
Cuando uno piensa en el antiguo Egipto a su mente vienen pirámides, momias, el imponente templo de Karnak, algún que otro templo de ‘‘Millones de Años’’, faraones como Ramsés II, tumbas como la de Tutankhamón…, pero además de todas estas maravillas, en Egipto hubo unos templos menos conocidos e igualmente fascinantes, los templos solares del Reino Antiguo.
Edificados durante la V dinastía por seis de los nueve faraones de la misma, únicamente han sido descubiertos dos de estos templos, el del faraón Userkaf, primer rey de la dinastía y el primero en edificar un templo solar, el cual fue conocido como ‘‘Fortaleza de Ra’’, y el de Niuserre, llamado ‘‘Lugar de deseo de Ra’’, descubierto en mejores condiciones que el de su antepasado. Ambos se construyeron en Abu Gurob, yacimiento situado a 1’5 km al norte de Abusir.
Francisco López – Febrero de 1998
El recinto correspondiente al templo solar de Nyuserra se encuentra en Abusir, cerca del complejo del faraón. El templo bajo (8) constaba de 3 entradas, con un pórtico formado por 4 columas en la fachada principal y 2 de dos columnas en las subsidiarias. El templo bajo se une al templo superior por medio de la avenida (7) que desembocaba en un vestíbulo (6). Este vestíbulo abriá a ambos lados unos corredores (4) que rodeaban el recinto superior por un lado hacia los almacenes, que incluía un matadero, y por el otro hacia el obelisco. La decoración mostraba escenas del faraón en el festival sed. En el lateral abierto hacia el obelisco se encontraba el acceso a este y una habitación conocida como ‘Habitación de las estaciones’ decorada con escenas de las 3 estaciones anuales (ajet, peret y shemu).
El altar (5) se encontraba justo frente al obelisco (2) y estaba destinado a realizar los sacrificios de culto al sol. El obelisco era el elemento fundamental del templo. Era el elemento representativo del culto solar típico de la época. Estaba construido con piedra caliza, revestido con caliza de Tura, y tenía una altura de 35 metros. Se apoyaba sobre un pedestal (3) de 20 metros de altura con una inclinación de 75º.
El último elemento del recinto lo constituía el barco solar (1), construido en ladrillo pintado y madera. El barco tenía una longitud de 30 metros.
– Historia de las Pirámides de Egipto de José Miguel Parra Ortiz. Editorial Complutense. Madrid 1997
El hecho de haber encontrado únicamente dos de estas construcciones hace que algunos expertos duden de la existencia de los otros cuatro templos, apuntando la probabilidad de que los monarcas de la V dinastía reutilizasen los templos de sus antepasados, modificando tanto su arquitectura como el nombre de los mismos. Sea como fuere, lo que sí sabemos es el nombre del resto de templos solares: ‘‘Lugar de sacrificios para Ra’’, el templo del faraón Sahure; ‘‘Lugar predilecto de Ra’’, el de Neferirkare; ‘‘Mesa de ofrendas de Ra’’, de Neferefre; y ‘‘Horizonte de Ra’’ de Menkauhor. Como puede apreciarse por sus nombres, estos templos honraban al dios Ra, y habrían aparecido como respuesta al progresivo aumento de la importancia de esta divinidad.
Espacialmente también se aprecia la importancia del dios Ra, ya que el elemento principal de estos complejos templarios era un gran pedestal sobre el que se ubicaba un obelisco, símbolo del dios solar.Los edificios que configuraban estos templos eran un templo bajo, una calzada, y un templo alto desde el que se accedía al recinto sagrado, donde se encontraba el obelisco, en el extremo de un patio a cielo abierto, y varias edificaciones más. Los elementos arquitectónicos que lo componen hacen que estos templos sean muy similares a los complejos funerarios reales de esta época, lo que ha llevado a que los templos solares sean considerados, por algunos expertos, como un complejo funerario para Ra.
Artículo: Sandra Pajares Sotillo
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