El conjunto de augurios de la religión afrocubana para el 2017, o Letra del Año, fue revelado este martes en la Asociación Cultural Yoruba de Cuba en La Habana.
Entre sus recomendaciones, los maestros santeros incluyeron algunas inequívocamente políticas como “incentivar los cambios económicos y socioculturales entre países”, léase Cuba y Estados Unidos, “incentivar los hábitos laborales”, con la baja productividad como problema estructural en la isla, o “prestar esmerada atención a la posible proliferación de hechos corrupción”.
En la prolija guía para el año nuevo aparecen también refranes como “Ningún sombrero puede ser más famoso que la corona”, “Un solo rey gobierna un pueblo” o “Todo lo tengo y todo me falta”.
Lejos de reducirse al terreno de las creencias ancestrales, la religión yoruba o Regla de Ocha, es una práctica extendida en Cuba, sincretizada con la religión católica en lo que se conoce popularmente como santería.
Importada por los esclavos africanos en el periodo colonial, siempre tuvo raigambre pero su influencia se disparó de nuevo desde que en los noventa el régimen comunista se volvió más tolerante con los cultos religiosos. Si bien no existe un sondeo actualizado y fiable, es una realidad notoria en Cuba que la santería es la práctica religiosa mayoritaria, por encima del rito católico, y sin duda uno de los fenómenos culturales de más calibre actualmente en la isla. Seguida por negros y blancos, también está presente entre los cubanos emigrados.
La palabra de los maestros yorubas cubanos, por lo tanto, tiene su peculiar predicamento. Conscientes de ello, entreveran en sus profecías mensajes relacionados con el crucial periodo de cambios que atraviesa la isla.
En obvia alusión al deshielo, la mejora de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el babalao –sacerdote yoruba– Lázaro Cuesta pronosticó en la rueda de prensa que el dios Oggún traerá “un magnífico año” y “facilitará sus machetes para desmochar las plantas que impiden que los unos y los otros se comuniquen”. Las predicciones señalan también “desenvolvimiento económico, firme y seguro”. Los augurios yorubas contrastan con una realidad marcada por la entrada en recesión de Cuba durante el 2016 y la llegada el 20 de enero a la Casa Blanca de Donald Trump, que ha afirmado que será severo en sus relaciones con La Habana y que podría suprimir las iniciativas de acercamiento bilateral de Barack Obama.
Oggún es el orisha –dios– tutelar del año 2017, según el Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifá. Hijo de Obatalá y Yemú, es el dueño de los metales, los montes y los caminos, señor de la tecnología y las guerras.
La Letra del Año, que se publica en Cuba desde el siglo XIX, indica que en 2017 se debe prestar “especial atención” a los fenómenos meteorológicos, a la “protección de las áreas costeras” y a la “educación de los niños”, entre otros asuntos, y ofrece un abanico de consejos que va desde la ropa –“Se recomienda vestir de blanco”– hasta la alimentación –“No se deben ingerir comidas atrasadas y frutas arenosas con el fin de evitar problemas digestivos”– o el cuidado del medio –“Evitar la contaminación por desechos y desperdicios”–.
De cara al complejo 2017 que encara Cuba, en serios apuros económicos y con sus lazos con Washington en la encrucijada, el babalao Lázaro Cuesta afirmó que el Oráculo de Ifá, el sistema adivinatorio yoruba, sugiere “ser flexibles”, no intransigentes: “Nadie puede estrechar la mano amiga con la mano cerrada”.
Pablo delLlano para elPaís,es
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