¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la Casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén, está construida
como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor
para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.
Augurad la paz a Jerusalén:
"¡Vivan seguros los que te aman!
¡Haya paz dentro de tus muros
y en tus palacios seguridad!".
Por amor a mis hermanos y amigos,
diré: "La paz esté contigo".
Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios,
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