La vida es un juego en el que se entra sin conocer las reglas. Esto es así porque el propio objetivo del juego es descubrir sus reglas; una a una y con el tiempo que sobra, jugar.
El juego no tiene un tiempo para acabar, pero hay una hora en la que usted tiene que parar. Esa hora no se puede saber. Esto es una regla del juego.
En este juego todos entran, son muchos los que juegan, pero pocos los que consiguen ganar. No gana quien permanece más tiempo jugando; gana aquel que cuando es invitado a acabar el juego, todos los compañeros se levantan y por un tiempo, pierden la voluntad de jugar.
Luis Correa
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