Un documental seguirá el itinerario de la dama gallega que a finales del siglo IV viajó a Tierra Santa y cuyo manuscrito constituye una importante fuente histórica y lingüística.
Fresco de Pompeya de una mujer romana antes de escribir. |
Entre los años 381 y 384 de nuestra era, una mujer culta y rica de la Gallaecia romana realiza un viaje a Tierra Santa lleno de peligros e incomodidades. El rodaje del documental Egeria, la primera peregrina, que comienza este mes en Jerusalén, trae a la actualidad la figura de un personaje enigmático que dejó por escrito en su Itinerarium ad Loca Sancta las impresiones de esa apasionante aventura, lo que la convierte en la primera escritora española de nombre conocido y una de las primeras mujeres que escribe en latín.
El Itinerarium de Egeria es un documento de gran interés para el conocimiento de la liturgia de los primeros siglos del cristianismo al tiempo que prueba la antigüedad de la tradición que identifica los Santos Lugares. Se trata de un testimonio de primera mano que recoge numerosas costumbres de la época y tiene además un valor filológico pues incluye locuciones del latín popular tardío.
El periodista Luis Menéndez, director del documental, llevaba mucho tiempo detrás de este proyecto, porque, aunque hay algunos libros sobre Egeria, "hasta ahora no se había hecho nada serio a nivel audiovisual". Lo que más le impresionó del personaje fue "la aventura en sí, porque es realmente sorprendente que una mujer en el siglo IV se vaya desde Gallaecia a Tierra Santa, al otro lugar del mundo". Más de 5.000 kilómetros, en su mayor parte recorridos a lomos de un burro.
No se sabe con exactitud el lugar concreto desde donde inició el viaje Egeria, porque el Itinerario está incompleto: falta la primera y la última parte. "Se supone que el origen de Egeria está en la Gallaecia romana y que acabó sus días en Constantino-pla", añade el responsable de este proyecto audiovisual de Productora Faro. Algunos historiadores sostienen que Egeria era natural de Iria Flavia, mientras que otros sitúan su origen en el norte de Portugal o en el Bierzo. Algunas expresiones del Itinerarium y de una carta del monje gallego Valerio, a mediados del s. VII, apuntan al noroeste peninsular como su lugar de origen.
El viaje de la dama aventurera comenzó en Gallaecia, y tras recorrer el Sur de la Galia y el Norte de Italia, llegó a Constantinopla en el año 381 después de cruzar en barco el mar Adriático. De Constantinopla se trasladó a Jerusalén, visitando también Jericó, Belén, Nazaret y Cafarnaúm. Viajó a Egipto en el 382, donde visitó Alejandría, Tebas, el mar Rojo y el monte Sinaí. Posteriormente Egeria se desplazó a Antioquía, Edesa, Mesopotamia y Siria antes de volver a Constantinopla, donde se pierde su pista.
En opinión del catedrático Eduardo López Pereira, investigador de la peregrina gallega, "pudo haber fallecido en Constantinopla, porque ella en las últimas páginas dice que está muy malita y que si Dios le da vida les contará otras cosas€ Da la impresión de que ya no debía estar muy bien y quizás murió por allá. Desgraciadamente faltan las últimas hojas y solo hay un manuscrito".
Una parte del Itinerario está escrito en latín vulgar, con matices cultos. Se supone que era una mujer que gozaba de una buena posición social, pues de lo contrario no habría podido afrontar semejante viaje. López Pereira sostiene que era pariente del emperador Teodosio. "De hecho llevaba protección y una especie de salvoconducto", apunta Luis Menéndez.
En una de sus cartas escrita en Arabia comenta a sus hermanas: "A partir de este punto despachamos a los soldados que nos habían brindado protección en nombre de la autoridad romana mientras nos estuvimos moviendo por parajes peligrosos. Pero ahora se trataba de la vía pública de Egipto, que atravesaba la ciudad de Arabia, y que va desde la Tebaida hasta Pelusio, por lo que no era necesario ya incomodar a los soldados".
Hallazgo del manuscrito.
La hazaña de la peregrina gallega permaneció oculta durante siglos, pues la única referencia a Egeria aparecía en la citada carta escrita por san Valerio a los monjes del Bierzo. Fue Gian Francesco Gamurrini quien en 1884 descubrió el manuscrito de esta mujer aventurera. Se encontraba en la biblioteca de Santa María de Arezzo (Italia), proveniente de la abadía de Montecasino. Es el único manuscrito conocido que se conserva del Itinerarium. Posteriormente, en 1903, el benedictino Mario Ferotin atribuyó el texto a la virgen hispana Egeria. Los distintos códices que se conservan de la carta de san Valerio recogen su nombre de diferentes formas: Aetheria, Echeria, Etheria, Heteria, Eiheriai o Egeria. Ferotin se decantó por Eteria, o Etheria, mientras que otros autores propusieron la grafía Egeria, por figurar así en el Liber Glossarum, anónimo del año 750.
Mosaico con un mapa de Jerusalén. |
Mochilera low cost.
El documental que prepara Menéndez recoge la historia de una chica joven actual, "mochilera low cost", que recorre los lugares que visitó Egeria: la subida del Sinaí, Jerusalén, Constantinopla. "Ahora estamos preparando todo lo relacionado con los viajes y las grabaciones -comenta-. El día 14 nos vamos a Jerusalén y estaremos también en Jordania. Después, durante el verano, haremos la parte de las dramatizaciones y reconstrucción histórica en las vías romanas, en zonas de la provincia de Ourense como Portela do Home, en Lobios, o Aquis Querquennis, en Bande".
"Este mes empezamos a rodar en Jerusalén y después haremos dramatizaciones históricas en las vías romanas que se conservan en Ourense"
Dejarán para más adelante los recorridos en Egipto, para terminar en Turquía. Allí visitarán tumbas de santas tan importantes para Galicia como santa Eufemia o santa Tecla.
Menéndez espera que el largo documental pueda estar terminado a finales del año que viene. "En función de cómo salga la cosa se podría hacer una mini serie de varios capítulos". El director de "Egeria, la primera peregrina", no quiere adelantar el nombre de la actriz que seguirá la pista de Egeria ni del resto de los protagonistas "porque todavía estamos cerrando algunas gestiones".
Añade que el documental sobre Egeria, que se encuentra en fase de preproducción y se llevará a las televisiones y a festivales audiovisuales, es "una obra con vocación de exportación; no es solo para consumo interno en Galicia; de hecho se va a rodar en inglés, aunque también con versiones en gallego y castellano".Cuentan con apoyos de Italia, Portugal, Gracia y Francia. "Tenemos incluso el apoyo de monseñor Lombardi, el portavoz del Vaticano. No se puede olvidar el aspecto religioso del peregrinaje de Egeria y de sus textos. En este sentido creo que tendrá una gran repercusión en el turismo religioso", refiere Luis Menéndez.
En cuanto a la financiación del proyecto, hay una parte pública y otra privada, aunque el director prefiere no adelantar el presupuesto final del proyecto, "porque tengo mucha experiencia en viajes y me he llevado muchas sorpresas en este sentido". Menéndez ya grabó en Tierra Santa hace más de veinte años, cuando hizo Galegos no mundo en Israel para TVG, y sabe que es complicado filmar allí, sobre todo por el tema de los permisos. "De todas formas, como no vamos a grabar nada relacionado con el conflicto árabe-israelí supongo que no nos pondrán demasiadas trabas", concluye el periodista ourensano.
Celebraciones litúrgicas.
En la segunda parte del Itinerarium de Egeria se da una descripción de la liturgia tal como se celebraba en Jerusalén: el oficio diario, los oficios propios del domingo, las celebraciones en el curso del año litúrgico, aportando una serie de detalles relativos a la Semana Santa y fiestas de Pascua.
Se trata de una peregrinación para recorrer los lugares que había pisado Jesucristo. "Verdaderamente -se lee en su diario-, esto era lo que yo más deseaba: que al llegar a cualquier sitio se nos leyese el pasaje correspondiente de la Biblia".
Como señala López Pereira, Egeria "pasa en Palestina la Semana Santa y nos la describe día a día. Conocemos por ella, por ejemplo, todos los detalles de los oficios de Viernes Santo, donde se da a besar la Cruz. Refiere incluso alguna curiosidad, como el cuidado que se debe poner para evitar casos como el de una persona que aprovechó el momento de besar la Cruz para darle un mordisco y llevarse una reliquia del lignum crucis. Egeria cuenta todos los detalles de las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. Y no sólo eso, se han hecho excavaciones arqueológicas en los Santos Lugares y en el Sinaí basándose en los testimonios de Egeria. Algo muy importante para la historia en general, no solo para la historia eclesiástica".
Egeria y sus acompañantes aprovechaban la visita a los distintos lugares para hacer oración. Así se lee en uno de los pasajes de su escrito: "Y cuando llegamos, pues, a aquel lugar [el de la zarza, cf. Ex. 3,5], era ya la hora décima, y así, porque era tarde, no pudimos hacer la oblación. Sino que se hizo oración en la iglesia. Y al otro día, levantándonos más temprano, rogamos a los presbíteros que se hiciese allí la oblación, como se hizo".
El documental que este mes empezará a rodar en Jerusalén el periodista Luis Menéndez recorrerá todos los lugares que visitó la peregrina gallega e intentará desvelar alguno de los enigmas que siguen rodeando a la figura de Egeria.
Un duro viaje.
"El de Egeria es el primer viaje de sacrificio y peregrinación de la historia. Antes había habido otros viajes literarios o de recreo, pero no de peregrinación". Así lo entiende el catedrático de Filología Latina e investigador Eduardo López Pereira, uno de los mayores especialistas en la figura de la peregrina gallega y traductor de su Itinerarium.
Tras partir de Gallaecia, Egeria atraviesa el Sur de la Galia y el Norte de Italia, cruza en barco el mar Adriático y llega a Constantinopla en el año 381. De allí parte hacia Jerusalén; visita asimismo Belén, Hebrón, Jericó y Galilea. En el año 382 se traslada a Egipto; visita Alejandría, Tebas, el mar Rojo y sube al monte Sinaí. Visita luego el monte Horeb, y regresa a Jerusalén por la tierra de Gesén. Pasado un tiempo va al monte Nebo, en Arabia, y peregrina por las tierras de Samaria. De nuevo en Jerusalén, transcurridos ya tres años desde el día que emprendió su viaje, decide regresar a su patria. Siguiendo la costa mediterránea se dirige hacia Tarso, con la intención de cruzar el Asia Menor en dirección de Constantino-pla. En Antioquía siente deseos de visitar Edesa y demora su regreso adentrándose por Siria y Mesopotamia. Finalmente vuelve a Tarso, y por Galacia y Bitinia llega a Constantinopla, donde concluye el diario de viaje.
"El sacrificio -señala López Pereira-es evidente en muchos de los lugares que visita; ella misma comenta en la subida al Sinaí que aquello no hay quien lo aguante, pues el monte es tan empinado que tiene que subir en caracol porque ni el burro puede subir. No es un viaje de placer, sino de peregrinación".
Vía: Faro de Vigo
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