En la Gruta del papa, Piette identificó varios niveles que atribuyó al período Solutrense (aproximadamente entre los años 24000 a.C. y 18000 a.C.) y un nivel al que bautizó como "capa ebúrnea" o Eburniense por la gran cantidad de objetos elaborados con este material que allí descubrió. En aquella capa (que sería posteriormente renombrada por los paleontólogos como Gravetiense, 32000 a.C.-24000 a.C.), entre varias figurillas y fragmentos, algo llamó poderosamente la atención de Piette: una pequeña cabeza sin cuerpo que parecía llevar una capucha. Había descubierto la famosa figurilla que sería conocida mundialmente como la Dama de Brassempouy.
Ubicación de la localidad francesa de Brassempouy, donde fue encontrada la figurilla de marfil.
PD
LA PERICIA DE UN ANTIGUO TALLADOR Tallada en marfil de mamut, la Dama de Brassempouy es muy pequeña, mide 3,65 centímetros de altura y 2,2 centímetros de ancho. La figurilla representa la cabeza esquematizada de una mujer de rostro triangular, con la nariz y las cejas bien perfiladas, aunque no tiene boca y los ojos apenas están esbozados. En el lado derecho de su rostro destaca una grieta vertical que lo recorre desde la frente hasta la barbilla, y que podría haber surgido como consecuencia de la estructura interna del marfil. La Dama va tocada con lo que algunos estudiosos piensan que es un peinado delicadamente elaborado con trenzas en forma de damero, mientras que para otros luciría una especie de gorro, capucha o redecilla.
La talla representa la cabeza esquemática de una mujer de rostro triangular con la nariz y las cejas bien perfiladas.
Reconstrucción idealizada de la Dama de Brassempouy realizada por Libor Balák (Academia Checa de las Ciencias, Instituto de Arqueología de Brno).
Libor Balák (CC BY-SA 4.0)
Con una antigüedad estimada de entre 26.000 a 24.000 años, la Dama de Brassempouy refleja la habilidad de quien hace tanto tiempo talló una figura que ha pasado a la historia como un icono del Paleolítico. Este artista desconocido cinceló de manera muy precisa el rostro de la mujer, lo que demuestra un gran dominio de la técnica necesaria para llevar a cabo la incisión, la perforación, el raspado y el pulido del marfil. Algunos investigadores han creído ver asimismo en el rostro de la Dama de Brassempouy unas escarificaciones que han sugerido que podrían ser tatuajes o tal vez algún tipo de maquillaje.
UNA DAMA MUY MISTERIOSA Cuando Édouard Piette escribió su primer libro La station de Brassempouy et les statuettes humaines de la période glyptique (Estación de Brassempouy y estatuillas humanas del período glíptico), publicado en la revista científicaL'Anthropologie , en 1895, no existía ningún estudio que sugiriese interpretaciones sobre el significado de aquellas figuras antropomorfas ni que las vinculase con algún tipo de culto relacionado con la fertilidad. De hecho, Piette tenía sus propias ideas al respecto, tal como explica el antropólogo norteamericano Randall White, de la Universidad de Nueva York: "Piette parece casi obsesionado por dos cuestiones: las diferencias raciales en la colección de figuritas y el parecido de algunas de ellas a las poblaciones africanas",
En 1895 no existía ningún estudio que pudiera interpretar el significado de aquellas figuras antropomorfas.
Dama de Brassempouy fotografiada en el Museo de Arqueología Nacional, Saint-Germain-en-Laye.
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Piette , influenciado por los estudios raciales tan en boga en su época, se propuso identificar a las "razas" que poblaron aquella región de Francia durante la Prehistoria. Creía que podían reconocerse con facilidad a través del arte, puesto que, según él, se trataba de representaciones muy realistas. Así, llegó a la conclusión de que durante el Paleolítico Superior convivieron dos tipos de poblaciones en la región: una relacionada con la que él llamaba "la raza bosquimana", que era más "robusta", y otra de "vientre plano" y más "civilizada", a la cual pertenecería la Dama de Brassempouy.
Pero aquel enfoque racial no tardó en caer en desuso y sería muy pronto sustituido por otras explicaciones más científicas que veían en aquel tipo de tallas prehistóricas un sentido simbólico. Mientras, el significado de la Dama de Brassempouy, que actualmente se conserva en el Museo de Arqueología Nacional, en Saint-Germain-en-Laye, sigue siendo a día de hoy objeto de acalorados debates entre la comunidad científica. Aunque lo que sí está claro es que la enigmática figurita todavía no ha acabado de revelarnos todos sus misterios.
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