las esculturas de los frisos del Partenón han regresado hoy, 24 de marzo, a Atenas. Bien, si no todas, al menos una pequeña parte, tres fragmentos, que estaban desde el siglo XIX en posesión de las autoridades eclesiásticas expuestos en los Museos Vaticanos. La decisión que se ha hecho efectiva ahora fue tomada en diciembre por el papa Francisco como un gesto hacia Jerónimo II, líder de la Iglesia Ortodoxa Griega, de un "sincero deseo de seguir el camino ecuménico de la verdad".
Los tres fragmentos de los Museos Vaticanos proceden cada uno de una parte diferente del templo. Se trata de tres cabezas: la de un niño que participaría en la panatenea , procesión para celebrar la fundación de Atenas, la de un caballo que tiraba del carro de Atenea, y la de un hombre con barba, que habría sido extraída de una metopa, –panel rectangular de los frisos dóricos– con imágenes de las guerras mitológicas entre centauros y lapitas.
Cabeza de caballo. Una de las esculturas de los frisos del Partenón devueltas por el Vaticano .
Museos Vaticanos
EL DEBATE DE LA RESTITUCIÓN DEL ARTE La decisión profundiza todavía más en el debate abierto hace décadas y que parece todavía lejos de resolverse: ¿deben las esculturas del Partenón que se encuentran dispersadas por diversos museos de todo el mundo ser reintegradas a Atenas para preservar en la medida de lo posible la unidad del monumento o están mejor custodiadas en las instituciones que las han mantenido a salvo de la destrucción durante los últimos dos siglos? Un debate que interpela sobre todo al Museo Británico, que cuenta entre las piezas más destacadas de sus colecciones 75 metros de friso arrancados del Partenón y llevados a Londres.
Gran parte de las esculturas que decoraban el Partenón pertenecen desde 1832 al Museo Británico, que asegura que las adquirió legalmente. Sus detractores sostienen que fueron objeto de un saqueo.
Varias esculturas de uno de los frontones del Partenón, actualmente propiedad del Museo Británico.
Picture Alliance
Las autoridades británicas defienden que las esculturas fueron adquiridas "legalmente" en 1802 por el diplomático británico Lord Elgin, que posteriormente las revendió al Museo Británico. Sin embargo, Grecia sostiene que fueron objeto de "saqueo" mientras el país estaba bajo ocupación otomana. Londres añade a sus argumentos la ley británica que impide al museo desmantelar su colección.
Los defensores de la devolución podrían argüir la paradoja de reclamar la unidad de una colección atesorada desmantelando la unidad de otras (como es el caso del propio Partenón). "La negociación es muy difícil, pero no imposible", indican desde Atenas. El gesto del Vaticano sin duda ha hecho que el debate vuelva a aflorar de nuevo.
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