El Ministerio de Antigüedades de Egipto anunció ayer el hallazgo de la tumba de Iwerkhy, que probablemente data de los reinados de Seti I y Ramsés II, durante la dinastía XIX de Egipto. Iwerkhy, de origen extranjero, comenzó su carrera militar bajo el reinado de Seti I y alcanzó un rango elevado en la corte egipcia del Imperio Nuevo: el general del gran ejército del rey Ramsés II. El hallazgo de la tumba, realizado al sur de la pirámide de Unis, en Saqqara, por una misión arqueológica de la Universidad de El Cairo, ya fue anunciado aquí el mes pasado. Un bloque de caliza con figuras pintadas en relieve, hallado durante las excavaciones, contiene la segunda representación conocida de una vía navegable infestada de cocodrilos, además de carros de guerra y lo que podrían ser las fuerzas policiales formadas por nubios.
La tumba no ha sido excavada del todo, pero ya ha proporcionado numerosos materiales que revelan el alto rango de Iwerkhy y de su familia: su hijo Yuppa y su nieto Hatiay; los tres nombres aparecen en las inscripciones, por lo que podría tratarse de una tumba familiar.
Iwerkhy, su hijo Yuppa y su nieto Hatiay: los tres nombres aparecen en las inscripciones
Ola el Aguizy, la directora de la misión arqueológica, ha explicado que la tumba parece seguir el estilo de otras tumbas contemporáneas de la zona, que se caracterizan por tener un patio delantero, una sala con estatuas y unos almacenes adyacentes con paredes enyesadas y techos abovedados, un peristilo o patio rodeado de columnas y unas capillas occidentales que aún no han sido excavadas.
Las escenas que se han conservado en la sala de las estatuas y en los bloques enterrados en la arena representan las actividades cotidianas del propietario de la tumba, relacionadas con su carrera militar y con los contactos que mantenía con los países vecinos, por ejemplo, el amarre de embarcaciones y la descarga de jarras de vino de Canaán o las escenas del bloque de caliza, cuyo estudio preliminar ha demostrado que representan las fronteras orientales de Egipto, con sus muros fortificados. Todas las escenas de la tumba son excepcionales y sus características artísticas son muy propias de la época de Seti I y Ramsés II, por lo que la tumba pudo ser construida en diferentes fases.
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