La colección de más de 90 tablillas de arcilla con escritura cuneiforme del sitio arqueológico de Bassetki, situado en la Región de Kurdistán, en el norte de Irak, un hallazgo que fue anunciado en octubre de 2017, han sido descifradas por Betina Faist, de la Universidad de Heidelberg, revelando la más que probable ubicación de una antigua ciudad real del Imperio asirio: Mardaman, una importante ciudad del norte de Mesopotamia citada en las fuentes antiguas pero cuya situación era desconocida para los investigadores, según informó la semana pasada la Universidad de Tübingen, en Alemania. Mardaman existió entre el 2200 y el 1200 a.C., unas veces fue un reino y otras veces fue la capital de una provincia; fue conquistada y destruida en varias ocasiones.
Las tablillas de arcilla, pequeñas y parcialmente deterioradas, fueron excavadas en el verano de 2017: habían sido depositadas en una vasija de cerámica a modo de archivo. "Puede que fueran escondidas de esta forma poco después de la destrucción del edificio que había alrededor. La información depositada en el interior quizá tenía que ser protegida y preservada para la posteridad", afirma Peter Pfälzner, el director de las excavaciones. Las tablillas, fechadas en el 1250 a.C., en el Imperio medio asirio, revelan la antigua función del sitio arqueológico: la sede administrativa del gobernador de una provincia del imperio hasta ahora desconocida, que se extendía por buena parte del norte de Mesopotamia y Siria en el siglo XIII a.C. Incluso el nombre del gobernador, Assur-nasir, y sus tareas y actividades aparecen descritas en las tablillas. "De repente quedó claro que nuestras excavaciones habían sacado a la luz el palacio de un gobernador asirio", expresa Pfälzner.
La historia de Mardaman se remonta a los primeros tiempos de la civilización mesopotámica; la fuente más antigua se remonta al Imperio acadio, considerado el primer imperio de la historia. La ciudad, según menciona dicha fuente, fue destruida por primera vez alrededor del 2250 a.C. por Naram-Sin, el gobernante acadio más poderoso. La ciudad volvió a ser destruida poco después de comienzos del siglo XVIII a.C., esta vez por los turuqueos. "Los textos cuneiformes y nuestros hallazgos de las excavaciones en Bassetki ahora demuestran que ese no fue el final", afirma Pfälzner. "La ciudad existió de forma continuada y alcanzó una importancia definitiva como la sede del gobernador asirio entre el 1250 y el 1200 a.C.", concluye.
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