miércoles, 21 de junio de 2023

descubren una fosa común con los restos de 450 "vampiros" en polonia

 


a finales del siglo XIX, el escritor irlandés Bram Stoker concibió una novela de terror basándose en las leyendas, sobre todo centroeuropeas, que hablaban de vampiros y de no muertos, leyendas que ya habían inspirado a otros autores como el médico y compañero de viajes de Lord Byron, John Polidori.

Investigando este tipo de historias, Stoker supo de la existencia de un príncipe rumano llamado Vlad Draculea, también conocido como Vlad el Empalador. Este príncipe valaco había vivido en el siglo XV y, entre otras cosas, se había hecho célebre por su desmesurado gusto por todo lo relacionado con la sangre y por su extrema crueldad hacia sus enemigos.

Y es que, durante siglos, las historias de vampiros han calado profundamente en el imaginario colectivo, traspasando fronteras. Así, sobre todo en Europa central, se han ido descubriendo algunos enterramientos singulares, que los especialistas han relacionado con el temor de las gentes a los vampiros y su intención de evitar que estos regresaran de la muerte.

Explanada junto a la catedral de Luzino donde fueron encontrados los esqueletos.

Explanada junto a la catedral de Luzino donde fueron encontrados los esqueletos.

Gmina Luzino

RITUALES "ANTIVAMPÍRICOS"

En este contexto, la ciudad polaca de Luzino ha sido estos últimos días el escenario de un hallazgo de estas características. Allí, un grupo de trabajadores de la construcción se topó con una fosa común que contenía los restos óseos de 450 personas. El descubrimiento no tendría nada de particular si no fuera porque estos cuerpos presentaban signos muy evidentes de haber sido sometidos a diversos tipos de rituales "mágicos" para eliminar de sus cuerpos el "vampirismo" que tal vez les podía afectar.

Los cadáveres habían sido decapitados y sus cabezas colocadas entre las piernas, ritual que los europeos del siglo XIX creían que podía revertir esta terrible maldición. "Descubrimos ejemplos de creencias en los muertos que regresan de la tumba, algo que solo podía detenerse mediante la decapitación", manifestó Maciej Stromski, el arqueólogo responsable de la excavación. También se les ponía una moneda en la boca para evitar que su alma escapase y pudieran pagarse el viaje al más allá. Una de estas monedas databa de 1846.

Muchos de los cadáveres habían sido decapitados y sus cabezas colocadas entre las piernas.

Uno de los esqueletos decapitados encontrados en la fosa común de Luzino.

Uno de los esqueletos decapitados encontrados en la fosa común de Luzino.

Maciej Stromski

Asimismo, Stromski confirmó "el ejemplo de una mujer después de una decapitación", sobre cuyo pecho habían colocado el cráneo de un niño. Además, el arqueólogo explicó que aproximadamente en un treinta por ciento de los casos se habían dispuesto ladrillos junto a las cabezas, brazos y piernas. Todo ello, muy probablemente, como parte de un enrevesado ritual aún por aclarar y que estaba relacionado con el vampirismo.

LOS NO MUERTOS

Pero ¿qué llevó a estas personas del siglo XIX a pensar que los difuntos podrían convertirse en vampiros? Cuenta Stromski que "en esa época aún se creía que si un miembro de la familia del difunto moría poco después del funeral, él o ella podría convertirse en un vampiro. Por lo tanto, después del entierro, se exhumaba el cadáver y se le cortaba la cabeza, la cual luego era colocada entre sus piernas".

De hecho, este descubrimiento no es el primer hallazgo de tumbas de "vampiros" llevado a cabo en Polonia. En septiembre de 2022 se descubrió el cuerpo de una "mujer vampiro" en el pueblo de Pien, que había sido clavado en el suelo con una hoz en la garganta y llevaba un candado cerrado en la punta del pie izquierdo "para evitar que volviera de entre los muertos", según Stromski.

Se creía que si un miembro de la familia del difunto moría poco después del funeral, él o ella podría convertirse en un vampiro.

Los esqueletos encontrados estaban decapitados y con la cabeza entre las piernas para evitar que el difunto "volviera de entre los muertos".

Los esqueletos encontrados estaban decapitados y con la cabeza entre las piernas para evitar que el difunto "volviera de entre los muertos".

Maciej Stromski

Según los investigadores, estos rituales "mágicos" para protegerse de los no muertos se remontan al siglo XI en toda Centroeuropa, un momento en el que era muy común el temor a que los difuntos, convertidos en vampiros, salieran de sus tumbas para atacar a los vivos. Esta preocupación, que ahora nos puede parecer algo sin sentido, los llevó a practicar estos peculiares rituales para erradicar el "vampirismo",por lo que no es nada extraño encontrar entierros de este tipo por toda la región. 

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