seguimos nuestro viaje por el pasado… y hoy nos detenemos en lareserva de Gobustán, en Azerbaiyán, una meseta situada al extremo sur-oriental del Gran Cáucaso. Este relieve montañoso destaca en contraste con el paisaje desértico, casi lunar que lo rodea. Sea como fuere la realidad es que este territorio tuvo un gran poder de atracción para los prehistóricos.
Gobustán tiene una localización estratégica, ya que se encuentra en un punto de conexión entre Europa y Asia. Los investigadores Marcos García Diez, de la Universidad Complutense de Madrid junto con Dario Sigari de la Universidad de Ferrara, en Italia, hace tiempo que trabajan en estas tierras con un proyecto financiado por la Fundación Palarq.El arte rupestre prehistórico de Gobustán es clave para romper con el eurocentrismo de la investigación del arte prehistórico, esa visión del mundo que coloca a Europa como centro de todo… porque cómo cuenta el doctor en prehistoria, Marcos García, evidentemente también hay arte rupestre fuera de Europa.
“Es una zona que sirve muchas veces para entender un poquito como son los movimientos de poblaciones, como se producen las corrientes culturales. Se suele decir a veces que Gobustán está en las puertas de Europa, es importante porque nosotros, que estamos en la Península Ibérica, nos pensamos que estamos en el núcleo de muchas cosas y, a veces, alejarnos un poquito y ir a otros lugares como a las puertas de Europa pues nos pueden dar esta visión. Por lo tanto, el lugar de Gobustán ocupa una posición estratégica en lo que se conoce como las puertas de Europa y más teniendo en cuenta que se encuentra en Azerbaiyán, en este punto de conexión entre Europa y Asia”.
Y es que el panorama ha cambiado mucho en los últimos años gracias al descubrimiento de arte paleolítico en Indonesia, Croacia, Inglaterra, Grecia, China, Egipto… y la lista sigue creciendo hacia Asia y Australia, y cualquier día África nos puede sorprender y encontrar allí imágenes tan antiguas cómo en otros continentes donde su presencia está contrastada.
“ El paisaje actual que tenemos, que es un paisaje más o menos parecido… Probablemente la imagen que tuvieron en la prehistoria quizá eran unas montañas más elevadas porque el nivel del mar era más bajo. Pero aun así, esas montañas eran puntos de referencia para estos grupos prehistóricos que grabaron en las rocas. Por lo tanto existe una monumentalización humana del paisaje… Es un lugar que tiene un poder de atracción para aquel grupo humano. Y son esas pequeñas montañas que seleccionaron y que hoy conocemos como el conjunto de arte rupestre de Gobustán”.El arte rupestre de Gobustán y su entorno paisajístico fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 2007. Aquí se encuentran grabadas más de 6.000 figuras en casi un millar de rocas que muestran una amplia variedad de temáticas, técnicas y estilos.
El doctor en prehistoria Dario Sigari recuerda la primera impresión al pisar el terreno...
“En cuanto pisé Gobustán fue una sorpresa única, una cantidad increíble de grabados que tienen un nivel de conservación impresionante… se puede leer muy bien el palimpsesto que está grabado en las diferentes rocas y además se entiende que tienen una riqueza y un valor que se deriva del paisaje, que tiene unas cuantas características... Por ejemplo todo lo que son los volcanes de barro frío… que dan una significación muy fuerte al sitio. Te da unas sensaciones muy fuertes cuando llegas allí”.
Gobustán es uno de los mayores conjuntos de arte rupestre que existe a nivel mundial. Pero, ¿qué hace tan especial este lugar?
Según los investigadores hay dos aspectos clave… por un lado, la buena preservación de las pinturas. Y por otro, la diversidad y densidad de los hallazgos rupestres
“Se puede decir, y esto hay que cogerlo un poco entre comillas, que Gobustán puede ser como una enciclopedia. Es un manual de prehistoria del arte prehistórico. Si nos acercamos a Gobustán, si hacemos una visita vemos un poquito más o menos varias cosas de Gobustán podríamos entender lo que es el arte prehistórico, porque tenemos una diversidad de temas muy grande, diversidad de técnicas y de estilos también”.
El arte rupestre en Gobustán empezó al menos hace aproximadamente unos 14.000 o 15.000 años y durante todo este tiempo se ha expuesto al aire libre… Uno de los objetivos de este proyecto es el de tratar de responder cuando los humanos empezamos a construir símbolos basados en formas para transmitir ideas…
En las paredes rocosas se encuentran figuras vinculadas a animales, también figuras humanas, dibujos con simbología armamentística e incluso embarcaciones…
Pero vamos por partes… Comencemos con las pinturas más antiguas, las que realizaron los cazadores recolectores.
“La parte más antigua, el arte más viejo que puede tener 15, 16, 14.0000 hasta un 8 o 9.000… que son los últimos coletazos de los cazadores recolectores. Allí lo que vemos principalmente son figuras animales, caballos, bóvidos, algún cáprido que se repite de manera incesante y en los que hay 8, 10 o 15 caballos.
Los animales representados son los característicos de sociedades cazadoras-recolectoras y constituían una parte importante de su alimentación. Encontramos cabras, uros, el antecesor de nuestro toro, que nos hablan de un paisaje sensiblemente diferente al actual, un paisaje poblado de vegetación.
Volvamos a las figuras encontradas… de ese momento correspondiente al de los cazadores recolectores también se han encontrado figuras humanas de tamaño grande. Aunque aún se está investigando sobre ello, se ha visto que son figuras no naturalistas, más bien tienen formas muy simplificadas.
Estas figuras femeninas llamaron la atención de Sigari...
“Encontrar tantas figuras femeninas, con una cronología muy amplia y con cambios estilísticos también en la perspectiva de realización de estas figuras, transforma este tema en un tema central en el desarrollo de nuestra investigación. No solo por lo que es Gobustán sino por lo que es la transformación del arte prehistórico en general. Vamos a entender una área geográfica que va desde el área occidental hasta la península ibérica. Las siluetas femeninas las encontramos desde un periodo muy amplio”.
Las paredes de Gobustán también albergan un conjunto de figuras geométricas...
“Según vamos avanzando en el tiempo lo que va a ocurrir es que van a aparecer nuevos motivos… por ejemplo otras figuras que nosotros llamamos “cajón de sastre”, forma de líneas geométricas, círculos, rectángulos…. que probablemente no sean simples rectángulos, o cuadrados, probablemente detrás de esto no haya más que una abstracción de una forma real a la que a nosotros nos cuesta llegar”.
Y dentro de este cajón de sastre, también llamados signos, empiezan a aparecer grabados en los que se pueden ver embarcaciones.
Aquí es preciso destacar que Gobustán se encuentra a escasos 4,5 km de la línea actual de costa del Mar Caspio, en la orilla oeste… Esto, según los expertos, influyó en la representación de estas barcas.
“Son embarcaciones simples, que aparecen además muchas veces con pequeños personajes que están dentro de esas barcas y que no hablan solo de la actividad económica de la pesca sino que muchas veces cuando miramos estas representaciones de embarcaciones parece que tengan algo más… Parece que las personas que están dentro tienen actitudes de movimiento intenso, parece que hay algo vinculado entre el mundo de la embarcación y el hecho de mostrarlo. Es un tipo de representación de carácter simbólico y que probablemente esté mostrando acciones de carácter ritual… de carácter simbólico, que hacia esos grupos humanos”.
Los dibujos están grabados con las técnicas de percusión y de abrasión… técnicas que hacen que los surcos sean muy anchos… un hecho que los investigadores creen que es de especial importancia…
“Porque la técnica genera un tipo de surcos, que es fácilmente visualizable por cualquier persona. Es decir son figuras que cuando se construyen son para que se vean, no están hechas con un grabado muy fino, que si no pegas el morro a la roca no lo vas a ver. Se hacen figuras para que se vean por lo tanto esto tiene bastante vinculación en el hecho de que esté al aire libre, el hecho de que esté con una técnica que genere un surco amplio facilita la percepción”.
El doctor en prehistoria Marcos García Diez, compara esta facilidad a la visualización de estos dibujos, con los escaparates que podemos encontrar en cualquiera de nuestras ciudades.
“Si nosotros pasamos por un escaparate muchas veces aunque no queramos verlo el ojo se nos va… está hecho para que lo veas, no están hechas para que sean escondidas y haya que buscarlas. Prácticamente el 90% de las figuras de Gobustán están hechas para que se vean y para que sean fácilmente perceptibles”.
A la hora de trabajar en estas paredes, con el objetivo de sacar la mayor información posible, se trabaja con luz rasante. Y es esta luz, precisamente, la que permite ver y detectar las irregularidades, deformaciones, texturas, incisiones, etcétera de las figuras.
“Sobre todo cuando hay grabados, en las paredes se trabaja con luz rasante para marcar mejor las sombras que se producen dentro de los surcos, de esta forma se puede leer mejor lo que es la figura grabada. De esta manera se puede ver más de lo que se ha visto en las épocas pasadas”.
Antes hemos comentado la relevancia del arte rupestre de Gobustán, ya que permite crear una especie de enciclopedia con la cantidad de grabados que alberga. De hecho, hay sitios donde las figuras se solapan, ya que hay miles de años concentrados en un pequeño trozo de pared.
“ A veces algunos de estos paneles, de estos grandes bloques, sorprende porque no tienen solo figuras de un momento sino tiene figuras de esos 12.000 o 14.000 años. Es decir, ha habido alguien, un cazador recolector, un paleolítico, que grabó lo que fuera, un caballo, hace 14.000 años, posteriormente ha venido otra persona de una mentalidad social e económica de otra fase de la prehistoria como puede ser un agricultor o un ganadero y ha grabado sus figuras. Y algunas veces las ha grabado al lado y otras, encima. Y posteriormente ha venido un grupo urbano de ese mundo del bronce o del hierro y también ha grabado en ese sitio”.
Una de las preguntas que se hacen los investigadores es si las figuras que se hicieron hace 14.000 años, fueron vistas por grupos humanos posteriores en el tiempo y, estos decidieron integrarlas en su iconografía. De hecho, si lo pensamos, no sería nada extraño… nuestra civilización actual lo hace… Nosotros reciclamos cosas, y las integramos en nuestro presente…
"Esto lo hacemos nosotros hoy en día… más allá de la forma de pensar de cada uno que tengamos nosotros…hay un hecho que es que cuando alguien se acerca a una catedral hoy en dia estamos en el siglo XXI pero toda esa dimensión simbólica y todos esos mensajes simbólicos que hay detras de la religión, está construido y los mensajes se mandan a partir de figuras hechas en el siglo X, XI, XII, XIII… toda la imaginería que vemos dentro de una catedral y que para algunas personas tiene una función religiosa, de pensamiento, etc… está construido y se ejecuta a partir de imágenes creadas hace 300, 400 o 500 años.
Eso indica que el poder del mensaje que tienen las imágenes perdura más allá del tiempo que fueron construidos. Cómo decíamos… hoy en día todavía utilizamos imágenes que se hicieron hace millones de años.
En muchos de los lugares donde se puede encontrar arte rupestre, hay conjuntos arqueológicos. Esto, para los investigadores, quiere decir que los espacios simbólicos comparten espacio con el mundo cotidiano.
Es decir tenemos el yacimiento arqueológico abajo, creemos que es de ámbito doméstico, residencial justo en las paredes vemos estas figuras. Probablemente la concepción que hoy en día por ejemplo tenemos entre diferenciación de espacios sagrados, o rituales que nosotros vemos hoy en día diferenciado de nuestra cotidianidad. Esto no siempre ha sido así. Hoy en día sabemos que en Gobustán estos dos espacios en muchos casos compartieron espacio y muy probablemente se complementaron”.
El hecho de encontrar pinturas rupestres encima de restos arqueológicos facilita el poder determinar cuándo estas fueron creadas.
“Para establecer un poquito mejor lo que es la cronología, la cosa positiva de Gobustán es que a veces encontramos figuras que están debajo de los depósitos arqueológicos, así que lo que se va a hacer es que cuando excavamos se van poniendo en relación los niveles arqueológicos con las figuras. Así que, si un nivel arqueológico que tiene una fecha X cubre una figura nosotros sabemos que la figura ha sido hecha antes de aquel nivel. De esta forma podemos intentar fijar unas fechas un poquito más precisas”.
Preguntamos a uno de los investigadores con qué lugar de todas las rocas que conforman Gobustán se quedaría. Garcia Diez escoge el palimpsesto de Ana Zaga… lleno de figuras superpuestas de animales y humanos, como el más especial.
“Na Zaga son una serie de rocas caídas que han formado una especie de pequeño abrigo, es decir que han quedado de tal manera que genera un espacio interior totalmente iluminado y en ese espacio interior hay restos de ocupaciones durante bastantes miles de años y sus paredes están absolutamente llenas de grabados. Hay una sensación que, como conocemos en arte rupestre, com de horror vacui no? Es decir que tu mires donde mires vas a ver figuras, es como que el mensaje te lo están metiendo no? Probablemente sea uno de los sitios más fantásticos que existen del arte rupestre paleolítico a nivel mundial porque permite conocer cómo han ido evolucionando durante 14.000 años los temas, los estilos y las técnicas. Permite también ver esta complementariedad entre espacio sagrado y cotidiano y probablemente sea uno de los sitios claves para profundizar sobre la interpretación del arte prehistórico”.
Queda aún mucho por conocer de Gobustán… Los trabajos arqueológicos futuros permitirán conocer mejor la complejidad cognitiva y simbólica de las pinturas rupestres que ocupan el lugar. Y, por lo tanto, los pensamientos e ideas de los grupos humanos paleolíticos.
Además, el estudio del arte de Gobustán constituye un elemento clave para comprender la movilidad de los grupos humanos y de los orígenes de la interculturalidad y de la globalización humana. A fin de cuentas, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.