El LIDAR es una tecnología gracias a la cual se puede determinar la distancia desde un emisor láser pulsado a un objeto o superficie y conocer así qué hay bajo una cubierta vegetal tupida. Hasta ahora, esta técnica está proporcionando excelentes resultados y con ella se están realizando descubrimientos sorprendentes. Así sucedió en 2016, cuando un avión bimotor equipado con esta novedosa tecnología sobrevoló la selva de Belice, a tan sólo quinientos metros sobre las copas de los árboles. El LIDAR lanzó 6.000 millones de pulsos de luz al suelo y recibió 11.000 millones de pulsos rebotados, pudiendo, de este modo, cartografiar la superficie de la selva tropical.
Una amplia red de canales
Los resultados de este estudio acaban de publicarse en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS) y han desvelado una extensa red de canales de transporte y campos de cultivo de época maya, que forman una amplia retícula de catorce kilómetros cuadrados. Para confirmar los resultados se llevaron a cabo asimismo excavaciones sobre el terreno, que muestran que la zona estuvo activa durante la última parte del período clásico maya (hace 1.200 años), hasta llegar al posclásico (hace 900 años), cerca ya del colapso de esta importante civilización que abarcó zonas de México, Guatemala y Belice. "Es la primera vez que se demuestra la existencia de una gran extensión de cultivo y transporte de los mayas usando imagen láser y confirmándolo con pruebas arqueológicas y dataciones en el terreno", afirma Tim Beach, investigador de la Universidad de Austin (Texas) y uno de los autores del estudio.
En el trabajo se explica que una de las zonas de cultivo analizadas, un espacio que se conoce como Pájaros del Paraíso –en él se alzaban dos asentamientos llamados Gran Cacao y Akab Muklil– comprendía en el período maya una red de 71 kilómetros de canales que se cruzaban entre ellos, de unos tres metros de ancho, y también se desvela la existencia de otras zonas agrícolas desconocidas hasta la fecha. Estos canales habrían permitido a los mayas pasar de un río a otro y llegar hasta el mar Caribe. La vastedad de estos campos sugiere el importante impacto medioambiental que los mayas tuvieron en su entorno. Por ejemplo, según los arqueólogos, quemaron amplias áreas de bosque tropical para ganar zonas de cultivo (sobre todo de maíz, calabaza y aguacate).
Sheryl Luzzadder-Beach, otra de las autoras del estudio e investigadora de la Universidad de Austin, cree que "estos humedales perennes fueron muy atractivos durante las duras sequías mayas, pero que debieron prestan atención a la calidad del agua y su calidad para el consumo. Según los investigadores, esta intensa actividad antrópica incrementó las emisiones de CO2 y de metano. Según Tim Beach, "antes de la época industrial, los registros muestran que el mayor aumento de metano sucedió en el primer milenio antes de nuestra era, justo en la época de máxima expansión de los mayas y también de otras culturas precolombinas en América del Sur, cuando también hubo prácticas similares de deforestación para cultivar arroz en China. Es lo que llamamos Antopoceno Temprano, la pri
El impacto sobre el clima local
El estudio también arroja nueva luz sobre la posible fecha del colapso de la civilización maya. En un estudio de la NASA de 2012 se afirmaba que la deforestación de la selva que los mayas llevaron a cabo fue tan intensa que influyó decisivamente en el clima local. Las sequías y la falta de lluvias podrían haber causado el abandono de grandes urbes como Tikal y, al final, la desaparición de esta cultura. Pero en Pájaros del Paraíso, que se encuentra más al norte, los investigadores han encontrado restos que datan de una época posterior al abandono de Tikal y otras grandes ciudades. De hecho, esto hace pensar a los investigadores que tal vez en esta región los mayas pudieran haber sobrevivido más tiempo.Anabel Ford, directora del Centro de Investigación Mesoamericana de la Universidad de California en Santa Bárbara, destaca que este estudio es "muy convincente y demuestra la importancia de los cultivos mayas en humedales". Es un modelo económico distinto al de los grandes centros urbanos mayas, que utilizaron un sistema agrícola, la milpa (un tipo de parcelas características de Mesoamérica en las que se cultivaba básicamente maíz, frijoles y calabazas), que no ha dejado rastros arqueológicos. De todos modos, Ford es cautelosa respecto al impacto que pudo tener la actividad agrícola maya en el clima y si esta fue en verdad la causante de la extinción de esta civilización, ya que "hasta que no se demuestre si se trataba de una agricultura muy intensiva no podremos afirmarlo" apunta.
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