Los lugareños llevan siglos contando historias de que hay “algo” escondido en las profundidades del lago Van, en Turquía. De hecho, el lugar tiene hasta su propio monstruo legendario. Un equipo de arqueólogos acaba de descubrir que las leyendas pueden tener su base después de todo.
Buceadores de la Universidad Van Yüzüncü Yıl acaban de encontrar algo, efectivamente, pero no es un monstruo, sino las ruinas de un enorme castillo construido en algún momento entre los siglos noveno y sexto antes de Cristo.
Las ruinas se extienden a lo largo de un kilómetro a una profundidad de varios cientos de metros. La alcalinidad del agua ha servido para conservar las murallas en unas condiciones envidiables, con secciones que se elevan hasta cuatro metros de altura en el fondo del lago. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta qué altura tienen. Parte de la estructura está enterrada en el lodo y los investigadores creen que puede ser una construcción aún más grande.
El castillo pertenece a la misteriosa civilización de los Urartu, conocida también como el Reino de Van. Hace 3.000 años, el nivel del agua en el lago Van era mucho más bajo, y los Urartu se establecieron aquí, construyendo ciudades con palacios y templos inspirados en la arquitectura asiria y profusamente decorados.
Los restos de alguna de estas edificaciones han ido apareciendo con los años en las orillas del lago. Entre ellos se ha encontrado una magnífica fortaleza con una inscripción tallada por orden del rey Darius, padre de Xerxes el grande. El hallazgo del castillo sumergido confirma que la región tuvo una gran importancia en su día. Quizá incluso se trate de una de las capitales perdidas del imperio Urartu. [Daily Sabah vía Science Alert]
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