¡Breve es el tiempo de gozar!
Temblad, mortales; soy tan fuerte,
que éste mi eterno bostezar
es mi hambre de vuestra muerte.
El esplendor del azul viste
esta forma que me reviste
de un animal simplicidad.
¡Llega hasta mí, raza aturdida,
estoy en pie y apercibida
igual que la necesidad!
Fuera el Cielo error, el Tiempo ruina.
¡Abrir el abismo animal!
¡Cómo cayendo en la Original
en la Nada la chispa germina!
Pero YO la palabra primera
que del Verbo divino surgiera
-creación del loco Creador-
soy, seré siempre...Se ilumina
la disminución divina
con las luces del Seductor.
A su imagen os ha formado
y por eso os tengo que odiar,
como el odio al que sabe crear
tanto prodigio equivocado.
Yo soy aquél que modifica,
que corrige, que rectifica.
Con mis talentos misteriosos
cambiarán mis iniciativas
esas culebras evasivas
en unos reptiles furiosos.
Voy, y vengo, cedo, me empeño,
me infiltro en un corazón puro,
-¿existirá pecho tan duro
al que no llegue con un sueño?-,
Seas quien seas, yo soy la esencia
de esa infinita complacencia
que siente el alma al adorarse;
el inimitable sabor
que gusta el hombre pecador
si a sí mismo llega a probarse.
-Paul Valéry-
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