Una noche tuve un sueño... soñé que estaba
caminando por la playa con Jesús.
En el sueño, quedaban dos pares de pisadas en
la arena: unas eran las mías y las otras de Jesús.
Cuando el sueño acababa, miré hacia atrás,
hacia las pisadas en la arena y vi que sólo
quedaban un par de pisadas en la arena.
Noté también que eso sucedía en los momentos
más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces a Jesús:
" Jesús, Tu me dijiste, cuando decidí seguirte, que andarías conmigo, a lo
largo del camino, pero durante los peores momentos de mi vida, había en la
arena sólo un par de pisadas. No comprendo porque Tu me dejaste en las horas en
que yo más te necesitaba".
Entonces, Jesús, me miró fijamente y me dijo:
"Amigo, yo te he amado y jamás te abandonaría en los momentos más
difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente allí
donde te llevé en mis brazos".
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