ORIGEN
La imagen celta más
constante que subsiste en las leyendas artúricas es la búsqueda de la
soberanía. La causa de la anarquía en las tierras celtas se relacionaba
directamente con la enfermedad e incapacidad para gobernar del Rey Pescador,
miembro de la dinastía designada a proteger el Grial.
Según Chrétien de
Troyes, José de Arimatea, un judío, discípulo de Jesús, se encargó de limpiar
el cuerpo de Cristo luego de la crucifixión. Mientras lo hacía algunas gotas de
sangre brotaron de las heridas del cuerpo y José las recogió en un cáliz. Luego
el cuerpo desapareció y José fue acusado de robarlo y fue encerrado en una
prisión, desprovisto de alimento. Pero Cristo se le apareció y le enseñó los
grandes misterios y secretos, entregándole el cáliz. Cuenta la historia que
José se mantuvo vivo gracias a una paloma que entraba todos los días a su celda
y le depositaba alimento en el cáliz.
Finalmente, cuando fue
liberado se dirigió, junto a su hermana y su cuñado, Bron, a Britania. El Grial
pasó a Bron quien se convirtió en el Rico Pescador delegando su misión de
protector del Cáliz Sagrado a sus descendientes (El Rey Pescador, Perceval, etc.).
LEYENDA
La leyenda tiene como
protagonista a Perceval. Perceval es criado por su madre en una región desierta
con la esperanza de evitar que su hijo se una a la caballería andante y muera
en combate, como le sucedió a su esposo. Pero su plan no da resultado y
Perceval confunde a unos caballeros (Galván, Urién e Yvaín) con ángeles y se
une a ellos. Tras un largo viaje llega a la Corte del rey Arturo donde un
caballero rojo ofende a Ginebra, la reina, y desafía a cualquier caballero a
cambio de las tierras de Arturo. Perceval, ansioso por conseguir las armaduras
rojas del caballero decide combatir con él y finalmente lo vence.
Pasadas varias
aventuras, Perceval llega al castillo del grial donde lo recibe el Rey
Pescador. Este personaje es en realidad su tío y ha sido herido por sus pecados
con una lanza. Mientras todos se encontraban en la gran sala del castillo pasa
por delante de ellos una pequeña procesión de pajes y doncellas llevando los
cuatro objetos sagrados: La Espada, La Lanza, La Bandeja de Plata, y el Grial.
Perceval, siguiendo los consejos de los caballeros que lo entrenaron, no hace
ninguna pregunta al respecto aunque la curiosidad se lo estaba sugiriendo. De
esta forma, Perceval se retira a dormir, pero al despertar por la mañana
encuentra el castillo completamente vacío. De modo que se viste la armadura y
parte. En el Bosque se encuentra con su hermana de leche quien le notifica que
su madre ha muerto de tristeza cuando él la abandonó al dejar su hogar y seguir
a los caballeros. La muchacha lo llama "el desdichado" porque de haber
hecho la pregunta correspondiente en el castillo el Páramo de la Tierra se
convertiría en el Paraíso que una vez fue y el Rey Pescador sanaría.
Tras numerosas
aventuras, algunas con la compañía de Galván, Perceval logra vencer a las nueve
brujas de Caer Loyw, las hechiceras que enseñaron al joven el manejo de las
armas. En el instante que las vence La Soberanía se restaura y el Páramo acaba.
Perceval remedia de esta forma el error que cometió al no hacer las preguntas
necesarias en el Castillo del Grial.
Esta historia deja
entrever claramente un ciclo reiterativo: épocas oscuras sucederán a edades de
oro.
En las creencias celtas
se detectan leyendas cuya simbología es la misma que la del Grial. Por ejemplo
"El Caldero de Dagda" con quien "nadie quedaba
insatisfecho" o "El Caldero de Diwrnach" que proporcionaba la
mejor tajada de carne para el caballero más valeroso. También se hablaba de los
calderos del remedio con el cual el héroe sanaba todas sus heridas. Otro
caldero famoso fue el otorgado por Bran el Santo, rey británico, con el cual
era posible revivir a los muertos.
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