En la referencia al árbol del Paraíso, tenemos una muestra de la mitología extra bíblica: Tenemos muchos ejemplos en el Antiguo Oriente: Así en el Mito de Adapa, un mito acadio que refleja el deseo de inmortalidad del hombre. Este mito nos ha llegado incompleto a partir de 4 fragmentos de 4 versiones diferentes, 3 de los cuales fueron localizados en la biblioteca de Asurbanipal en Ninive, y el mas extenso y antiguo de los fragmentos se encontró en los archivos del Amarna. En el mito se habla del pan de vida y del agua de vida. En el desarrollo de la historia, tenemos a Adapa, Tammuz y Ningishzida, estos dioses son representados como los custodios de las puertas del cielo, y se matiza que Tammuz y Shamash afirman ser los guardianes del árbol de lapislázuli “Kiskanu” en Eridú. Este mito, además, proporciona el tema de la advertencia de la serpiente a Eva: que Dios los había engañado acerca de las propiedades del fruto prohibido
Al analizar la Mitología sumeria y relacionadas (sumerios acadios y babilonios, así como los asirios), en tablillas con historias de origen sumerio como el Enuma Elish, se pueden encontrar puntos u origen en común, o influencia con la historia bíblica del Génesis. Tenemos el mito sumerio de “Inanna y su descenso a los infiernos”, Inanna volvió a la vida por intermediación de Enki que para la ocasión moldeó dos criaturas Lugarru y Kalatarru a los que posteriormente envió al “mundo de las tinieblas” con “el agua de la vida” y “los frutos de la vida” para rociarla y frotarla con ellos, para revivirla. Según la mitología Sumeria, la diosa Ki creó con la costilla de Enki una diosa llamada Nin-ti ("mujer de la costilla") un claro paralelismos con la historia de Eva. También Enki creó a los seres humanos y un lugar donde el hombre podía vivir sin miedo a los animales, un lugar sin terror; pero posteriormente Enki descubrió que los humanos tenían un comportamiento inadecuado, y por ello los expulsó de este paraíso.(Paralelismos con la historia del Jardín del Edén). También según Gén. 3, 20, Adán llama a Eva "la madre de todos los vivientes", título de esa misma diosa del amor, Aruru o Ishtar; y ella le otorga la sabiduría, lo mismo que la sacerdotisa de Aruru a Enkidu.
En la Epopeya de Gilgamesh Tablilla XI, 265-270, texto asirio, se trata de la planta de la vida. Y también en El árbol de Eridu, un sortilegio acadio de tipo medico, se encuentra una referencia a los árboles de vida. En la Epopeya de Gilgamesh, la versión más antigua (ca. 2000 a.C.), se describe cómo Aruru, la diosa del amor súmera, creó con arcilla a Enkidu. Una sacerdotisa cubrió su desnudez utilizando parte de su vestido. Su hermano Gilgamesh fue en busca de la "hierba de la inmortalidad". Entró en un túnel tenebroso y salió a un paraíso de árboles de los que colgaban joyas y el que pertenecía a la diosa de la sabiduría. Gilgamesh encontró la hierba, pero una serpiente se la robó.
Otra fuente posible de la Caída del Hombre según el Génesis es un antiguo mito persa. Meshia y Meshiana viven al principio solamente de frutos, pero luego el demonio Ahriman los induce a negar a Dios. Pierden su pureza, derriban árboles, matan animales y cometen otras maldades... muy parecido al texto bíblico.
También hay una relación lejana con el mundo griego: según un mito Cretense citado por Apolodoro e Higinio, y un mito Lidio rescatado por Plinio, las serpientes poseían una hierba de la inmortalidad y la visión del Génesis, en la que el trabajo agrícola es representado como una maldición recaída sobre el hombre por la curiosidad de Eva y la desobediencia, expresa el secular punto de vista mediterráneo que considera el trabajo físico como una penalidad muy dura. Hesíodo fue el primer escritor que consideró a la agricultura como un mal impuesto a la humanidad por los dioses crueles ("Los trabajos y los días")
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