san Juan de Letrán, una de las basílicas más antiguas del mundo, festeja este año su aniversario número 1.700. Consagrada en el año 324, fue la primera gran iglesia de Roma y ha sobrevivido a una larga historia de peligros en la que ha habido incendios, terremotos, saqueos e incluso atentados de la mafia.Las celebraciones empezaron en noviembre de 2023 y se extenderán hasta el 9 de noviembre de este año, con un programa de actos a lo largo del calendario litúrgico.
UNA BASÍLICA MILENARIA
San Juan de Letrán se remonta a los tiempos de Constantino el Grande, el emperador romano que legalizó el cristianismo, al cual él mismo se convirtió antes de su muerte. Antiguamente se encontraba aquí una villa perteneciente a la familia de su segunda mujer, Fausta; tras obtener la victoria en la lucha por el trono contra su rival Majencio, que atribuyó a la ayuda divina, regaló el terreno a Melquíades, obispo de Roma.
En el año 313, cuando Constantino legalizó el cristianismo, empezaron las obras de construcción de una iglesia, que fue consagrada en el 324 por el papa Silvestre I. Fue la primera gran iglesia de Roma donde los cristianos pudieron reunirse para practicar libremente su religión; es por ello que siguió siendo un lugar de gran importancia y, todavía hoy, es oficialmente la sede episcopal del obispo de Roma, es decir, el papa en persona. Hasta la captura de Roma por parte de las tropas del Reino de Italia, en septiembre de 1870, todos los papas fueron coronados en esta basílica.
La basílica fue reconstruida en tres ocasiones: en el año 896 un terremoto provocó el derrumbe del techo y a lo largo del siglo X fue reconstruida; y entre 1349 y 1361 resultó gravemente dañada a causa de incendios y terremotos, siendo reconstruida de nuevo. Estas dos primeras renovaciones respetaron en cierta medida las dimensiones de la basílica original, aunque renovando su aspecto con las innovaciones arquitectónicas del momento.
A mediados del siglo XVII, los sucesivos papas emprendieron una renovación más ambiciosa de la basílica que no se limitase a arreglar los desperfectos causados por las catástrofes. Esta vez el edificio fue renovado casi completamente en estilo barroco, conservando solamente el pavimento, el ciborio (una especie de baldaquín que corona el altar) y el mosaico del ábside. En el siglo XVIII, se completó la renovación con la fachada y se incorporaron 12 esculturas monumentales de los apóstoles flanqueando la nave central.
SAQUEOS, BOMBARDEOS Y ATENTADOS
A pesar de que las fuerzas de la naturaleza la han golpeado en varias ocasiones, San Juan de Letrán ha sobrevivido a numerosas amenazas de origen humano.
Fue saqueada varias veces por ejércitos enemigos, como el año 410 por las tropas visigodas de Alarico y en 1421 por las del rey de Nápoles, Ladislao I. En 1303 fue atacada por los propios romanos: algunas familias que se oponían al papa Bonifacio VIII tomaron la ciudad por las armas y saquearon el palacio anexo a la basílica, donde residía el papa, llevándose incluso la comida de los caballos.
San Juan de Letrán también fue víctima de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, que planeó un atentado en 1993 como represalia a un discurso del papa Juan Pablo II contra esta organización durante una visita a la ciudad siciliana de Agrigento. La noche del 27 de julio un coche bomba explotó junto a la basílica, dañando el exterior y el órgano, aunque por suerte no hubo que lamentar víctimas mortales. Esa misma noche se produjeron otros dos atentados, uno contra la iglesia de San Jorge en Velabro (también en Roma) y otro contra la Galería de Arte Moderno en Milán.
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