¿Existe Dios? Esta es una pregunta que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestras vidas. Aunque son muchas las religiones y filosofías que apuntan a que existen hechos de la realidad a los que debemos acercarnos a través de la fe y creer en ello, algunos filósofos intentaron demostrar la existencia de Dios a través de diferentes teorías. Entre uno de los más destacados encontramos al filósofo y teólogo Tomás de Aquino.
Tomás de Aquino y la prueba de la existencia de Dios
Tomás de Aquino fue un filósofo cristiano del siglo XII que dedicó su vida a teorizar la existencia de Dios examinando el mundo natural. Sus argumentos implican el uso de las leyes naturales para explicar por qué Dios era real.
Para conseguirlo, Santo Tomás de Aquino recupera partes del pensamiento que había legado Aristóteles, lo que no había tenido influencia hasta entonces sobre la filosofía occidental. Además, también fue influido por San Anselmo, un monje del siglo XI que intentó explicar la existencia de Dios a través de la razón.
Según sus premisas, Dios debe ser concebido como un ser existente debido a que este implica todas las virtudes conocidas posibles, de lo que se extrae que la existencia también es una de ellas. Por lo que, siguiendo los pasos de San Anselmo y usando la influencia de Aristóteles, Tomás de Aquino argumentó sobre cómo podía demostrar la existencia de Dios.
Las cinco pruebas de la existencia de Dios
En su libro Suma Teológica proporcionó cinco casos, también conocidos como los Cinco Caminos, para demostrar la existencia de Dios a través de hechos que consideraba innegables de nuestro universo. Estos pueden resumirse en los siguientes.
El argumento del movimiento. El primer argumentó que proporcionó Santo Tomás de Aquino tiene relación con el movimiento. Este autor observó que en nuestro mundo, todas las acciones físicas son lo único que causa otros movimientos. Para explicarlo y como ejemplo, usó el fuego y la madera. Cuando se usa el fuego en la madera, la energía hace que se caliente, es decir, la madera no puede calentarse sin el fuego. Por lo que, algo debe empezar a moverse en primer lugar para ser la causa de otra cosa. Para Aquino, ese ‘algo’ en el universo es Dios.
El argumento de la primera causa. Este segundo argumento que proporcionó Aquino es muy similar al primero. Aquino comprobó que todo en el mundo natural tiene una causa. En una cadena de dominó, podemos observar que cada dominó que cae hace que otra pieza caiga y así sucesivamente. Por ello, Aquino cree que Dios es el que empezó esta cadena de causa y efecto.
El argumento de la contingencia. Aquino observó que todas las cosas en el mundo natural dependen de otras cosas para su existencia. Por ejemplo, las personas no podríamos nacer si nuestros padres no existieran. Teniendo esto en cuenta, Aquino pensó que debe haber algo que no tenga que depender de otras cosas para existir, ya que todo lo demás que existe en el mundo recae en su propia existencia, y esta debe ser Dios.
El argumento del grado de perfección. Este cuarto argumento sobre la existencia de Dios recae en la idea de la bondad. Según Tomás de Aquino todas las personas requerimos de una escala para medir el valor de las cosas que existen en el mundo. Por lo que, para tener este sistema de medición necesitamos algo que encarne la perfección, la verdad y la bondad absolutas, y esto lo consigue solo Dios.
El argumento de la causa final. El último argumento que proporcionó Santo Tomás de Aquino fue denominado también el de finalización o el argumento teleológico. Aquino observó que en la naturaleza todo se mueve de una manera predecible y tiene fines que también pueden predecirse. Es decir, existe un destino para todos nosotros. De esta forma, Aquino concluyó que Dios existía debido a que era el encargado de dirigir a los seres hacia su objetivo final.
Una pregunta que puede venirnos en mente al leer estos cinco argumentos, es por qué Tomás de Aquino decidió realizarlos si estaba tan seguro de la existencia de Dios. El filósofo concluyó que debido a que la mente humana es finita, no podemos captar a Dios directamente.
En la comprensión que tenía Aquino sobre nuestro mundo y realidad, Dios era un ser absoluto, pero los humanos tenían una mente finita. Como consecuencia de ello, las mentes humanas, al ser limitadas, no podían captar directamente la perfección de Dios en todos sus sentidos. Por este motivo, en lugar de tener un conocimiento inmediato de la existencia de Dios, los humanos debían razonar sobre Dios empezando con hechos que seres finitos pueden comprender, como la naturaleza empírica.
Es por este motivo que los humanos deben razonar sobre lo que Dios ha creado para conseguir y obtener evidencias de Dios. De esta forma, creó estos cinco argumentos o pruebas, para demostrar que Dios realmente existe.
Referencias:
- Aquino, T (2010). Suma teológica. Madrid. Biblioteca Autores Cristianos.
- Lamedo, J (2024). La verdad de Santo Tomás de Aquino. Madrid. Parábola.
- Pieper, J (2021). Introducción a Tomás de Aquino. Madrid. Ediciones Rialp.
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