La necrópolis lombarda de Povegliano Veronese, que estuvo en uso cerca de Verona -en el norte de Italia- entre los siglos VI al VIII después de Cristo, ocultaba un sorprendente hallazgo entre sus más de 160 tumbas excavadas, entre las que había un caballo sin cabeza y varios galgos. Uno de los esqueletos, de un hombre adulto, no tenía antebrazo derecho. Había sido amputado (y bien curado, pese a no tener antibióticos). Pero eso no era lo más espectacular. Su mano había sido sustituida por un cuchilloque estaba atado a la extremidad a través de una hebilla.
El individuo, de entre 40 y 50 años, perdió la mano de un solo golpe, según explican los arqueólogos de la Sapienza Università de Roma en el estudiopublicado en la revista Journal of Anthropological Sciences . “Las hipótesis que barajamos es que perdió el antebrazo en combate, en una intervención médica tras un accidente o por un castigo judicial”, escriben.
El individuo, de entre 40 y 50 años, perdió la mano de un solo golpe
La prótesis utilizada ejerció cierta presión biomecánica que remodeló ambos huesos del brazo para formar un callo y un espolón en el cúbito. Y, para sujetar bien el cuchillo en la extremidad, este hombre lo hacía usando su boca, como demuestra el “considerable desgaste y alisado” de la superficie de algunos de sus dientes del costado derecho en los que perdió el esmalte e incluso tenía una lesión ósea.
Usando la boca para tensar la corre “probablemente abrió una cavidad en la pulpa, causando una infección bacteriana”, añade el equipo dirigido por Ileana Micarelli. Su hombro mostraba una protuberancia de hueso en forma de C que seguramente se formó por una posición antinatural cada que vez que había que apretar la prótesis con los dientes.
Aunque aún no pueden confirmarlo, los investigadores apuntan que el esqueleto pertenece a un guerrero medieval. Estudios anteriores ya identificaron que muchos hombres lombardos estuvieron involucrados en actividades guerreras y sufrieron lesiones traumáticas como resultado de la lucha. “Escudos lombardos encontrados en el sitio de enterramiento de Collegno (cerca de Turín) exhiben patrones de daños similares al trauma encontrado en los cráneos”, señalan.
Los lombardos fueron un pueblo germánico originario del norte de Europa que se asentó en el valle del Danubio y desde allí invadieron la Italia bizantina en el 568 d.C. bajo el liderazgo de Alboino. Establecieron el Reino lombardo, que duró hasta el año 774 d.C, cuando fueron conquistados por los francos.
Las dudas sobre este individuo específico radican en el hecho de que, mientras que en otros entierros en los que aparecieron cuchillos, los soldados tenían otras armas, en este caso únicamente había el puñal. Nuestro protagonista tenía su brazo derecho doblado por el codo y a su lado tenía la navaja con la culata alineada con su muñeca amputada, una hebilla en forma de D y material orgánico descompuesto (que creen que es cuero).
Esto sugiere una tapa de cuero sobre la extremidad amputada, una hebilla utilizada para la fijación, y un cuchillo sujeto a la tapa, aunque el propósito no está claro. Sin embargo, dada la avanzada curación del hueso, está claro que el hombre vivió durante mucho tiempo después de que su mano fuera amputada.
”Este varón lombardo muestra una notable supervivencia después de una amputación. No solo se ajustó muy bien a su condición, si no que lo hizo con el uso de un dispositivo derivado de la cultura. Su supervivencia atestigua el cuidado de la comunidad, la compasión familiar y un alto valor otorgado a la vida humana”, concluyen los investigadores.
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