Un equipo internacional de científicos, dirigido por la Universidad de Tübingen y el Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana en Jena, ha conseguido extraer y analizar ADN antiguo de momias egipcias que datan del 1400 a.C. al 400 d.C. aproximadamente, incluida la primera información genómica nuclear amplia, procedente de tres individuos, según ha revelado esta semana dicho instituto.
"Queríamos comprobar si la conquista de Alejandro Magno y otros poderes extranjeros dejaron una impresión genética en la antigua población egipcia", explica Verena Schuenemann, quien ha participado activamente en el estudio. Los científicos han conseguido rebatir el escepticismo previo sobre la posibilidad de recuperar ADN antiguo que sea fiable, pues "el clima cálido egipcio, los niveles elevados de humedad en muchas tumbas y algunos productos químicos utilizados en las técnicas de momificación contribuyen a la degradación del ADN", según confirma Johannes Krause, el principal autor del estudio.
Los modernos egipcios están relacionados con las poblaciones africanas subsaharianas
Los investigadores han examinado muestras de 151 individuos momificados del sitio arqueológico de Abusir el-Melek, situado cerca de Fayún y del río Nilo, y de dos colecciones antropológicas del Museo de Tübingen y del Museo de Prehistoria e Historia Temprana en Berlín. En total han recuperado los genomas mitocondriales de 90 individuos y los datos genómicos completos de tres individuos.
El estudio ha demostrado que los antiguos egipcios estaban más estrechamente relacionados con las antiguas poblaciones del Levante mediterráneo (la región situada en Oriente Próximo, al este de Chipre) y también con las poblaciones neolíticas de la península de Anatolia y Europa. La información indica que los modernos egipcios comparten, en el nivel nuclear, aproximadamente un 8% más de ascendencia con las poblaciones africanas subsaharianas que con los antiguos egipcios. "Esto sugiere que en los últimos 1.500 años se produjo en Egipto un incremento del flujo genético subsahariano africano", concluye Stephan Schiffels, otro de los principales investigadores.
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