Históricamente, los yazidíes son una minoría religiosa kurda. Probablemente hayan existido desde 2000 adC. Aunque los yazidíes hablan un dialecto del kurdo, el kurmanji, su culto muestra una gran influencia de las arcaicas religiones levantinas e islámicas.
Los yazidíes se autodenominan Êzidî, Êzîdî o, en algunas regiones, Dasinî, siendo este último un nombre tribal. Algunos eruditos afirman que el nombre "yazidí" proviene del persa yazata (ser divino), mientras que otros dicen que tiene su origen en el del califa omeya del siglo VII Yazid I (Yazid bin Muawiyah), asesino del imán chií Husayn ibn Ali, nieto de Mahoma. En cuanto a los yazidíes, creen que su nombre proviene de la palabra Yezdan o Êzid, que significan "Dios", aunque en la lenguas vernáculas del Kurdistán el término izid-u (verbo) significa "mandar" o "amonestar".
La religión yazidí es marcadamente sincretista: mientras que la imaginería sufí es observable en su vocabulario religioso, especialmente en su literatura esotérica, la mayor parte de la mitología yazidí no es islámica y su cosmogonía está emparentada con la de las antiguas religiones persas. Los primeros estudiosos de la religión yazidí trataron de describirla basándose en las religiones islámicas, persas o incluso paganas; sin embargo, los artículos publicados desde 1990 han mostrado que esta aproximación al yazidismo es demasiado simplista.
La teoría más aceptada actualmente presenta el yazidismo como fruto de un proceso sincretista de miles de años que culminó en el siglo XII al contactar los cultos locales del Kurdistán con el islam sufí traído a la zona por el jeque Adi ibn Musafir
De acuerdo con la cosmovisión yazidí, Dios creó el mundo, que ahora está al cuidado de siete Seres Santos, conocidos como ángeles o Heft Sirr (los Siete Misterios). El superior es Melek Taus (Tawûsê Melek en kurdo), el ángel del pavo real, que es considerado por algunos musulmanes y cristianos como Satanás o el diablo. Según la Enciclopedia de Oriente, "la razón de la reputación de los yazidíes de ser 'adoradores del diablo', se debe a otro nombre de Melek Taus, Shaytan, el mismo nombre que el Corán da a Satanás". Sin embargo, según el lingüista kurdo Jamal Nebez, la palabra Taus se deriva del griego y está relacionada con las palabras Theos, Zeus, Deus y, de acuerdo con tal interpretación, Melek Taus es un ángel de Dios: no es una fuente del mal, sino que lo consideran líder de los arcángeles. También dicen que la fuente del mal está en el corazón y el espíritu de los seres humanos. Las fuerzas activas de la religión yazidí son Melek Taus y el sheij Adî. El Kitêba Cilwe ("Libro de la Revelación"), considerado como la palabra de Melek Taus y que recoge lo esencial de las creencias yazidíes, indica que Melek Taus asigna responsabilidades, bendiciones y desgracias según su voluntad y que no le compete a la raza de Adán cuestionarlo. El sheij Adî creyó que Melek Taus se había reencarnado en él: "estaba presente cuando Adán vivía en el paraíso, y también cuando Nemrud lanzó a Abraham al fuego. Estaba presente cuando Dios me dijo: 'serás el gobernante y señor de la tierra'. Dios, el compasivo, me dio siete tierras y el trono del cielo".
Melek Taus |
Los libros sagrados de los yazidíes son el Kitêba Cilwe (Libro de la Revelación) y el Mishefa Reş (Libro Negro). Dos características claves e interrelacionadas del yazidismo son:
- a) Preocupación por la pureza religiosa.
- b) Creencia en la metempsicosis.
La segunda es crucial: los yazidíes creen que los siete Seres Santos se reencarnan periódicamente en forma humana, llamada koasasa. También existe una creencia en la reencarnación de unas pocas almas yazidíes. Como los yaresaníes, los yazidíess usan la metáfora de un "cambio de ropa" para describir el proceso, que llaman en kurdo kira guhorîn. La mitología yazidí también incluye descripciones del cielo y del infierno, y otras tradiciones que incorporan estas ideas en un sistema de creencias que incluye la reencarnación.
Los yazidíes tienen cinco rezos diarios: Nivêja berîspêdê (rezo del amanecer), Nivêja rojhilatinê (rezo de la mañana), Nivêja nîvro (rezo del mediodía), Nivêja êvarî (rezo de la tarde) y Nivêja rojavabûnê (rezo del anochecer). Los adoradores deben orientarse hacia el sol y, para el rezo del mediodía, hacia Lalish. Estos rezos diarios no deben realizarse en presencia de extraños. El día sagrado es el miércoles y el de descanso, el sábado. También hay una festividad de tres días de duración en diciembre.
Se ha dicho que el santuario del templo de Chemera está ligado a la resurrección de Jesucristo. Creen que Dios mandó a Melek Taus a retirar la lápida que cubría la tumba de Jesucristo para que éste pudiera salir y que (Melek Taus) se quedó en el lugar del templo.
Nacho Padró