El Papa Francisco ha animado a los representantes de comunidades religiosas a comprometerse más con las vocaciones. Así lo ha hecho en una recepción en el Vaticano en la que ha dirigido unas palabras a sus invitados y les ha preguntado sobre las vocaciones. "¿Cuántos novicios tenéis?", ha dicho Francisco, alarmado por las cifras de las que informaron los religiosos, queoscilan entre los ocho y los veinte. "¿Cómo se hace eso?", ha preguntado, a la vez que advertía de la necesidad de incrementar esos número: "¡Tenemos que duplicar estas cifras!", porque, según ha añadido, la cuestión de las vocaciones es "una cuestión de futuro".
Respecto al origen de los noviciosprocedentes "de Asia, África y América Latina", según informa Vatican News, Francisco ha señalado que el futuro de la Iglesia está en estas regiones. Mientras que el número total de católicos en todo el mundo sigue aumentando, el número total de religiosos y sacerdotes está disminuyendo, según las estadísticas eclesiásticas publicadas en abril. En particular, África y el Sudeste Asiáticoestán registrando un aumento en el número de religiosas, contrariamente a la tendencia mundial.
"Sin los descendientes de la orden moriréis", ha dicho el Papa a sus invitados, refiriéndose a los novicios. También les ha llamado a comprometerse más y a orar por la próxima generación de la orden. Estuvieron presentes en la audiencia los Paulanos, el Clero Menor Regular, las Hermanas Agustinas del Divino Amor (IDA), los Viatores, las Hermanas del Sagrado Corazón (RSC) y los Claretianos. Los representantes de la orden se reúnen estos días en Roma para celebrar sus capítulos generales.
"En vuestra diversidad sois reflejo vivo del misterio de la Iglesia", ha indicado el Papa en su discurso oficial. Asimismo, ha pedido a los representantes de la Orden que continúen el trabajo de los fundadores de la misma y trabajen especialmente por los más débiles con "caridad concreta, coraje y creatividad".
Además de la "belleza" de este testimonio, la vida religiosa se trata de "sencillez" y de renuncia a lo superfluo, según ha continuado el Papa. Para sus capítulos generales y su "dinámica sinodal", los participantes deben deshacerse de todo "que pueda obstaculizar la escucha y la armonía en vuestros procesos de discernimiento", ha dicho Francisco, que teme la ambición, la envidia, la arrogancia, la rigidez y "cualquier otra fea tentación del egocentrismo".
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