Durante las excavaciones que se llevaron a cabo en una iglesia paleocristiana, hasta entonces desconocida, situada en la colina de Burgbichl, al sur de Austria, los arqueólogos descubrieron los fragmentos de un delicado relicario de marfil de 1.500 años de antigüedad.
DAÑOS IRREPARABLES
Desde su descubrimiento, el frágil relicario de marfil se conserva en la Universidad de Innsbruck. Las partes más grandes están deformadas,por lo que ya no es posible restaurar el píxide tal como era originalmente, aunque los investigadores están trabajando en una reconstrucción de la pieza en 3D.
Y ¿que podría contener? En un principio, los arqueólogos supusieron que dentro del relicario podrían hallarse las reliquias de algún santo, pero la dispersión de los fragmentos parece indicar que el píxide de marfil ya se había roto cuando fue enterrado bajo el altar, por lo que ya no podía guardar nada en su interior.
"El marfil, sobre todo el que se encuentra en el suelo, como en este caso, absorbe la humedad del entorno, y como es muy blando se daña con facilidad. Además, un secado incontrolado podría provocar encogimiento y grietas y, por consiguiente, daños que ya no se pueden reparar", explica la directora del taller de restauración de la Universidad de Innsbruck, Ulrike Töchterle.
ESCENAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Los investigadores que analizan los restos del relicario han observado en ellos lo que parece ser una figura al pie de una montaña con la mirada desviada y una mano que se eleva desde el cielo le coloca algo entre los brazos. "Esta es la representación típica de la entrega de las tablas de la ley a Moisés en el Antiguo Testamento", afirma Gerald Grabherr. Junto a esta imagen aparecen otras representaciones de personajes bíblicos y la de un hombre subido en un carro tirado por dos caballos enjaezados. Aquí también se aprecia una mano que surge de las nubes y eleva esta figura al cielo.
"Suponemos que se trata de una representación de la Ascensión de Cristo. La representación de escenas del Antiguo Testamento y su conexión con escenas del Nuevo Testamento es típica de la Antigüedad Tardía y, por tanto, encaja con nuestra píxide. Sin embargo, la representación de la Ascensión de Cristo con un carro tirado por dos caballos es muy especial, y hasta ahora desconocida", afirma Grabherr.
Los investigadores confirman que actualmente se están llevando a cabo más análisis en el relicario. "Por un lado, todavía tenemos que determinar el origen exacto del mármol del altar bajo el que estaba enterrado, aunque también queremos precisar el origen del marfil que lo compone mediante análisis de isótopos estables. También se están examinando los componentes metálicos (las bisagras del píxide eran de metal) y el 'pegamento' empleado para unir el marfil", explica la restauradora Ulrike Töchterle.
Los restauradores también analizarán minuciosamente los restos de madera que se han encontrado junto al marfil, aunque consideran poco probable que se trate de alguna reliquia. Creen que, simplemente, se trata de la pieza empleada como cierre del relicario. "Estas piezas de madera también se están analizando más de cerca. Nos interesa especialmente el tipo de madera y su origen, y también la edad", finaliza Ulrike Töchterle, que espera que este singular objeto revele muy pronto todos sus secretos.
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