martes, 19 de julio de 2022

escitas, los temidos guerreros de las estepas de asia

 

Foto: BRIDGEMAN / INDEX

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Carcaj de un guerrero

Este lujoso carcaj de oro, hallado en la necrópolis ucraniana de Chertomlyk, está decorado con escenas mitológicas de influencia griega y es prueba de los contactos entre los escitas y las colonias griegas del mar Negro. Museo del Hermitage, San Petersburgo.

Foto: EGMONT STRIGL / AGE FOTOSTOCK

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La vida en las estepas

Los escitas se extendieron por un amplísimo territorio, desde los montes Altai, en la estepa rusa, hasta el mar Negro. Hábiles jinetes, vivían en tiendas similares a las yurtas de los actuales nómadas mongoles (arriba).

Foto: DAGLI ORTI / art archive

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Griegos y bárbaros

Batalla entre griegos y bárbaros en la vaina de una espada escita. Detalle. Siglo V a.c. Museo del Hermitage, San Petersburgo.

Foto: BRIDGEMAN / INDEX

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Vaso de oro de la tumba de Gaimanov

En 1970 se descubrió en Gaimanov (Ucrania) un kurgán excepcional por la riqueza de los tesoros que guardaba. Entre ellos se cuenta  una lujosa vajilla en la que destaca este vaso de plata y oro decorado con dos guerreros conversando. Siglo IV a.C. Museo Histórico, Kíev. 

Foto: BRIDGEMAN / INDEX

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Silla de montar

Los escitas eran hábiles jinetes y en sus tumbas se han hallado sillas de montar. La localizada en el túmulo 1 de Pazyryk, de cuero, fieltro y pelo, está decorada con un grifo (ser mitológico mitad águila y mitad león) que ataca a una cabra montesa.

Foto: WOJTEK BUSS / AGE FOTOSTOCK

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Kurgán real

En kerch se han descubierto varios kurganes como el de Kul-Oba. El de la imagen es el kurgán Tsarsky, un gran túmulo real que fue saqueado en la antigüedad.

cuando a finales del siglo VI a.C. los griegos atravesaron el Bósforo para establecer varias colonias en la costa septentrional del mar Negroentraron en contacto con un misterioso pueblo de guerreros nómadas que ocupaba las infinitas estepas de lo que hoy es Ucrania y el sur de Rusia. Los escritores helenos, en particular el historiador Heródoto, recogieron múltiples referencias e historias sobre esos hombres «de ojos azules y cabello color de fuego»jinetes invencibles, maestros en el manejo del arco y con costumbres tan inquietantes como la de beberse la sangre del primer enemigo que abatían y recoger las cabezas de sus rivales muertos para ofrecérselas a su rey.

Unos «bárbaros» capaces de desafiar a los mayores imperios de Mesopotamia

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