En aquellos momentos, Barcelona vivía un proceso de profundas transformaciones sociales y económicas. Los sectores más conservadores de la sociedad catalana se sentían amenazados por las ideas liberales que empezaba a propagarse entre los estratos sociales más bajos, e incluso la iglesia hablaba de una crisis de valores y de fe. Bocabella , que era un hombre de creencias conservadoras, se implicó de manera muy profunda en la recuperación y la divulgación de los valores tradicionales de la familia cristiana, los cuales creía que estaban seriamente amenazados. Decidido a impedir que tal cosa no sucediera, Bocabella decidió fundar en 1866 la Asociación de Devotos de San José, que llegaría a reunir a más de 600.000 socios.
FINANCIACIÓN PARA LA SAGRADA FAMILIA Para promover su labor de defensa de la familia cristiana, Bocabella fundó en 1866 la revista El propagador de la devoción a San José , que se distribuía entre todos los socios de la Asociación de Devotos y llegó a alcanzar los 25.000 ejemplares quincenales. Con su publicación, que traspasó los límites de Cataluña y se leía en toda España, Bocabella intentó encontrar el modo de dar apoyo a todas aquellas personas acuciadas por graves problemas sociales y económicos. El éxito de la revista proporcionó a Bocabella grandes beneficios, con los que pudo adquirir unos terrenos a la derecha del Eixample barcelonés, conocido popularmente como "el Poblet", y que por aquel entonces se encontraba en pleno proceso de urbanización, por un total de 172.000 pesetas de la época (que equivaldrían a cerca de dos millones de euros en la actualidad).
Para promover su labor de defensa de la familia cristiana, Bocabella fundó en 1866 la revista 'El propagador de la devoción a San José', que se distribuía entre todos los socios y llegó a alcanzar los 25.000 ejemplares quincenales.
Fotografía tomada en 1889 donde se aprecian las obras para la construcción del templo expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona.
Foto: PD
La Sagrada Familia en una la Ilustración del número 146 de la revista Catalana , aparecida el 18 de marzo de 1906.
Foto: PD
Es muy posible que cuando fundó la Asociación de Devotos de San José, Bocabella ya tuviera en mente la construcción de un templo dedicado a la Sagrada Familia. Bocabella era, de hecho, un gran devoto de san José, y en 18xx visitó la basílica de la Santa Casa, en la localidad italiana de Loreto, una espléndida iglesia construida junto a la casa donde, según la tradición, el arcángel Gabriel anunció a la Virgen María su maternidad divina y donde vivió la Sagrada Familia (Jesús, María y José), en Nazaret (la casa fue llevada a Italia por los cruzados en el siglo XIII para salvarla del avance musulmán). Durante su viaje a Loreto, Bocabella quedó tan fascinado con la basílica, que quiso tener una copia de aquel hermoso edificio en Barcelona. Además, en 1870 San José fue nombrado Patrón de la Iglesia Universal y se levantaron numerosos templos dedicados a su figura. De este modo, la motivación de Bocabella para construir un templo en Barcelona dedicado a la Sagrada Familia fue en aumento y decidió empezar a recaudar fondos para acometer las obras.
JOSEP MARIA BOCABELLA CONOCE A ANTONI GAUDÍ Pero la idea de la construcción de un templo dedicado a la Sagrada Familia ya venía de lejos. Y no solo Bocabella fantaseaba con esta idea. Un gran amigo de Bocabella, el escritor y sacerdote Josep Manyanet i Vives (que sería canonizado por Juan Pablo II en el año 2004) ya la había expuesto en junio de 1869, unos doce años antes de que el propio Bocabella comprara los terrenos del Eixample barcelonés. Manyanet era un hombre al que le gustaba mantenerse en un discreto segundo plano, y prefería centrarse más en la congregación que él mismo había fundado en 1864, y a la que llamó Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José. De hecho, es muy posible que la amistad que unía a Bocabella y a Manyanet fuera determinante a la hora de poner en marcha el proyecto.
Manyanet era un hombre al que le gustaba mantenerse en un discreto segundo plano, y prefería centrarse más en la congregación que él mismo había fundado en 1864.
Imagen de la Sagrada Familia construida por Antoni Gaudí, tal como puede verse en la actualidad.
Foto: Cordon Press
El arquitecto Francisco de Paula Villar Lozano recibió el encargado de diseñar los planos , pero la idea de copiar el diseño de una basílica italiana no resultó muy de su agrado y finalmente De Paula se decantó por el diseño neogótico que estaba tan de moda en la época. Con todo en marcha, el día de San José del año 1882, el obispo José Maria de Urquinaona colocaba la primera piedra de la futura basílica de la Sagrada Familia. Pero no todo fueron satisfacciones. En realidad, Bocabella y De Paula no se ponían de acuerdo en muchos detalles de la obra, como por ejemplo en los materiales que debían utilizarse o en las dimensiones de las estructuras.
Retrato de Antoni Gaudí realizado en 1878.
Foto: PD
En vista de los constantes desacuerdos con su arquitecto, Bocabella no dudó en buscar el asesoramiento de otro profesional, Joan Martorell Montells. Al final, un año más tarde, en 1883, De Paula, cansado de discusiones, decidió abandonar el proyecto. Ante aquel revés, Bocabella pidió a Martorell que se hiciera cargo de la obra, pero este le recomendó a un joven arquitecto con el que había colaborado en algunas ocasiones llamado Antoni Gaudí. El resto de la historia es bien conocido. Gaudí acabaría haciendo del templo su obra maestra, un edificio singular admirado en el mundo entero. En cuanto a Josep Maria Bocabella , el principal impulsor del templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, tras su muerte fue enterrado en la capilla de Santo Cristo en el interior de la basílica que se había convertido en el proyecto de su vida.
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