Verlo es pensarlo. Desde hace unos días, y gracias a la difusión que le dio al asunto en redes sociales la archidiócesis mexicana de Monterrey, muchos están suponiendo que la reliquia de la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús de Ávila fue la inspiración directa tomada por Jim Starlin y George Perez en 1991 para crear el arma más letal de todo el universo Marvel.
No se ha encontrado una confirmación por parte del equipo creativo, y tampoco el equipo de Marvel-Disney ha salido a despejar dudas. Lo que sí tenemos es una increíble semejanza estética entre ambos objetos. Algunos internautas han señalado que los colores de las gemas no se corresponden, pero otros también han apuntado que en los cómics noventeros los colores de las gemas tampoco fueron persistentes.
¿Cuál es la historia de esta reliquia y qué tiene que ver Franco en todo esto?
En 1582 y diez meses después de su muerte, la mística fue exhumada. Cuenta la leyenda que su cuerpo apareció incorrupto y flexible, por lo que un párroco le cortó la mano convirtiéndolo en objeto relicario. Para un mayor lustro, la mano fue insertada en un guantelete de plata con piedras incrustadas en el siglo XVII.
Tras muchos siglos de viajes, y después de haber sido expoliada por el bando republicano, el bando nacional lo recupera con la toma de Málaga. Poco después Franco le dice a la Iglesia que se quedará con la reliquia para conservarla en un mueble-oratorio creado ad hoc en el Palacio de El Pardo para guardarlo como objeto de veneración particular.
La prensa de la época cuenta que el Caudillo le tenía especial adoración al objeto de esta abulense que hizo historia a través de una vida de sufrimientos y entregas. Teresa era “la santa de la raza”, “la santa más española”, y el ángel cuyo acompañamiento en forma de reliquia sería absolutamente necesario para alcanzar la conquista, en un ejemplo de misticismo muy similar al que sentían los nazis en aquella época.
Lo que es más, parece ser que Franco llegó en alguna ocasión a dormir con ella y que se la llevaba consigo en viajes nacionales. Al morir, la reliquia sí volvió a sus propietarios originales, al convento carmelita del Corazón Eucarístico de Jesús, en Ronda, en la Diócesis de Ávila. Aunque, a partir de aquel momento, el pasado fascista de la reliquia quedó inexorablemente fijado en el objeto: en la muñeca de la mano el dictador mandó dibujar la Cruz Laureada de San Fernando, símbolo de la victoria franquista.
Como anécdota, el propio guantelete de Santa Teresa vivió un viaje mágico temporal que podría haber aparecido en la saga Marvel: dado que la monja murió justo en el momento en el que los países católicos estaban cambiando sus calendarios del juliano al gregoriano, que requerían pasar del día 5 al 14 de octubre, y que su fallecimiento fue en la madrugada del 4 al 5 de octubre, su muerte está fechada en el 15 de octubre.
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