En este periodo de Gloria en la Pascua bien podemos rezar que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. Dicho conocimiento requiere formación y cultura. Por eso la Iglesia siempre ha cultivado la enseñanza para facilitar el aprendizaje de las cosas. Uno de los carismas que más se ha suscitado en su seno.
Por ejemplo San Juan Bautista de la Salle, fundador de los Hermanos de la Salle, o San Marcelino Champagnat, promotor de los maristas. Hoy la Iglesia nos trae a San Leonardo Murialdo, Santo también implicado en la docencia. Italiano de Turín en 1828. Casualmente paisano de San Juan Bosco y buscador como él de ayudar en la educación de los niños y necesitados. Sus primeros pasos como estudiante de primaria se forjan también en un carisma educativo como son los escolapios.
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