El Juego del Molino ya se jugaba en la época de los romanos. Es una mezcla de tres en raya y damas que aún hoy en día se juega en muchos lugares, y se vende comercialmente.
Los arqueólogos rusos no sabén por qué el juego de tablero medieval estaba en una cripta oculta. Si la sala secreta del castillo de Víborg servía para ocultarse, es posible que estuviera allí para pasar el rato mientras permanecían ocultos. Otra explicación es que el juego estuviese prohibido y acudían a la cripta secreta a jugarlo.
El Juego del Molino o Molino también se llama Alquerque de Nueve, Nueve Hombres de Morris, o Morris.
Se han hallado referencias en un libro del poeta romano Ovidio, que data del siglo I, y en las obras de Shakespeare.
Se han encontrado tableros del Juego del Molino en edificios romanos, iglesias inglesas medievales, y también en las catedrales de León y Orense.
El tablero del Molino está formado por tres cuadrados conectados entre sí, aunque su diseño varía según se juegue con 3, 6 o 12 piezas.
Los jugadores se alternan para poner fichas en la intersecciones del tablero. Si consiguen colocar tres en línea hacen un molino, y pueden quitar una ficha del jugador contrario. Si un jugador se queda con menos de tres fichas o no puede moverse, pierde.
Es un juego fácil de jugar, sencillo de construir y muy entretenido, así que no es extraño que haya sobrevivido a través de los siglos. De hecho hoy en día lo puedes comprar en Amazon:
Los arqueólogos del castillo de Víborg que han encontrado la sala secreta con el juego de tablero medieval del Molino, no han hallado las fichas. Es posible que los jugadores las llevasen encima, o incluso que usasen monedas, frutos secos u otros objetos perecederos como fichas.
[Fuente: The Moscow Times]
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