miércoles, 1 de abril de 2015

Maoismo insurgente en las selvas carboníferas de la India

Los militares maoístas, llamados Naxalitas, han hecho de las selvas carboníferas su trinchera, por la vía de la violencia y la extorsión. Aunque ellos tampoco se libran, las luchas intestinas y la extorsión han fragmentado a los naxalitas durante la insurgencia, con diferentes grupos escindidos (como el TPC).
Los naxalitas son parte de la insurgencia interna de la India que más tiempo lleva enquistada, ya desde decenios, mucho más que el conflicto con Cachemira. Aunque parece sorprendente que los naxalitas se definan como seguidores de Mao, muchos años después de que haya muerto el líder comunista chino y en un país que ni tan sólo llegó a visitar. fue el boom energético de la India y los derechos sobre el suelo de donde se extraía las materias primas, lo que dieron el impulso y catolizaron la lucha de clases en la India.
De ahí la fusión de los asesinos de la selva con la producción energética de la India (acero, y carbón) entre diferentes grupos más necesitados del país (los tribales originales del país o adivasi).
Esta insurgencia se atrinchera enaguan de las zonas más pobres (aunque ricas en minerales) de la India, zonas selváticas llamadas el Corredor Rojo, principalmente los estados de Chhattigarh y Jharkhand, limitados siempre por la carretera, donde la selva pierde su fuerza que es sustituida por comisarías fortificadas marcando el último rescoldo de la autoridad estatal. Centralizados en el bosque de Dandakaranya ("Jungla de castigo" en sánscrito) y en su corazón donde se encuentra Abujmarh, una selva dentro de una selva que refugia a los naxalitas.
La tierra de los naxalitas es la India subdesarrollada, de filosofía comunista, tribunales populares, células armadas y explosivos sorpresa. Su nombre viene de la aldea Nalxalbari (Bengala occidental) que en 1967 levantó sus campesinos contra los terratenientes.
Los primeros refugiados llegaron en 1989 huyendo de la represión de las autoridades locales y se afiliaron con los adivasi ("aborígenes" en sánscrito) que pertenecían a las Tribus Reconocidas de la Constitución india, unos 84 millones (6,8% del total de la población de la India) y posteriormente se unieron los dalits (intocables) o Clases Atrasadas según la constitución.
Todo esto no seria un problema si no fuera porque la zona en conflicto se encuentra entre los lugares más ricos del país con un 40% de carbón de toda la India, además de menas de hierro,  piedra caliza, dolomitas y bauxita que son necesarios para el crecimiento de las megaciudades de la India.
Esos terrenos fueron conseguidos por la Central Coalfields Limited (CCL) y durante años ha ofrecido compensaciones a los lugareños a cambio de esas tierras y de su desplazamiento... casi todos menos los naxalitas que no quieren ceder su tierra a los CCL creandose una división entre los que aceptan las remuneraciones o el trabajo de la CCL o los que no.
Pero la acción de los naxalitas no queda ahí, también ellos han aprendido que vale la pena explotar la rica tierra que poseen por la cual cobran por prospecciones consiguiendo más dinero que aquel derivado del arroz o las hojas de tendí maoristas. Y para que entre el carbón en el sistema no hay nada mejor que una buena red de extorsión y de sobornos a funcionarios. Y si eso no convence siempre quedan ataques brutales propagación del miedo amparado bajo el sentimiento de injusticia de la desigual injusticia en el reparto de tierras.



Nacho Padró
A partir del National Geographic
abril 2015

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