La Idea más famosa y revolucionaria de Spinoza es que Dios no es el creador de nuestro mundo, sino que el mundo en sí es una parte de Dios. Esto se puede relacionar con la idea del panteísmo, la doctrina que implica que tanto Dioscomo el mundo son lo mismo, lo que acaba confrontando las creencias relacionadas con la religión (sobre todo la judía y la cristiana).
El panteísmo surge del pensamiento de los filósofos griegos, como los presocráticos y los estoicos. Aun así, Spinoza es considerado el principal precursor del panteísmo moderno. Es decir, el pensamiento de este filósofo se caracteriza por que apuntó a la idea de que Dios y el mundo no son dos entidades diferentes, sino dos aspectos diferentes de una sola realidad.
Además, la filosofía de Spinoza y sus concepciones no son meras construcciones intelectuales, sino que permiten que las personas puedan integrarlas en su vida, creando hábitos y perspectivas únicas. Todas estas indagaciones se pueden encontrar en su mejor trabajo, Ética, donde combina la metafísica, la teología, la epistemología y la psicología humana.
Es en esta obra que Spinoza argumenta que el camino de la ‘salvación’ de todas las personas implica expandir nuestra mente hacia una comprensión más intuitiva de Dios, de toda la naturaleza y sus leyes. De hecho, sus pensamientos e ideas implican una práctica espiritual cuyo principal objetivo es la felicidad y la liberación.
¿Quién fue Spinoza?
Baruch Spinoza nació en Ámsterdam en el seno de una familia judía portuguesa, que tuvo que huir de España a los Países Bajos debido a la persecución de la Inquisición española. Debido a este contexto, Spinoza recibió una educación muy religiosa. Además, este autor fue muy influenciado por otros pensadores como Descartes, Leibniz, Maquiavelo y Hobbes, así como por el estoicismo y otros pensadores heterodoxos de su tiempo.
Algunas de sus aportaciones más distinguidas fueron el rechazo del Dios trascendente, así como la negación de la inmortalidad del alma y cualquier comprensión literal de la ley moral impartida por Moisés. Todas sus aportaciones más relevantes sobre la concepción que tuvo de Dios fueron escritas en su libro más conocido, Ética.
El Dios de Spinoza
El título aportado a la obra Ética subraya, ante todo, el propósito principal del libro, donde Spinoza quiere dar su visión de la ética. Pero, desde su perspectiva, la ética y su sistema de pensamiento, solo existe una sustancia que se transmite en varias formas.
Esta concepción de la idea de Dios significa que no puede haber un mundo externo a él, por lo que el mundo en sí está contenido como una parte de la sustancia infinita que es Dios. Para comprender esta perspectiva de la idea de Dios y cómo este filósofo lo argumentó debemos tener en cuenta lo siguiente.
No hay dos sustancias que puedan compartir el mismo atributo o esencia. Spinoza concluye que todo lo que existe en nuestro mundo es una parte de Dios.
Dios es una sustancia que tiene o está compuesta por atributos infinitos. Según la idea de Dios de Spinoza, este puede existir de diferentes maneras. Una es a través de ‘modos infinitos’ que incluyen aspectos como las leyes de la naturaleza. Por otro lado, otros modos son ‘finitos’ que hacen referencia a las existencias particulares, es decir, a personas individuales, animales o plantas.
Para existir por separado de Dios, cualquier otra sustancia tendrá que poseer atributos o una esencia que sea diferente de uno de los infinitos atributos o esencias de Dios, lo cual es imposible. Es decir, todas las cosas que existen en la naturaleza, que son parte de Dios, también son necesarias.
“Ese ser eterno e infinito que llamamos Dios, o Naturaleza, actúa desde la misma necesidad de la que él existe”
Por lo tanto, ninguna sustancia puede existir por separado de Dios. Para la visión de Spinoza, tanto la materia como nuestro pensamiento están determinados causalmente. De esta forma, el filósofo niega la libertad humana como se entiende tradicionalmente. Aun así en la Ética sugiere que las personas pueden tener una especie de autonomía cuando conseguimos liberarnos de las pasiones o mitigar la influencia que tienen en nosotros. En cambio, si no logramos separarnos de ellas, vivimos completamente dominados por estas.
“Somos impulsados de muchas maneras por causas externas, y…como olas en el mar, impulsadas por vientos contrarios, nos damos la vuelta, sin conocer nuestro resultado y destino”
Teniendo en cuenta la argumentación de Spinoza, nuestro objetivo ético debería ser controlar nuestro apego a las pasiones y conseguir cultivar la virtud. Esto se traduce en que debemos esforzarnos por el conocimiento, que puede ser hacia Dios o hacia la naturaleza (ya que es lo mismo). Por lo tanto, el sentido de la humanidad es entender racionalmente el mundo que nos rodea y nuestro lugar en él. De hecho, el filósofo se refiere a esto como “el amor intelectual de Dios”.
¿Einstein creía en Dios?
Durante el transcurso de la vida de Albert Einstein, uno de los físicos más conocidos de la historia, afirmó en varias ocasiones en la creencia del panteísmo, es decir, la doctrina teológica basada en el trabajo de Baruch Spinoza. En sus propias palabras, Einstein afirmó:
”Creo en el Dios de Spinoza, que se revela a sí mismo en la armonía legal del mundo, no en un Dios que se preocupa por el destino y las acciones de la humanidad”
De hecho, la secretaria de Einstein, Helen Dukas, afirmó que el físico recibía una gran cantidad de cartas cuyo contenido eran preguntas sobre la cuestión de Dios y el sentido de nuestra existencia. Aunque Einstein siempre afirmó que era incapaz de dar una respuesta.
Aún así, en 2018 se subastó una carta privada que escribió Einstein poco antes de morir. En ella revela la desesperación que tuvo el físico por hallar la respuesta sobre el sentido de la vida. Además, también apuntaba a su creencia en el Dios de Spinoza, es decir, un ser que ponía un orden en un universo bello, simple y elegante. Según su visión aunque el universo podía ser feo, aleatorio y caótioco, este tenía un orden oculto que era misterios y profundo.
“Einstein dijo una vez que se sentía como un niño entrando en una inmensa biblioteca. Estaba rodeado de montañas de libros con respuestas a los misterios del universo. Su meta en la vida era, de hecho, poder leer unos pocos capítulos de esto libros”
Referencias:
- Kaku, M (2022) La ecuación de Dios. La búsqueda de una teoría del todo. Barcelona. Debate.
- Spinoza, B (2011). Ética:demostrada según el orden geométrico. Barcelona. Alianza Editorial.
- Bañeras, N (2024). Spinoza y la no-dualidad. Barcelona. Kairós.
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