Por primera vez, Iglesia y víctimas de abusos se sientan en una misma mesa para una reunión operativa y esbozar un plan de acción conjunto de reparación integral. Hoy, seis portavoces de las cuatro principales asociaciones de supervivientes de la pederastia eclesial se reunieron en la sede de la Conferencia Episcopal Española con los máximos representes tanto de los obispos como de la vida religiosa.
Durante cerca de dos horas y media se extendió esta particular «cumbre» que nace después de que las víctimas se manifestaran hace ahora tres semanas a las puertas del mismo edificio que hoy les acogía. Sucedió durante la Asamblea Plenaria de primavera en la que resultaron elegidos como presidente y vicepresidente del Episcopado el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, y el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo.
Tras ser designados el 5 de marzo, minutos después ambos salieron a saludarles y fue en ese tú a tú cuando las víctimas les demandaron una cita más pronto que tarde que se materializó ayer. Ambos ejercieron de anfitriones, junto al presidente de la Conferencia Española de Religiosos, Jesús Díaz Sariego, y el secretario general Jesús Miguel Zamora. A ellos se sumaron la directora de la Oficina de Entornos Seguros de Confer, Gloria Rodríguez, así como Jesús Rodríguez Torrente, coordinador de las oficinas de protección de menores de la Conferencia Episcopal.
Del lado de las víctimas, se encontraban seis portavoces que representaban a cuatro entidades: Infancia Robada, Justice Initiative, AVA (Asociación de Víctimas de Abusos de Navarra) y Lulacris. Entre los rostros reconocibles de las víctimas, se encontraban Juan Cuatrecasas, Francisco Javier Méndez, Teresa Conde, Ana Cuevas y Ciro Molina.
Justo hace dos años, las víctimas de abusos en la Iglesia ya mantuvieron un primer encuentro con el ahora ex presidente de los obispos, el cardenal Juan José Omella. Sin embargo, más allá del desahogo personal, aquella toma de contacto no se tradujo en ninguna acción conjunta. De hecho, los obispos han aprobado las líneas generales de su propio plan de reparación sin escuchar a las asociaciones.
Esta dinámica parece cambiar ahora, a juzgar por lo expresado por las propias asociaciones. «Ha sido una reunión cordial con un buen y efectivo intercambio de opiniones», valora Juan Cuatrecasas, fundador de Infancia Robada, después de plantear la urgencia de «una agenda de trabajo con medidas concretas e inmediatas». «Han admitido prácticamente todas peticiones que hemos hecho», resume el portavoz.
Entre las principales demandas que expusieron a la Iglesia, Cuatrecasas subraya la necesidad de que se trate «de forma individualizada» cada caso, aunque esto exija «más tiempo» y sea «más costoso». De la misma manera, las víctimas reclamaron terapias gratuitas, así como la financiación de iniciativas que permitan solventar la «exclusión educativa, laboral y social» que padecen los supervivientes de esta lacra. También pusieron sobre la mesa una mayor protección cuando se interpone una denuncia, en tanto que muchas víctimas se han encontrado en situación de vulnerabilidad ante sus depredadores al iniciarse el proceso.
Finalizada esta primera cumbre, las asociaciones esperan que la próxima tenga lugar el próximo mes de abril, aunque abandonaron la sede del Episcopado sin una fecha concreta. Cuatrecasas detalla que «nos encontraremos en breve para seguir, una vez que se abra el paraguas para otras asociaciones que quieran estar presentes y conformemos un equipo de trabajo estable», apunta Cuatrecasas. «No podemos prorrogarlo mucho porque realmente hay víctimas que están en una situación muy complicada y necesitan respuestas reales ya», alerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario