Padre Dios: Tú eres amor, amor entregado hasta el extremo. Tú eres amor, oh Padre, eres bueno, misericordioso y compasivo. Tú amas y llamas al hombre a ser feliz. Enséñanos a amar con un corazón limpio, que no busque el propio interés. Enséñanos a amar con un corazón sincero.
Señor Jesucristo: Tú eres amor derramado en esta tierra. Tu eres amor, ternura de Dios en la historia. Tú eres el corazón del Padre abierto de par en par. Tu amor, Señor Jesús, es amor que salva, esrescate y liberación para el hombre. Enséñanos, Señor Jesús, a amar como Tú, con un corazón desinteresado y libre.
Danos, Señor, un corazón limpio y generoso; un corazón limpio donde el otro encuentre un espacio donde descansar; un corazón limpio donde el otro encuentre acogida en los momentos difíciles, un corazón limpio, que nunca juzgue, ni sienta celos, ni condene.
Danos Señor, un corazón limpio y generoso, que se alegre con las alegrías de los demás, que sufra con quienes sienten el peso del dolor.
Tú que eres amor, amor entregado hasta el extremo, danos un corazón grande, capaz de amar sin fronteras, siempre. Señor, enséñanos a amar.
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