Amo el silencio. Creo que el silencio es uno de los mejores momentos para hacer ruido.
Amo el silencio que busco, no el silencio que me encuentra, porque el que me encuentra es demasiado tenebroso.
No existe un mejor momento que aquel en el cual no piensas, cuando no piensas no eres nada, y cuando no eres nada es la mejor forma de volar en la tierra.
Treinta segundos sin pensar, son mejores que treinta años de vida. No se siente, no se respira, no se percibe, no se siente nada más que la suave brisa en tu cuerpo.
El silencio te puede decir tantas cosas… Te puede decir lo importante que eres tú mismo en ese momento. Te avisa que si quieres algo, lo puedes logra. Te deja en claro que lo más importante en el mundo eres tú, porque solo tú puedes hacer cosas para ti y para el mundo. Tú eres todo pero a la vez nada; puedes ser lo que quiera que quieras ser.
No existe nada mejor que el silencio, el efecto relajante de un silencio, con él puedes estar en un crucero disfrutando de una isla paradisíaca, o con la persona que más amas.
No es alguien sereno, el que busca un lugar en el cual puede estar callado, sino aquel que en medio de todo el bullicio, puede encontrarse a sí mismo, aunque solo sea unos segundos.
Pastoral Marista
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