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miércoles, 17 de junio de 2020

En diez años, el número de docentes estadounidenses que enseñan creacionismo se ha reducido de forma considerable

Parece que el mundo no está encaminado hacia una era de oscuridad, supersitición e idiocia, tal y como venimos viendo con las declaraciones de algunas figuras públicas sobre el 5G, el coronavirus o las vacunas
Al menos, no en todos los aspectos. En lo tocante a la enseñanza del creacionismo en las escuelas estadounidenses, al menos, podemos sentirnos satisfechos. 

Creacionismo VS Evolución

Según los resultados de un estudio publicado el 10 de junio muestran que la proporción de docentes de biología de secundaria de Estados Unidos que enseñan el creacionismo como una alternativa científicamente válida a la evolución ha caído del 32% en 2007 al 18% en 2019
Además, la cantidad de tiempo de clase dedicado al estudio de la evolución humana se ha disparado en casi un 90%.
Según los autores del estudio: "Mostramos que estos cambios reflejan tanto el reemplazo generacional, por parte de los maestros que son nuevos en la profesión, como los cambios en las prácticas de enseñanza entre aquellos que enseñaban en la era anterior al célebre caso Kitzmiller". 
"Tammy Kitzmiller, y otros contra el Distrito Escolar de Dover", fue el primer desafío directo que se realizó en una corte federal de Estados Unidos contra un distrito de escuela pública que exigía la explicación del «diseño inteligente» como una alternativa a la evolución en cuanto a la «explicación sobre el origen de la vida». El juez dictaminó que el diseño inteligente no es un concepto científico, y por lo tanto no podía ser enseñado como si fuera ciencia en las escuelas
Revisar el estado de la educación de la evolución es importante porque la encuesta de 2007 se realizó en el campo menos de 2 años después de que el bien publicitado caso Kitzmiller v. Dover. La decisión en ese caso fue inequívoca: el creacionismo, incluso en su más reciente apariencia de diseño inteligente, era de naturaleza religiosa y no podía enseñarse en las aulas de ciencias de las escuelas públicas. Kitzmiller v. Dover representó lo último en una larga línea de casos que protegían la enseñanza de la evolución y parecía poner fin a cualquier esfuerzo serio para introducir abiertamente el creacionismo. 
Además, en los últimos 10 años hemos visto esfuerzos significativos para promover la enseñanza de la evolución. Organizaciones como la National Science Teaching Association, la National Association of Biology Teachers y la National Academy of Sciences han concebido informes y recursos para el aula, oportunidades de desarrollo profesional y más para avanzar en la inclusión de la evolución en las aulas del país.

domingo, 1 de mayo de 2016

Un estudio científico sugiere que la mano humana ha sido diseñada por un “Creador”

A principios de año, la revista de acceso abierto PLOS ONEpublicaba un estudio realizado por un equipo de científicos de la Universidad Huazhong (Wuhan, China) en el que se relacionaba la arquitectura biomecánica de las manos humanas con su capacidad para coordinarse y realizar una gran variedad de tareas.
El artículo seguramente hubiera pasado desapercibo de no ser porque James Mclnerney, experto en Biología Evolutiva de la Universidad de Manchester, denunció a través de Twitter que en el texto se sugiere que el diseño de la mano humana está dirigido por un Creador. En efecto, la última parte del Abstract (resumen del contenido que se incluye siempre al comienzo de cualquier artículo de carácter científico) dice así: “The explicit functional link indicates that the biomechanical characteristic of tendinous connective architecture between muscles and articulations is the proper design by the Creator to perform a multitude of daily tasks in a comfortable way” (El vínculo funcional explícito indica que las características biomecánicas de la arquitectura conjuntivo tendinosa entre músculos y articulaciones es el diseño propio del Creador para llevar a cabo de manera cómoda la multitud de tareas diarias).
Tras el aluvión de comentarios, PLOS ONE se ha retractado y explica en el mismo enlace del artículo que, tras llevar a cabo una minuciosa re-evaluación del manuscrito,  han confirmado la preocupación de los lectores. Los editores admiten que los fundamentos científicos, presentación y lenguaje del textono se abordaron adecuadamente durante la revisión por pares y consideran que no es un trabajo en el que se pueda confiar, debido a lo cual se retractan de dicha publicación.

¿Creacionismo o errores de traducción?

Pero aquí no acaba el asunto. En declaraciones a la revista Nature, Cai-Hua Xiong, uno de los autores, explicó que la polémica se había desatado debido a una falta de entendimiento cultural. Al no ser hablantes nativos de inglés, los científicos habían traducido por “Creador” un término chino que se refiere a la “naturaleza guiada por procesos naturales como la selección”. Es decir, un concepto que no podría estar más alejado del creacionismo.
Muchos científicos, tras leer el texto, han resaltado también que la metodología y la interpretación de los resultados son impecables y que los investigadores, de hecho, hacen referencia de forma explícita a la evolución y a la escala de tiempo real en la que esta tiene lugar. Es decir, los editores de PLOS ONEdeberían haber hecho una corrección mucho más rigurosa del lenguaje empleado, pues obviamente no se puede concebir que una publicación científica haga referencia a un “Creador” o al “diseño inteligente”, pero la conclusión del artículo no es, en absoluto, que un ser superior sea el responsable de la asombrosa capacidad de coordinación de la mano humana, si no que sus autores hacen una descripción de cómo se relacionan sus características estructurales con la habilidad para realizar gran variedad de tareas.
Mientras unos aplauden la decisión de la revista de retirar el polémico trabajo, otros advierten de que quizás haya sido irresponsable y precipitada, pues este tipo de retracciones pueden arruinar la carrera científica de los autores, quienes solo serían culpables de un error lingüístico. Un error que deberían haber detectado los mismos editores de PLOS ONE.
También han surgido críticas a lo que muchos llaman: “la ciencia de Twitter”: está claro que el enorme poder de transmisión de información de las redes sociales democratiza el acceso y la participación en el conocimiento, pero la ciencia y quienes deciden sobre lo que se considera válido en ella deben tomar decisiones mucho más meditadas y no precipitarse antes de emitir un juicio.  

Puedes ver el artículo publicado en PLOS ONE y la nota de los editores en este enlace
Victoria González para Muy Interesante