ubicado en el condado de Lincolnshire (Inglaterra), Gainsborough Old Hall tiene más de 500 años de historia: se trata de un edificio de época medieval, con una enorme chimenea y altos muros que han sido testigos de la ajetreada vida de la ciudad a lo largo de los siglos: príncipes, mendigos, comerciantes y doncellas han paseado por las calles de su alrededor tratando de descifrar lo que se encontraba tras esa fachada enladrillada.
Hasta ahora, los historiadores creían conocer todos los detalles sobre esta casa señorial medieval, una de las más grandes y mejor conservadas del país. Sin embargo, un nuevo hallazgo ha dotado al recinto de un aura misteriosa, incluso escalofriante si tenemos en cuenta que se acercan fechas de miedo: un equipo del English Heritage ha descubierto en las paredes del Gainsborough Old Hall unas 20 de marcas de bruja.
¿Maldiciones, hechizos o mecanismos de protección? Todavía los investigadores están descifrando el significado de algunas de las palabras y símbolos tallados sobre la milenaria piedra, pero lo que sí han avanzado es que el hallazgo fue único entre los 400 sitios que administra la prestigiosa institución.
UN NOMBRE AL REVÉS Y SÍMBOLOS DE PROTECCIÓN
Tal y como ha señalado a través de las redes sociales, el English Heritage sugiere que las marcas de bruja encontradas en las paredes de este edificio patrimonial datarían de 1596, cuando un hombre infame llamado Sir William Hickman era el propietario. Y, de hecho, la hipótesis tiene sentido: una de las inscripciones halladas muestra este apellido escrito al revés.
En Europa, la brujería fue un fenómeno que abarcó desde aproximadamente el siglo XV hasta el XVII, y durante este período, entre muchas otras supersticiones, se creía que escribir al revés un nombre maldecía a la persona aludida. No obstante, por otro lado las marcas detectadas también corresponden con símbolos supuestamente empleados "para protegerse contra el mal", como flores de seis pétalos en un círculo o espirales.
En la época se creía que escribir un nombre al revés maldecía a la persona aludida.
El descubrimiento, que ha sido llevado a cabo por un voluntario de la institución, Rick Berry, también incluye marcas marianas –llamadas de protección a la Virgen María–, una estrella pentagonal –símbolo empleado históricamente como talismán– y alrededor de 100 marcas de quemaduras que habrían servido presuntamente para proteger contra el fuego.
¿QUÉ SON LAS MARCAS DE BRUJAS?
Al contrario de lo que se pueda pensar, la figura de la bruja surge antes del cristianismo: ya en textos clásicos como la Odisea de Homero o Sobre la superstición, de Plutarco, aparece el término en relación a personajes que no necesariamente debían ser femeninos, ni llevar sombrero o escoba. Pero ciertamente es en la Edad Media cuando la persecución de la herejía provoca una expansión de este concepto tan arraigado hoy en el imaginario popular.
Las espirales son algunas de las marcas de brujas más comunes.
Resulta evidente, pues, que quienes les temían (es decir, la mayor parte de la población) idearan mecanismos para protegerse de ellas, y ahí es donde aparecen las conocidas como "marcas de brujas". De acuerdo con lo que cuenta la profesora e historiadora Diane Purkiss para el English Heritage, en la época existía todo un ritual para evitar ser embrujado: "Si sospechas que una de tus vecinas es una bruja, nunca dejes que ella tenga la última palabra en una conversación. Cualquier cosa que ella diga debe serle devuelta, antes de que te infecte".
¡Pero no solo eso! Tal y como ejemplifica el reciente descubrimiento en el Gainsborough Old Hall, los supersticiosos también realizaban inscripciones en sus casas para ahuyentar la presencia de brujas: entre las más comunes, la inicial M de la Virgen María o la espiral. ¿Te suenan?
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