miércoles, 27 de noviembre de 2024

sorpresas arqueológicas en tierra santa: así van las excavaciones en el santo sepulcro

 el santuario del Santo Sepulcro, en pleno corazón de la Tierra Santa, es un edificio casi tan caótico y oscuro como la historia de los cristianos en Jerusalén. Este edificio fue construido en época romana y desde entonces ha sido objeto tanto de numerosas reconstrucciones, como más recientemente de investigaciones que han permitido continuar descifrando sus misterios.

La importancia de la iglesia es ampliamente conocida: allí se encuentra el lugar sagrado donde, según la tradición, Jesucristo fue crucificado, y también su tumba (vacía, porque resucitó de entre los muertos). Así, tres comunidades religiosas –los greco-ortodoxos, los católicos latinos y los armenios– son las encargadas de custodiar estos espacios que, en 2017, fueron destapados por primera vez en siglos.

El acontecimiento constituyó una oportunidad única para los arqueólogos y, con todo sentido, desde hace algunos años la Universidad de Roma, "La Sapienza", dirige los trabajos de excavación en el santuario, los cuales buscan dar con evidencias que correspondan o, por lo contrario, contradigan testimonios antiguos como el de Eusebio de Cesarea, fuente de información por excelencia a la hora de estudiar este edificio sagrado.

No fue hasta enero de 2023 cuando se presentaron las primeras conclusiones de la investigación. Y ahora, los responsables de la protección de la iglesia han recibido nuevas actualizaciones de la excavación. ¿Qué revelan?

UN TERRENO CON HISTORIA

"Aún queda mucho por estudiar y reconstruir, pero algunos puntos parecen claros", señala en el comunicado Francesca Romana Stasolla, coordinadora de la excavación y profesora del Departamento de Ciencias Antiguas de la institución académica.

Con ello, la especialista se refiere a la confirmación de que, tal y como avanzó el informe de 2023, el Santo Sepulcro se asienta sobre un terreno rocoso, una cantera que se remonta a la época paleocristiana, que parece haber tenido un uso industrial: "los análisis arqueobotánicos y, sobre todo, de polen han demostrado la presencia de cultivos de olivo y uva", indica la Universidad.

Más tarde, parte de esta parcela fue abandonada, allá por la Edad del Hierro. Y no fue hasta el siglo II d.C. cuando el emperador Adriano la refundó para erigir un templo dedicado a Venus, según el testimonio cristiano. Ahora, la arqueología ha identificado la zona donde habría estado ese templo, ya que los análisis muestran que hubo que ajustar los niveles del irregular terreno para construirlo.

SANTO SEPULCRO

Excavaciones en el Santo Sepulcro.

Custodia de Tierra Santa

Por su parte, todavía no está del todo claro si, tal y como indican los Evangelios, la instalación cultual de la época de Adriano (cuyo perímetro ha demostrado ser más pequeño de lo que indicaban estudios anteriores) habría cumplido la función de restringir la accesibilidad a la tumba de Jesucristo. De hecho, confirmar o desmentir esta hipótesis en uno de los retos del futuro de la excavación, que continuará en la nave norte de la iglesia.

 Lo que sí revela el nuevo informe es que a principios del siglo IV, por el proceso de monumentalización constantiniana, la colina donde se encuentra el Santo Sepulcro fue nivelada (así lo muestran los estratos geológicos), obra que mantuvo a salvo una cámara funeraria, la cual fue identificada como la tumba de Cristo y, como tal, revestida por fuera con una cubierta que destacaba su importancia.

SANTO SEPULCRO

Excavaciones en el Santo Sepulcro.

Custodia de Tierra Santa

LA LLEGADA DEL CRISTIANISMO

El emperador Constantino fue quien hizo del cristianismo la religión principal de Roma, por lo que no es de extrañar que se atribuya a él la construcción del Santo Sepulcro. Según los testimonios, la celebración del concilio de Nicea en el año 325 constituyó una oportunidad perfecta para que Macario, el obispo de Jerusalén, solicitara al emperador la exhumación de la tumba de Jesús, supuestamente ubicada en los extramuros de la Ciudad Vieja.

La operación fue aceptada, pero requirió de la demolición de una instalación cultual pagana (de la que ahora la Universidad de Roma presenta evidencias). Y poco después de la localización del sepulcro, tuvo lugar el hallazgo de la Gólgota, un montículo de rocas en forma de cráneo donde habría sido crucificado el líder cristiano.

Esto llevó al emperador a elegir esta ubicación como terreno para construir el Santo Sepulcro. Y el resto, es historia.


los otros toros sagrados del antiguo egipto

 cuando oímos hablar de cultos a animales en el antiguo Egipto, y más concretamente de toros, nos viene a la mente el más famoso de todos ellos, el culto a Apis, el toro sagrado de Menfis, cuyo lugar de enterramiento en la necrópolis de Saqqara, el Serapeum, fue descubierto en 1850 por el egiptólogo francés Auguste Mariette.

Pero los egipcios no adoraron solo a los toros Apis. Hubo otros dos cultos importantes protagonizados por estos bóvidos: el culto en Heliópolis a los toros Mnevis, de los que solo se han encontrado un par de enterramientos, y el culto a los toros Buchis, adorados en Hermontis(la actual Armant), una localidad próxima a Tebas que prosperó sobre todo en época ptolemaica y donde se alzaba un templo dedicado a Montu, un dios guerrero. El lugar de enterramiento de los toros Buchis en Hermontis se conoce como Bucheum.

ENTERRADOS EN VASTOS LABERINTOS

Los toros Buchis eran seleccionados, como los Apis y los Mnevis, por algunas marcas concretas que los definían. Al parecer, el Buchis, que al principio fue una encarnación de Montu (más tarde sería considerado una forma de Apis y, por tanto, una encarnación del dios del inframundo Osiris), debía ser blanco y con la cara negra. Pero eso al parecer no era todo.


Según Macrobio, un escritor romano del siglo IV, el toro Buchis cambiaba de color cada hora y su pelo crecía hacia atrás. Cuando un toro Buchis era localizado, su madre también recibía honores como encarnación de la diosa vaca Hathor, y el toro era llevado en barca hasta Hermontis, donde viviría a partir de entonces, con todas las comodidades, hasta su muerte, cuando era enterrado en el Bucheum. La primera referencia al entierro de un Buchis data del reinado del faraón Nectanebo II, en el siglo IV a.C., y su culto tuvo continuidad hasta época romana.

Ruinas of Hermontis. Litografía coloreada por Louis Haghe a partir de una obra de David Roberts. 1848.

Ruinas of Hermontis. Litografía coloreada por Louis Haghe a partir de una obra de David Roberts. 1848.

PD

El Bucheum fue descubierto en 1927 por Robert Mond y Oliver Myers, miembros de la Sociedad de Exploración de Egipto. El lugar era similar al Serapeum donde yacían los Apis, con largas galerías excavadas en la roca y numerosas cámaras funerarias. Pero las tapas de los sarcófagos de los Buchis son un tanto distintas a las de los Apis: están formadas por varias piezas que llevaban inscritas las instrucciones para que los operarios las colocasen correctamente y al unirlas formasen una sola tapa.

Sarcófago de un toro Apis en el Serapeum de Saqqara.

Sarcófago de un toro Apis en el Serapeum de Saqqara.

iStock

Mond y Myers hallaron las momias de los Buchis en muy malas condiciones. De hecho, el nivel freático había subido mucho desde la antigüedad y muchas de las galerías se hallaban bajo el agua. Y las que no lo estaban habían sido saqueadas hacía tiempo. Asimismo, la piedra se desmenuzaba con facilidad y había caído sobre las momias de los toros, contribuyendo a su deterioro.

A pesar de todo, se logró extraer cierta información de interés de estas momias. Los arqueólogos constataron que los toros fueron momificados en posición reclinada y, para conseguirlo, los embalsamadores tenían que cortar los tendones de las patas de los animales. Después, la momia se fijaba a una tabla con grapas de bronce.

UNA MOMIFICACIÓN PORMENORIZADA

Se ha conservado un papiro que detalla la momificación de los toros Apis, el Papiro Apis, que describe unas técnicas que al parecer se corresponden con el tipo de momificación a que fueron sometidos también los toros hallados en el Bucheum. A los animales no se les extraían las vísceras, sino que los órganos internos se eliminaban inyectando fluidos disolventes por el ano.

Tal como explica el Papiro Apis: "Un sacerdote lector se coloca delante del ano. Debe extender un paño sobre sí mismo y el dios (el toro). Debe coger con el palo todo lo que encuentre hasta donde llegue su mano. Debe lavarlo con agua y rellenarlo bien con paños y aplicarle los elementos y los vendajes que los cinco sacerdotes que están en las embarcaciones han traído, y que contienen las sustancias del ano. Debe untarlo bien con ungüento y vendarlo con paño".

Alejandro Magno y el toro Buchis. Museo Británico, Londres.

Alejandro Magno y el toro Buchis. Museo Británico, Londres.

PD

Después de ser embalsamado, el animal debía ser vendado. Este procedimiento también se describe en el Papiro Apis: "Deben untar al dios con ungüento y dejarlo reposar en una tabla, pero interponiendo cuatro piedras para que las vendas puedan ser pasadas por debajo del dios. Deben cubrir el centro con vendajes nbti y con la manta mtr. Deben enlazarlas con un vendaje sbn desde el frente hacia atrás y viceversa".

Y sigue: "Deben anudar de nuevo las vendas skr bajo el dios hacia la parte exterior. Deben hacer todo esto mientras que el padre y los profetas están presentes, antes de que se corte el paño. Cuando el paño se corta deben elevar un lamento. Deben llevar el féretro ante el dios y hacerlo reposar en él".

Tras un vendado minucioso, la momia del toro Buchis era adornada con ojos postizos, muchas veces tallados en piedra o vidrio, y su cabeza se recubría con una máscara de yeso y una lámina de oro. Sobre la máscara se disponía la corona que el Buchis había portado en vida, formada por un disco solar con plumas de avestruz flanqueado por dos cobras. Cuando todo ello había concluido, se podía proceder al entierro del toro y a iniciar la búsqueda de su sucesor por todo el país.

LOS SERVIDORES DEL DIOS

Otra importante fuente de información sobre el culto a los toros Buchis la hallamos en numerosos ostraca (fragmentos de piedra o cerámica) descubiertos en el interior de las tumbas del Bucheum. En muchos de ellos se da cuenta de los materiales usados en la momificación y también procuran detalles sobre la vida cotidiana en el lugar.

Por ejemplo, al parecer, como en el Serapeum de Saqqara, en el Bucheum de Hermontis se permitía la entrada de la gente para rendir homenaje a los toros allí enterrados. También se han hallado ostraca que detallan los pagos que se daban a los músicos y bailarines que acudían allí los días en que había festival; asimismo también conocemos el pago que recibían los tejedores que preparaban los paños para las momias de los toros.

Relieve que muestra al emperador Trajano haciendo una ofrenda ante el sagrado toro Buchis. Templo de Medamud, cerca de la actual Luxor.

Relieve que muestra al emperador Trajano haciendo una ofrenda ante el sagrado toro Buchis. Templo de Medamud, cerca de la actual Luxor.

PD

Al parecer, el último entierro de un Buchis en el Bucheum de Hermontis tuvo lugar bajo el gobierno del emperador Diocleciano, o, como muy tarde, hacia 340 d.C. La estela del animal reza así: "Bajo su majestad el rey del Alto y Bajo Egipto, señor de las Dos Tierras Diocleciano, hijo de Re, señor de coronas, César. El señor de los dioses, que creó a las diosas, llegó a la tierra en Tebas, Tai-Ist era su madre. Fue llevado a Hermontis, que se alegró de verlo. En el año 39 se le instaló una morada con gran festividad en la comarca de [...] de Re, su hermoso pueblo".

Y continúa: "En el año 57, mes 3 de la temporada de Akhet, el día 8 a las 7 en punto del día, su ba (uno de los elementos que componían el alma del difunto) entró [al cielo]. Su reinado duró 24 años, (?) meses, 20 días y 7 horas. ¡Que os dé la vida eterna, toda permanencia, todo poder, toda fuerza y ​​toda alegría como Re, por la eternidad!".

Para saber más

Ensayo

Momias de Egipto, las claves de un arte antiguo y secreto

Bob Brier

Edhasa, Barcelona, 1996

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Chamanes colocados, espíritus protectores y figuras terroríficas: el legado rupestre de Serranía La Lindosa en Colombia

 El arte rupestre nos brinda información sobre las culturas prehistóricas (entendiendo esto como anteriores a la aparición de la escritura) y es lo que nos ha permitido saber que el Sáhara no era un desierto hace 4.000 años.

Si ponemos el foco sobre Colombia, a lo largo del río Orinoco, hemos encontrado un impresionante grabado de 42 metros. También multitud de grabados en la zona amazónica representando la vida cotidiana de hace miles de años, así como figuras imposibles, un vistazo al mundo espiritual y algunas siluetas realmente aterradoras.

Serranía La Lindosa. Se trata de una cadena montañosa que se encuentra en la parte noroeste de Colombia y donde se encontraron hace unos años más de 3.000 motivos de arte rupestre. Entre todas las figuras se pueden distinguir humanos (algunos con tres piernas, algo que ya sabemos qué significa), animales, flora e híbridos, de los que ya hablaremos. Y, desde 2018, un equipo de investigadores ha estado estudiando estas pinturas, así como hablando con las poblaciones indígenas para aprender sobre estos motivos.

Y algo está claro: aparte de la mirada más científica, hay que ponerse en la piel de los chamanes para poder desentrañar algunas de las figuras, que datan de hace más de 11.000 años.

Cotidianidad. Algo que representan muchas pinturas rupestres son escenas del día a día de quienes las realizaron. Las de la Serranía de La Lindosa no son menos y, así, podemos ver imágenes de pesca o de caza.

Arts 13 00135 G005 550

También es posible ver siluetas de animales y es interesante que se muestran tanto de manera estática (por ejemplo, un animal simplemente de pie) como de manera dinámica (un animal o grupo de animales corriendo, bien en manada, persiguiéndose o luchando).

Arts 13 00135 G004 550

Espiritualidad. La Serranía de La Lindosa es un Área Arqueológica Protegida, una categoría que el Instituto Colombiano de Antropología e Historia otorgó a 893 hectáreas de la zona, pero más que por su valor histórico, es crucial mantener las pinturas porque son de suma importancia para los grupos indígenas de la región. Son los guardianes de las pinturas —como también reflejan los investigadores en su estudio—, pero también están a salvo gracias a los espíritus. Y es que las pinturas de La Lindosa tienen una enorme carga espiritual.

Arts 13 00135 G006 550
Arts 13 00135 G007 550

Es por eso que hay muchas representaciones de teriantrópodos, que son personajes con rasgos tanto humanos como animales. Vemos representaciones de aves y humanos, lagartos con cabezas redondas como la de un humano, una mezcla entre un oso perezoso y un humano, un ciervo/humano y otras figuras indescriptibles, pero con pene.

¿Slender Man? Figuras como la superior esconden multitud de elementos que se pueden analizar de manera individual, pero esas mezclas entre humanos y animales tienen que ver con las creencias religiosas de quienes realizaron las pinturas. Dentro de muchos grupos amazónicos encontramos la figura del Maestro de los Animales, que es una especie de espíritu del bosque que protege y controla a los animales.

Arts 13 00135 G015 550

Cazar también era un pacto con estos espíritus y chamanes, quienes pintaban a los animales antes de las propias cacerías, puede que algo perjudicados por hierbas y sustancias en trances ritualizados. Y una de esas representaciones es justo la que dejamos sobre estas líneas. En ella, podemos ver una figura humana con brazos exageradamente largos que recuerda mucho al célebre creepypasta de Slender Man.

Y puede que la explicación sea mucho más sencilla que la de "es un ser de otro mundo". En el estudio, los investigadores comentan que los informantes indígenas cuentan que los chamanes en estado alterado de conciencia a menudo se describían a sí mismos como seres de extremidades alargadas, amén de otras distorsiones somáticas. Es lo que explicaría las dimensiones extravagantes.

Trabajo por hacer. Como son tantísimos paneles repletos de arte (ya decimos, son miles las imágenes que adornan la roca), los investigadores siguen descifrando dibujos, pero si algo tienen claro es que aún no han podido establecer una cronología. De hecho, en el propio estudio afirman que siguen en curso los intentos por fechar las imágenes.

Imágenes | MDPI


miércoles, 6 de noviembre de 2024

Ayudar sin esperar nada a cambio: ¿cuándo comenzó el altruismo humano?

 Una de las cuestiones de mayor interés en el campo de la evolución humana es la dispensa de cuidados a individuos vulnerables. Ayudar a congéneres con problemas es un comportamiento que no es exclusivamente humano: también se encuentra en otros animales, especialmente entre los primates. Lo que sí es característico del comportamiento de nuestra especie es el altruismo. Es decir, ayudar a alguien sin esperar nada a cambio.

El naturalista británico Charles Darwin llamó “espíritu de simpatía” al comportamiento de ayuda recíproca entre los animales que aumenta las probabilidades de supervivencia de los individuos que se prestan asistencia. También observó que este comportamiento tenía lugar entre iguales, individuos que eran capaces de devolverse el favor. 

En opinión de Darwin, el paso desde el “espíritu de simpatía” hasta el auténtico comportamiento altruista se produjo en el transcurso de la evolución humana cuando los cuidados empezaron a ser dispensados a individuos vulnerables, que no tenían posibilidades de devolver el favor. 

Desde entonces, la antropología evolutiva se pregunta cuándo y en qué especie se cruzó ese Rubicón.

¿Neandertales altruistas?

Se conocen casos de cuidado a personas con patologías en el registro de la evolución humana, especialmente en el linaje de los neandertales.


Destaca el caso de un ejemplar de edad avanzada procedente del yacimiento de la Sima de los Huesos de Atapuerca, en Burgos, que está datado alrededor de hace 430 000 años. En este yacimiento se ha encontrado la mayor colección de fósiles humanos de la historia, que son considerados como antepasados remotos de los neandertales. El ejemplar en cuestión está representado por su pelvis (cariñosamente apodada como “Elvis”) y sus vértebras lumbares. Estos fósiles muestran evidencia de que el individuo sufrió una patología degenerativa denominada “espondilolistesis”

Esta afección le causó fuertes dolores de espalda e importantes alteraciones posturales que limitaron seriamente su movilidad. Teniendo en cuenta que se trataba de grupos de cazadores recolectores muy móviles, solo es posible explicar la supervivencia durante años de este individuo por la ayuda del grupo que, o bien le esperaba, o bien le transportaba en sus desplazamientos. 

Sin embargo, no es posible saber si esos cuidados respondían a un caso de auténtico altruismo. Puesto que Elvis era un individuo adulto, no se puede descartar que se tratase de un caso de ayuda recíproca: bien porque el individuo hubiera favorecido a los demás en el pasado, o porque se tratase de un miembro especialmente valioso del grupo por su dilatada experiencia. 

Una situación similar ocurre con los demás ejemplares neandertales que vivieron durante años con patologías incapacitantes y cuya supervivencia requirió la ayuda del grupo. Se trata en todos los casos de individuos adultos en los que no es posible descartar que su supervivencia se debiera a la ayuda recíproca y no a un verdadero altruismo. Para resolver esta cuestión es necesario contar con casos de individuos infantiles, cuya capacidad de devolver el favor sería muy limitada.

Historias de cuidado infantil

Hasta hace poco, el único caso presentado de un ejemplar infantil con patologías graves y que requiriese cuidados sociales procedía también del yacimiento de la Sima de los Huesos. Se trata del denominado Cráneo 14 (apodado “Benjamina”), que perteneció a una preadolescente y que muestra una rara patología denominada “craneosinostosis temprana”.

Esta dolencia le causó la deformación del cráneo y de la cara. También es posible que sufriera retraso psicomotor, por lo que su supervivencia, durante más de una década, habría requerido cuidados especiales por parte de su grupo. Aunque como la existencia de dicho retraso psicomotor no ha sido establecida con total seguridad, tampoco es posible determinar con certeza la naturaleza de los cuidados que precisó Benjamina. Tal vez su supervivencia solo requirió de los cuidados maternales y no fue precisa la ayuda del resto del grupo.











Fósil de Tina junto a un modelo 3D. Mercedes Conde/Julia Diez Valero

Recientemente hemos publicado el caso de un pequeño fragmento de cráneo neandertal recuperado en el yacimiento valenciano de Cova Negra, datado entre hace 146 000 y 273 000 años. El resto corresponde a la región del hueso temporal que alberga el oído interno y perteneció a un individuo infantil, mayor de 6 años (apodado “Tina”). 

El estudio del oído interno de Tina ha puesto de manifiesto la existencia de cinco situaciones patológicas que son muy poco frecuentes de manera individual y que solo se conocen reunidas en personas con síndrome de Down. Estas patologías causaron a Tina una pérdida severa de la audición, dificultades para mantener el equilibrio y crisis de vértigo. Además, seguramente también tuvo graves problemas musculares, tanto para caminar como para deglutir el alimento.























Reconstrucción 3D del oído interno de Cova Negra, comparado con un neandertal del yacimiento de Kebara (Israel). Se señala la patología más visible del primero. Mercedes Conde/Julia Diez Valero

Que la niña pudiera sobrevivir durante al menos seis años en las exigentes condiciones de vida de un grupo de cazadores recolectores neandertales indica que tuvo que recibir atención y cuidados constantes. No es razonable pensar que la madre de Tina pudiera dedicarle ella sola dichos cuidados de manera continuada, sino que requirió la ayuda de los otros miembros de su grupo. 

Puesto que no es posible que Tina pudiera devolver el favor a los que la cuidaron, se trataría de la primera evidencia sólida de comportamiento altruista en una especie humana distinta de la nuestra.

Este afortunado descubrimiento nos ha mostrado un aspecto muy cercano del comportamiento de los neandertales, que ya eran capaces de integrar la diversidad en sus grupos. La llegada de Tina nos recuerda que todos, sin distinciones, formamos parte de la historia de la evolución humana.