La arquitectura religiosa es uno de los grandes atractivos turísticos que el visitante busca cuando viaja a cualquier rincón del mundo. En Europa y en España se destacan a menudo las imponentes catedrales, pero hay que romper una lanza por el arte prerrománico, con obras aparentemente más modestas que, sin embargo, esconden verdaderas joyas patrimoniales únicas en la historia del arte.
Nos referimos concretamente al arte paleocristiano y, sobre todo, visigodo, un periodo de nuestra historia a menudo olvidado que también dejó su huella en la Península Ibérica, tomando el relevo del dominio romano tras la caída del Imperio en el año 476, hasta la conquista musulmana de 711. Y aunque muchas de sus obras se han perdido, en medio de los campos de Castilla y León nos aguarda un pequeño templo cuya visita es absolutamente imprescindible.
Admito que mi formación en Historia del arte me impide ser totalmente imparcial, pero San Juan de Baños se basta por sí sola para reivindicarse como uno de los monumentos religiosos, o monumentos a secas, que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida. No tendrá altísimas naves con arcos apuntados, ni cúpulas mastodónticas o brillantes vidrieras, pero el valor de esta basílica es único en el mundo.
Situada en la localidad de Baños de Cerrato, en el municipio de Venta de Baños dentro de la provincia de Palencia, San Juan Bautista de Baños es una basílica visigoda que ordenó edificar el rey Recesvinto en el siglo XVII, consagrada en el año 661. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1887 y se considera la iglesia más antigua conservada de toda España, aunque sabemos que no fue la primera construcción religiosa visigoda de nuestro país.
Su valor no reside tan solo en la antigüedad, de más de catorce siglos, sino también por su cualidades artísticas y el excelente estado de conservación que ha mantenido hasta nuestros días. Lógicamente, en un templo tan antiguo, no ha permanecido intacto durante tantos siglos, habiéndose perdido partes originales. A finales del siglo XIX su estado era bastante preocupante, pero las labores de restauración la han devuelto a su probable esplendor.
Gracias a las excavaciones más recientes sabemos que originalmente tenía una forma cuadrada al añadirse una zona porticada. La cabecera estaba formada por la capilla central y dos extremos del transepto con otras dos capillas laterales separadas de la central, en una estructura muy original pocas veces vista. Solo la capilla central de las actuales es original.
Hoy San Juan de Baños permanece como un templo de planta basilical de tres naves, con la nave central mucho más ancha, separada por cuatro arcos de herradura sobre columnas cilíndricas, que posiblemente se reutilizaron de alguna construcción romana, como era habitual en esta época. Encima de cada arco se abre una ventana que muestra la diferencia de altura entre las naves.
Es un templo de notables dimensiones para la época y de enorme belleza, que realmente sorprende al visitante menos familiarizado con el dominio técnico y la sensibilidad artística de las construcciones prerrománicas. Merece la pena detenerse a contemplar cada mínimo detalle, tanto de las soluciones arquitectónicas como, muy especialmente, de las decoraciones artísticas, siguiendo en seis de los ocho capiteles un estilo clásico tradicional imitando el corintio romano,
La basílica de San Juan de Baños se puede visitar de martes a domingoadquiriendo en el mismo emplazamiento la entrada que incluye visita guiada, salvo los miércoles, cuyo acceso es libre y gratuito sin guía.
Imágenes | Wikimedia Commons/Roinpa - Jl FilpoC - Ángel M. Felicísimo
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