arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) han hallado evidencias de la destrucción romana de Jerusalén durante la Gran Revuelta Judía (años 66-73 d.C.) durante unas excavaciones llevadas a cabo en la Ciudad de David, en el complejo del Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén. Las excavaciones han sacado a la luz edificios derrumbados y una variedad de objetos a lo largo del Camino del Peregrino, la calle principal de Jerusalén durante el período del Segundo Templo, donde las legiones romanas asediaron a los rebeldes que se refugiaban tras las murallas de la ciudad.
Los hallazgos dan fe de la cruenta batalla que se produjo en este lugar hace casi dos mil años, y que terminó con el incendio y saqueo de la ciudad. Dentro de uno de los edificios hay restos de vigas de madera quemadas de la época de la destrucción, además de vasijas de piedra decoradas, un peso de piedra, un crisol para fundir metal, un cuenco de bronce y una moneda acuñada durante los años de la revuelta con la inscripción: “Por la libertad de Sión”. También se hallaron restos de material bélico como puntas de flecha y proyectiles de ballestas romanas.
Según el doctor Yuval Baruch, arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel, la intención es “desenterrar todo el largo y el ancho de la calle dentro de cinco años, y así completar la excavación de este sitio único que ya había llamado la atención de arqueólogos de todo el mundo hace unos cien años”. Añadió que, cuando se completen las excavaciones, “los restos de la calle se conservarán y desarrollarán y estarán listos para recibir adecenas de miles de visitantes que lo recorrerán”.
¿QUÉ FUE LA GRAN REVUELTA JUDÍA?
La destrucción de Jerusalén fue en respuesta a la Gran Revuelta, el primero de varios levantamientos de la población judía contra el Imperio Romano, después de que el emperador Augusto convirtiera Judea en una provincia romana y sus sucesores empezaran a llevar a cabo políticas de romanización que no fueron bien recibidas por una parte de la población local. Las semillas de la revuelta fueron en parte causadas por el aumento de las tensiones religiosas y los altos impuestos, lo que llevó al saqueo del Segundo Templo y al arresto de importantes figuras políticas y religiosas judías por parte de los romanos.
Los romanos movilizaron cuatro legiones para sofocar la rebelión y castigar al pueblo judío como ejemplo para los demás. Las legiones llegaron a Jerusalén en el año 70 d. C. y sitiaron la ciudad durante cuatro meses. Después de varias batallas, toda la ciudad y el Segundo Templo fueron destruidos. Flavio Josefo, historiador romano de origen judío, escribió que Jerusalén “fue tan completamente arrasada por aquellos que la demolieron hasta sus cimientos, que no quedó nada que pudiera sugerir a los visitantes que alguna vez había sido un lugar habitado”.
Según Nahshon Szanton y Moran Hagbi, los directores de la excavación, “las descripciones de Josefo de la batalla en la ciudad baja se pueden contrastar por primera vez cara a cara con las evidencias en el campo de una manera clara y escalofriante. En las excavaciones se descubrieron bolas de piedra, disparadas por catapultas utilizadas para bombardear Jerusalén durante el asedio romano de la ciudad. Las puntas de flecha, utilizadas por los rebeldes judíos en las duras batallas contra los legionarios romanos, se encontraron exactamente como las describió Josefo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario