Esperar la llegada del Mesías y la restauración del verdadero sacerdocio ocupado por la nueva dinastía sacerdotal instaurada tras la victoria de los Macabeos eran las motivaciones del aislamiento en Qumran y su mensaje.
Todas sus esperanzas fueron incumplidas, aún así el Maestro de Justicia pudo mantener el mensaje de la immanencia sin que los sucesivos problemas con la realidad llevaan al desmembramiento de la comunidad de Qumran, basándose en una interpretación de las escrituras por la que todo era susceptible de ser integrao en el mensaje apocalípticos de la comunidad.
Así la ideología esenia era del tipo sectaria y apocalíptica, cuya salvación era integrarse en la secta de los Hijos de la Luz para ser parte del pueblo del Nuevo Pacto fuera del cual sólo reinaba Belial y sus demonios.
Tras la caída de Masada e la revuelta del 66 d.C. frente a los romanos, se acaba la historia de los sectarios qumraníes al imponerse la realidad a los hechos de su óptica sectaria y pulverizar la esperanza escatológica de su mensaje.
Nacho Padró
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